Ya no puedo escribir.
No sé por qué, no sé qué pasa pero ya no puedo dedicarte palabras.
Ayer y antier no me nació nada a pesar de que te vi. Sí, estuvimos hablando, sí, estuvimos medio coqueteando pero no hay más, no hay nada más.
Siento que me voy acostumbrando a que estés de vez en cuando.
En la madrugada te llamé y estuvimos hablando y me recordó a las veces que solíamos hacerlo, cuando colgábamos diciendo "te amo" y seguido de eso tenía veinte mensajes tuyos con corazones despidiéndote otra vez.
En esta ocasión no hubo nada de eso y admito que fue una ligera punzada en el corazón y me pregunto si extrañas aquello.
Durante gran parte del día no supe nada de ti.
Hoy llevé falda y estoy orgullosa de mí ya que era una inseguridad que me gobernaba. Me sentía muy ansiosa y admito que temblé al principio con miedo a que me miraran.
Me topé a uno de mis compañeros, no esperaba encontrármelo ya que casi no hablamos pero en ese momento me ayudó a sentirme mejor. Escuchó sobre mi inseguridad e intentó relajarme cuando le dije que me quería cambiar.
La verdad es que se lo agradezco.
No me dejó sola a pesar de que le dije que ya podía irse pues yo esperaba a alguien más.
También me dijo que me veía muy bien. Todos me decían eso...
He sido valiente.
Fui a Chedraui con ese compañero y un grupo más, nos puso bajo su sombrilla y me animó a ir cuando ni siquiera me quería parar para que nadie me viera con falda.
Compramos y me divertí.
Me compró un yogurth y me guardó pan, de hecho, se portó muy lindo.
Mis amigos no pudieron acompañarme al gimnasio así que él me acompañó...llegué por primera vez al fallo.
Muchas veces sentí que ya no iba a poder y él estaba diciendo siempre que podía una vez más...hasta que las piernas no me respondieron y le tocó ayudarme a cargar.
Joder...me sentí tan bien dando mi último esfuerzo.
Y sé que podía volver a llegar pero por desgracia ya se me estaba haciendo tarde para mi clase de la tarde.
Esta vez también me acompañaste...de hecho, salí dos horas antes así que fuimos a sentarnos por mi vieja primaria justo bajo un árbol en donde las hojas caen de vez en cuando.
Hablamos de nosotros y de todo lo que ha pasado. Te cuento de mi progreso y de lo que he descubierto...hubieron besos. Solo que esta vez en la mejilla y frente nada más.
Doliste un poco en ese momento y me pregunté si estaba bien o mal el estar en ese lugar pero...lo sentí tan nuestro que no lo quise dejar.
Me dijiste que estabas desesperado también y que una parte de ti quería volver pero la otra sentía que era mejor que no.
¿Sabes qué?
Yo también.
Aquella parte que te ama quisiera regresar ya pero ¿la realidad? es que me di cuenta de algo: ya no hay inseguridad. No hay miedos, no duele el pensar que en algún momento íbamos a volver a pelear, no hay ansiedad, no hay espera. No hay nada de eso. Y está bien, porque todo bien estará.
Te extraño y claro que duele no tenerte, claro que una parte de mí te sigue esperando pero ¿te digo algo?
La intermitencia que me estás mostrando solo hace que me cierre un poco más.
Sí, te abrazo, sí, me nacen darte besos en la mejilla y frente pero...muy dentro de mí algo se ha quebrado.
Ahora tengo miedo de volver. Ahora tengo miedo de que vuelva a doler.
Recuerdo a la yo que estaba en la relación con miedo constante y estrés. Recuerdo a aquella niña que no paraba de esperar otra batalla campal en donde no parábamos de hacernos mal. Recuerdo las noches llorando y el miedo que tenía de dejarte ir.
Aún tengo miedo...pero soy más fuerte que eso. Lo sabes ¿verdad?
Realmente no quiero soltarte porque sé que cuando lo haga no habrá vuelta atrás, en este ir y venir no sé cuál es el final pero a pesar de que aún tienes cierto poder en mí sé que contigo o sin ti pero voy a resurgir.
Te amo, me amo.

ESTÁS LEYENDO
Cuando nos decimos adiós
RomanceEs simplemente la forma en la que llevo el proceso de duelo después de haber terminado mi relación