Capítulo 9: Primeras letras.

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El invierno va cediendo dando paso a la primavera, las tormentas heladas más fuertes terminaron, solo cae una suave capa de nieve en las mañanas y aunque bajaron de peso, se encuentran sanos, despiertos y con mucho tiempo libre. Tanto tiempo tienen, que Merlina se decidió a tomar la cruzada imposible.

-¡Exacto! Así se escribe tu nombre, vas muy bien.

Afuera de la cabaña usando un palo y la nieve recién caída de la madrugada el lobo hace lo mejor que puede para que las líneas de sus trazos sean derechos o curvos donde tienen que serlo.

Después de aprender a bailar la chica pensó que sería buena idea que pudiera escribir su nombre, luego que se pudiera comunicar de manera escrita y claro, que sea capaz de entender el lenguaje escrito también.

-Pronto vas a poder leer por ti mismo. –Dice la morena.

-Pero me gusta cuando los lees tú. -¿Qué sentido tendría leer si no está ella?

-Quién sabe, puede que encuentres algo que te gustaría leer por tu cuenta. –Se acerca con su propio palo y va escribiendo unas cuantas palabras.

-Tú.... Me.... Agrrrradas... ¡Enid! - Al terminar de leer mueve la cola tan rápido que revuelve la nieve debajo de ellos.

-Oye, tranquilo o comenzar a volar. -Comenta en chiste, pero el lobo está que salta de felicidad por saber leer y por saber que le agrada a la chica, entonces en un acto de valor y arrojo, el ojiazul comienza a escribir también. -Mer...lina... -Medio chueco pero entiende lo que escribe –Tu... te... quedarias... awwww Enid es muy tierno pero... -Hace una cara un poco triste. – No lo sé y te falto colocar los signos de interrogación en tu pregunta y además las tildes.

-¿No te gusta vivir conmigo? -Hace su siguiente pregunta de manera verbal con mucho trabajo.

-Sí me gusta. -A su modo y sus formas los dos han encontrado un modo de convivir. -Pero...

-Pero tu familia... –Lo recuerda, ella tiene otros humanos a los cual seguir y tira el palo en la nieve caminando hacia el bosque.

-No te lo tomes así. – Lo va a seguir pero él es tan rápido que en un segundo ya está fuera de su vista.

Pasó la tarde y bien entrada la noche el lobo regresa con sigilo pero no hay forma de abrir la puerta sin que la morena se de cuenta de esto, ya que el viento helado se cuela justo hacia la cama. En cuanto siente el frío por arriba de su oreja, la chica pega un brinco y se despierta.

-¿Por qué te fuiste todo ese tiempo? - Quiere preguntar más cosas pero Enid llegó como un lobo dorado incapaz de formar palabras y tampoco con mucho ánimo de conversar. -Apestas a muerto. – Huele a que se revolcó en algún animal que lleva semanas pudriéndose en el bosque y como el lobo no desea contestar solo se hace ovillo en su cama. -Pues si así lo quieres.

Ella se sale al frío de la madrugada tomando la piel del oso y una silla para quedarse en la esquina del pórtico cubriéndose con la gruesa piel curtida que sorprendentemente repele el frío de manera magistral.

-Dos personas pueden jugar el mismo juego de berrinches. -Ella se la pasó toda la tarde muerta del apuro pensando en el lobo y este regresa de madrugada, sin dar explicaciones y apestando la cabaña.

-Merlina... te vas a enfermar. – Dice el lobo unos 15 minutos después de haber entrado.

-Es mejor eso a seguir oliendote. –Tuerce la nariz que tiene roja del frío.

-Yo me quedaré afuera y tú adentro. -Al no recibir una respuesta, el ojiazul se sienta a los pies de la silla volviendo a llenar el espacio con el olor a muerto.

El Dios de la Montaña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora