12.- La Carta.

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De suponer que el volverse una pareja y consumar su "matrimonio" con todas las letras de la palabra iba a convertirla en una esclava del frutifantastico, quizá no lo hubiera hecho... quizá... Piensa la morena cuando en la noche hace un calor considerable y tiene al lobo sobre ella.

Luego en la mañana el lobo limpia su parte íntima con un ahínco que le hace sentir que se le va el aire olvidándose de todo lo demás.

-Enid, necesito salir de aquí. –Llevan 4 días como conejos, lo cuál es genial pero se le acaba el tiempo para buscar las hierbas especiales para el té anti bebés que le enseñó a preparar su abuela.

-¿Necesitas algo?

-Sí, una hierba para un té... especial. –No sabe cómo reaccionaría el lobo si le dice: "No quiero tener a tus hijos, al menos no ahora." Por lo que se reservará los detalles.

-Puedo traerla, todas las que quieras.

-No tienes idea de lo que buscó.

-Dime cómo huele y lo traeré.

-Te confundes entre cilantro y perejil... -Niega con la cabeza. -Además no se como explicarte los olores. – Es un concepto muy abstracto.

-Se parecen mucho.

-Por supuesto que no.

-No me equivocaré otra vez, solo dime y ... -Se está poniendo nervioso.

-Voy a salir. -Lleva usando el mismo camisón sucio y sudado, no se ha bañado correctamente y además tiene que contestar la carta de su padre.

-Pero, pero, pero...–Su corazón se acelera.

-No será la gran cosa. -Busca su ropa de calle, junto a su ropa interior para cambiarse pero hasta eso le ha escondido el lobo. - Si no salgo de aquí me volveré loca. – Tantos orgasmos seguidos tampoco deben ser buenos para el corazón.

Al observar al lobo, la chica no tarda en encontrar el lugar donde escondió la ropa y procede a vestirse. Para eso debe desnudarse primero y este momento lo aprovecha el ojiazul para quedar arriba de ella.

-¿No te cansas? -Le pregunta al sentir su pesada respiración en la nuca.

-No quiero que salgas de la cueva.-Dice tomándola de las manos y abrazándola.

-Enid, no eres completamente un lobo, yo no soy un lobo, esta no es una cueva y no estamos en medio de la temporada de rep... ah... oye, eso es trampa. -Comenzó a lamerle la oreja.

-Deja que te cuide. –Le pide, mientras baja su mano derecha a la entrepierna de la chica, buscando masajear su vulva.

-Puedo cuidarme sola... –No quiere ceder.

-No lo dudo. -Da pequeños mordiscos en el cuello y la oreja que derriten a la chica, ya puede oler que sus movimientos están funcionando. -Pero quiero hacerlo.

-Bien, cuidame afuera. –Se va a colocar esos calzones aún cuando tenga la mano del lobo pegada a su vagina.

- Merlina, espera.

No hay alegato o caricia que detenga a la morena, ésta medio se viste y sale rápidamente con el lobo detrás de ella. Primero se va al río donde enjuaga ropa y cuerpo por igual, pensó que Enid estaría pegado como becerro a sus pezones, en cambio se la pasó rondando la zona para asegurarse de que ningún mamífero se le acercara. Dejó la mayoría de la ropa en unas rocas para que el sol las secara y se sentó en una cobija de lana a sombras de un gran árbol después de buscar la hierba por la zona.

El Dios de la Montaña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora