Capítulo 8. Ayla y la gran pelea por amor verdadero

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Harry ya casi se había escabullido del cuarto, cuando Snape me confesó su ardiente pasión por mí, y en vez de salir, se volteó.

¡Sucio Slytherin, media sangre y medio hombre! —, gritó Harry y Harry, y le agarró las sotanas a Snape, y le dio la vuelta ¡Que le sabía a poco mi madre, y ahora intenta de enamorarse a mi novia!

Harry le pegó un puñaso a Snape en toda la mandíbula, y él salió volando contra la pared, y se chocó, y dijo:

Potter, no te incumbe lo que haga tu maestro, ahora te ordeno calles, y dejes a la dama decidir quién le conviene que soy yo —, y lansó un golpe a Harry, que salió rodando, pero lo agarró y ambos cayeron por las escaleras mientras se seguían peleando y discutiendo.

¡No, por favor, no pelien!

Llegaron al Gran Comedero, y se lanzaban contra las mesas, y allí los alumnos se escapaban asustados, y platos saltaban y comida.

¡Ella es mía! ¿Me oyes? ¡Nos vamos a casar y vivir en París! —, gritó Harry levantando a Snape con sus enormes músculos, y botándolo contra la mesa de Slithering con rabia.

Jamás permitiré, hijo de James, mi mayor enemigo hace treinta años cometí el error de dejar ir a la mujer de mi vida, y no lo volveré aser, así se tenga que venir a la fuerza, yo seré lo mejor para ella —, y entonces, se arrancó su sotana manchada y rota por la pelea, enseñando su cuerpo delgado de hombre maduro, varonil y brillante por el sudor y sacó su varita. Ahora empieza su lección, Potter. 

«Sectum sempra»

Harry saltó a un lado y se arrancó sus ropas, y las botó por encima de la mesa que lo cubría, y Snape creyó que era él, así que disparó, pero no era, y en ese tiempo Harry pudo escabullirse, y agarrar su escoba.

¡Ahora sí! Ya sí está perdido, profesor.

«Expeliarmus»

Y voló por todo el salón, y rayos salían disparados, pero ninguno cedía, y estaban destruyendo la escuela, así que saqué mi varita y con todo mi dolo apuntándolos dije: 

«Calma totalus».

Y entonces ambos perdieron sus varitas y quedaron volando en el aire atrapados por mi magia.

¿Qué no entienden que no pueden ser así, que me rompen el corasón? Yo no soy de nadie, soy una mujer independiente y solo le entregaré mi corazón y será mi marido, quien vea que me puede guiar con fuerza y entereza, no peleas, si quieren conmigo lo primero y para empezar, dense la mano y hagan paz. 

Harry y Snape entendieron, y se dieron las manos, y les mandé darse un abraso, y estaban con los músculos al aire; yo también los abracé, pues estaban muy apuestos y eran todo míos, al fin comprendieron.

(A/n): ¿Veeen~? Harry no era machista, solo experimentado, él respeta a Ayla, pero pues si los varones son más así en la cama, eso no es malo, es bueno, y además, no es malo Ayla y Harry tengan besos en la cama, se van a casar ¿vale? Es de Dios si hay boda, no es de fulana besarse con quien te vas a casar, y además recuerden, Ayla no la sabía nada, no entendía, era Harry quien tenía la experiencia, y pues así no se puede decir mal de ella, ¿no creen? A ver si se fijan un poco igual las fulanas están proyectando. Se los repito por última vez: no soy fulana y si lo disen de nuevo, se acabó la historia, ¿oyeron? ¡Y sí, te lo digo a ti! ¡Ya sabes quién eres, FULANA!

Fin del capítulo ocho.

La novia mágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora