Capítulo 17. Ayla y el final mágico

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Todos estaban muy nerviosos y preocupados porque Dablimor nos había convocado al Gran Comedero de pronto, y se oían rumores sobre bugarattis, boggarts y dementores desaparesiendo, y Voldemor resurgiendo, y la confusión reinaba como un negro manto de noche sin luna que los envolvía todos en las tinieblas de su desesperación. Pero entonces llegamos yo y mi Harry, y todo se iluminó por nuestra tomados de las manos, magníficos y como verdaderos rey y princesa del mundo mágico. Damblimor hizo a todos callar con palmadas, y habló:

¡Cállense alumnos, profesores, fashtasmas y Filsh! Es mi deber informarlos de que los rumores son ciertos, ¡Voldemor ha regresado! —. Todos quedaron sorprendidos y tristes, y lloraron y maldicieron. —Voldemor ha regresado... ¡ha regresado a los infiernos donde pertenece, gracias a nuestra adorada Ayla y Harry Potter!

Entonces se encendieron todas las luces, y nos aplaudieron, y todos nos felicitaron por nuestra hasaña, y yo vi que en realidad estaban allí quienes me admiraban y querían en verdad, y ni una sola envidiosa se había presentado, ni estaba hablando a las espaldas.

—Los engaños y artilugios del Señor Oscuro llegaron lejos, y tenía muchas sirvientes entre nosotros que ya han sido justamente condenadas, y no volverán a ver la luz del sol, o la luna, y jamás tendrán marido, ni hijos, ni vivirán la felicidad de ser una mujer nunca por sus maldades. Aparte de esto hemos sufrido las pérdidas de muchos seres queridos a manos de la oscuridad, como los padres de Ayla, que se defenestraron hace años en su lucha contra Voldemor, cuando casi lo derrotaron, y evitaron que destruyese el mundo, y me dieron esta carta que ahora procedo a leerles:

«¡Oh, Ayla!, nuestra hija adorada,

más bella tú eres que la noche estrellada,

aunque nosotros hallamos muerto en batalla,

siempre quisimos verte casada,

por eso dejamos que Damblidor guarda,

el vestido de tu madre escondido con magia,

y así cuando sea que mi niña se casa,

estaremos con ella,

pues nuestra alma la guarda»

Lloré con dignidad lágrimas de felicidad y tristeza, sintiéndome querida. Mis padres habían estado conmigo todo este tiempo, cuidándome y dándome fuerzas en mis penas y trivialidades, pero no entendía... había dicho... ¿¡BODA!?

¡Así es! —, y dio un movimiento a su varita de muerte que era un secreto, y todo el salón se convirtió en convite, y en las mesas subieron las mejores comidas de festejo, y en las paredes habían fotos mías y de Harry siendo novios, riendo y jugando, y posando como estrellas, y mi vestido brilló, y se volvió más blanco que nunca, con larga capa y velo, y Harry se había cambiado a sus mejores galas, mientras no miraban, y ahora estaba junto a Damblimor esperando por mí.

¡Adelante! ¡Qué comience la ceremonia!

Sonaban las nupcias nupciales y Damblimor cantaba para nosotros, una canción de Hodwards especial para el festejo, y los espíritus de mis padres, que eran guapísimos y elegantes, me tomaron de los brazos, y me llevaron junto a Harry en el altar.

Harry, ¿juras estar con Ayla, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, contra el mal y la oscuridad, hasta que la muerte os separe?

— ¡Sí, señor! A Dios pongo por testigo de que sí.

¿Y tú, Ayla, juras estar con Harry para siempre como tu marido que te cuide y te respete cuide bien de ti?

¡Sí, su santidad! Nada me haría más feliz.

Entonces, por el poder que se me ha dado, yo os declaro...

Y se hiso un silencio tenso y nervioso, por ver si alguien decía algo, pero...

¡Esposos mágicos! Pueden besar a la novia.

Y Harry me besó, y sentí, sniches volandome en el vientre, y el corazón me latía, y me abrazó entre sus grandes brazos y fuertes, todo varonil y elegante, y así fue como dejé de ser una novia mágica, y me convertí en mi marido Harry, y todos volvieron a aplaudir y festejaron y alabaron mi buena cocina, y lo feliz que sería Harry conmigo de esposa.

¡Pero esto no es todo! Por la presente, otorgo por haber destruido al señor maligno, mil puntos de Griffindor a Ayla y Harry Potter cada uno, por haber ganado el concurso de belleza mil puntos, y por habernos robado el corazón a todos con su hermosura y decencia, y saber estar y buenas palabras ¡Diez mil puntos para Ayla! ¡Ha ganado el Trofeo de las Casas! 

Y todos aplaudieron y jamás se habían tenido tantísimos puntos en la historia de la escuela, ni del mundo mágico, y parecía que no podía tener un día más feliz en mi vida, pero...

¡Atención, atención!, ¡aún no he terminado! Por todo esto y mucho más, el señor presidente los ha premiado con un departamento en París, donde podrán irse a vivir con un salario mensual del Estado y ser diseñadora, o lo que más gusten, porque son dueños de su destino.

Abracé a Harry y él me besó, y me tomó en brazos, y llamó a Baky, y nos fuimos volando a París mientras todos nos aplaudían y deseaban lo mejor. Eramos pareja, éramos libres, éramos felices.

Y siempre lo seremos, Ayla, amor mío, o no me llamo Harold James Potter.

Fin

(A/n): ¡Aaaah~! ¿Lo vieron? <3 <3 <3 <3 ¡Ya casi me desmayo de tanto romance! Es dulce cuando alguien que ha sufrido por fin lleva lo que merece, ¿no creen? Casi me salían lágrimas escribiendo por el feliz que era por Ayla, y el final igual si es un final muy feliz, ¿pero saben? Ambos lo merecen, y si ya una historia está en su final, mejor si es feliz que si queda algo por resolver, me quedaron algunas ideas y misterios en el gorro de bruja, pero no pude meterlos o la historia quedaría bien larga y ya era momento de casarlos ¿Quién sabe, a lo mejor tenemos segundo libro?, hehehehe. Muchas gracias a todas por seguirme y disfrutar de este verdadero romance de dama y caballero, y recuerden, los trolls son de las masmorras y de ahí no se les oye LOL, no olviden comentar sobre sus sentimientos al leerlo el final y yo comentaré los finales de sus historias, ¿sí?, las amo. <3<3<3<3<3<3

La novia mágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora