La novia mágica

Capítulo 11. Ayla y el malvado plan

Nevil, o mejor dicho, VOLDEMOR, corrió hacia la habitación secreta que te cubre tus nesecidades, y allí rió y bailó en secreto por su plan.

—Ahora que tengo los pelos de la bella Ayla, por fin podré crearme mi poción palosjugos y así acercarme a Potter, y por fin poder asesinarlo por manos de quien menos espera: su amada.

Sacó su varita de Nevil y la transformó en la suya de Voldemor, con fenniz y más poderosa, y se apuntó a la cara y dijo:

—Transfórmame en la excelentísima dama Ayla, pero dame su vos también para que no me descubran.

Su cuerpo feo de zombi gris y sin lustre se volvió de pronto femenino, y de su cabeza calva y sin pelo nació una poderosa melena de plata, y de su nariz creció una nariz. Se miró en el espejo satisfecho y manoseó mi cuerpo como puerco, pues así son los villanos; sin respeto.

—Ahora solo tengo que acercarse a Potter cuando la verdadera Ayla no esté, ¿pero cómo evitar que se encuentren si siempre están juntos, menos cuando Ron y Hermany los separan? Alomejor podría esperar que estén todos dormidos y apuñalarles su ardiente corasón mientras duermen, pero hay límite de tiempo para la posión, y ya no seré Ayla, pues todavía es mediodía. No puedo esperar, nesecito algo rápido... algo ingenioso... algo que no puede fallar, algo... ¡ya sé! —Grito satisfecho sus planes maquiavélicos formándose en su mente negra como la noche sin luna, a diferencia de su cabello.

—¡Haré un concurso de belleza!

Y así lo hizo; puso plataforma y cortinas, y una larga alfombra, e invito a todas las chicas más bellas del condado, pero todo con un pasamontañas para que no supiesen que era Ayla disfrazada de Voldemor, y se frotó las manos como mosca sucia esperando su oportunidad. Yo sospechaba algo sospechoso porque no habían anunciado ningún concurso de belleza para aquel día en la Probeta; pero todos me pedían y suplicaban que participase porque sería desperdicio no hacerlo, y el premio eran muchos dólares y yo los necesitaba, así que accedí, pero no solo a cambio de no hacer nada impropio para una dama prometida con Harry. Las otras chicas hicieron bailes y pasarelas, pero estaban gordas y bien feas, algunas cantaron o intentaron conmover al público con sus historias falsas y de dar pena, pero llego mi turno y las hice callar. Me quite mi vestido de magia y debajo tenía mi mallot de gimnasia rítmica con lentejuelas de plata y platino y rubíes, y les hice mi rutina que todos los entrenadores del público dijeron que era de nivel olímpico, aunque no me estaba esforzando realmente, lo hice por pedido, y aplaudieron, y silbaron de la emoción.

El organisador vino a felicitarme con un trofeo, y entonces cuando iba a preguntarle por qué llevaba capucha sospechando deductivamente.

—¡Adiós, verdadera Ayla!

Voldemor tiro de la cuerda y caí en el vacío por debajo de mis pies, y él se sacó la capucha, y se hizo fotos con el trofeo para los periódicos, y todos lo alabaron a él en vez de a mí. 

Mis lágrimas quedaron atrás, como bellos copos de nieve invernales que brillaban de injusticia y robo de mi fama. Estaba desolada...

(A/n): ¡Noooooooooo~! ¡Voldemor se robó la celebración de Ayla y el premiooooo~! ¿Se puede ser más ruin y miserable? Pronto sabrán y verán su meresido, hehehehe. En el próximo segmento habrán cosas... ¡sorprendentes! OwO No más, no lean si son suficientemente cariacos, les podría hacer mal. ¡Ay, no sabe la alegría que me causo que no adivinaran el túis de Voldemór! Les dejé bien sorprendidos. Gracias WitchOfTheHarvest666, tus comentarios me das ánimos de seguir sorprendiéndolos. Platitadoro, también me alegra de verte de nuevo, ya no volveré dejar que unas envidiosas me hagan dejar de escribir, me debo a mis fanáticos, no a ellas.<3 <3 <3 <3 <3 <3 <3

Final del capítulo once.