CAP. 19 NUESTRA HIJA ES TAN HERMOSA COMO TÚ

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El médico volteó a verlo entre extrañado y divertido, también dirigió su mirada al asiento trasero por el espejo retrovisor y entonces comprendió que ese hombre era el padre de la niña. Al llegar a la puerta del hospital el médico indicó, vayan registrándose, estaciono y enseguida estoy con ustedes, ya les avisé y deben estar esperándola.

Javier la llevó en brazos bajo las protestas de ella que quería caminar, Catalino anunció quien era y la pusieron en una silla de ruedas, para el registro Javier se acercó y le preguntaron muchos datos de la paciente, se sorprendió a sí mismo porque supo responder a todo, Adelaida lo observaba y Catalino casi lo besa al ver como estaba haciéndose cargo, se sentía orgulloso de él, Toñito también lo miraba, aunque estaba más pendiente de las expresiones de Adelaida hacía ese hombre.

Con otra contracción más fuerte que las anteriores acompañada de un grito, Adelaida dio por terminado el momento enternecedor, la llevaron a sala de parto y le preguntaron a Javier si quería asistir y sin pensarlo mucho asintió, lo prepararon y estuvo con ella en todo momento, aunque cuando vio salir a su hija del cuerpo de Adelaida sintió que su corazón dejaba de latir por el momento tan hermoso como aterrador, pudo cortar el cordón umbilical después de que le aseguraron, varias veces, que no iba a dolerle a ninguna de las dos y luego con la niña en brazos se acercó a Adelaida diciendo:

–Amor mío, nuestra hija es tan hermosa como tú.

Adelaida la veía y lloraba emocionada, mientras Javier enjugaba sus propias lágrimas.

***

Al pasar a la habitación estaban sus amigos de la pizzería y Catalino, varios ramos de flores, pedidos por Catalino, adornaban y perfumaban el ambiente, entró una enfermera para llenar la ficha de nacimiento de la bebé y cuando pidieron el nombre de la niña, Adelaida le preguntó a Javier si ya sabía el nombre de su madre y cuando él se lo dijo, entonces anunció que su hija se llamaría: Adela Guadalupe.

Javier la miró sorprendido y emocionado al mismo tiempo por la elección de los nombres que representaban a su madre biológica, a la que lamentablemente no pudo conocer y a su madre de vida a quien amaba muchísimo.

Seguidamente solicitaron el nombre de la madre y ella dijo: Adelaida Puentes y al pedir el nombre del padre, Adelaida lo miró y él dijo: Cesar Augusto Durango López, aunque se extrañó no comentó nada, asumió que ese nombre era resultado de su averiguación, así que su hija quedó registrada como:

Adela Guadalupe Durango Puentes.

Tomaron muchas fotos y se las enviaron a Los Amaro, con la nota de que cuando estuvieran instalados les llamarían para contarles todo sin escatimar detalles.

Catalino se acercó a Javier y le dijo:

–Jefe, yo preparé la habitación principal para recibir a Adelaidita, pero habrá que hacer reformas para la habitación de la niña, puede ser la de huéspedes interna y ordenaré que la vayan reformando de una vez.

–Hay que hacer modificaciones en toda la casa para hacerla segura para niños, la piscina necesita ahora una cerca, hay que ampliar el patio trasero y agregar una zona de juegos.

Adelaida no se perdía palabra de esa conversación y en un momento intervino, para decir:

–Los primeros meses su cuna debe estar cerca para amamantarla cada dos horas, la habitación de huéspedes interna está al final del pasillo, estará muy lejos.

–Entonces es mejor habilitar un espacio cerca de la habitación principal –señaló Catalino.

–Yo puedo quedarme con ella en la habitación de huéspedes y así no causamos muchos inconvenientes –dijo Adelaida, buscando la reacción de Javier.

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