CAP. 20 TE AMO TANTO QUE DUELE

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Adelaida, aunque estaba sorprendida por lo que le parecía una improvisada reunión familiar, no le podía preguntar a Javier porque cada vez que lo encontraba solo y trataba de acercarse él prácticamente huía de ella y Catalino, ni hablar, la estaba evadiendo desde la mañana, así que se rindió y decidió llevarles la corriente.

Si era una reunión familiar para presentar a la niña, perfecto, iba a celebrar con la familia y a disfrutar de todo, aunque le hubiese gustado participar en los planes o al menos que Javier le informara que pensaba hacer una reunión, eso le daba un poquito de picor mental, pero no era el momento de reprochárselo, aunque no lo olvidaría, así que le debía una explicación.

Con Javier las cosas no iban mal, pero tampoco habían avanzado en el tiempo que llevaba en la casa, compartían habitación, dormían juntos y eso precisamente era lo que hacían, dormir, él era especialmente amable y atento con ella, pero no pasaba de un tierno beso en la frente o un leve roce en los labios.

Unos días atrás volvió a ser el hombre apasionado cuando lo atrapó conversando con Catalino en la cocina, pero él se quedó en su despacho hasta tarde esa noche; siempre se dirigía a ella llamándola amor, cariño o cielo y su mirada cuando amamantaba a la bebé era totalmente cándida, sin embargo, ella necesitaba saber si seguía enamorado, si aún le atraía como mujer y volverían a estar juntos o si solo vivía con ella por la niña.

Durante la comida, ya estando todos reunidos, Javier pidió un momento y luego de una breve introducción agradeciendo la presencia de todos allí, se dirigió a Adelaida y poniendo una rodilla en el suelo le dijo:

–Te amo, más de lo que yo mismo pueda llegar a reconocer algún día, porque me es imposible imaginar mi vida si tú no estás en ella, me ayudaste a encontrarme, a saber quién soy y eso voy a agradecértelo por siempre, me has dado una hija que me hace sentir realizado, solo falta que te jure mi amor ante todos, en esta vida y aún después, ¿me harías el inmenso honor de casarte conmigo?

Todos contuvieron la respiración esperando sonrientes y emocionados, Adelaida pensó que ese era el detallito que faltaba para saltar de felicidad, entonces con voz muy fuerte y clara respondió:

–Te amo con mi vida, con mi alma y con todo mi corazón. Te amo tanto que duele, pero es un dolor que disfrutaré por el resto de mi vida porque te amaré hasta mi último suspiro –dijo Adelaida temblando como una hoja. Yo también te juro ante todos mi amor mientras viva y aún después, es un gran honor para mí casarme contigo.

Él le colocó un hermoso anillo y sellaron el compromiso con un beso que dejó sin aliento a Adelaida porque le transmitió todo el amor y el deseo que sentía por ella, así despejó cualquier duda que tuviera Adelaida referente a si aún le resultaba atractiva.

Luego brindaron y comieron alegremente, pero apenas terminó la comida, Catalino le pidió a Adelaida que lo acompañara a la habitación, aunque extrañada ella lo siguió pensando que le iba a contar algo confidencial, al entrar había un hermoso y elegante vestido de novia, quedó impresionada y con los ojos llorosos le preguntó:

–¿Y este vestido?

–Te casas hoy, en cuanto terminen de arreglarte. –Y sin darle tiempo a reaccionar más, continuó: –Estas jóvenes te ayudarán con maquillaje y peinado.

–Por eso tú estabas evitándome y él huyéndome todo el tiempo. Eres el cómplice de Javier en todo esto.

–Yo, en realidad, no tengo problemas con el nombre porque le digo jefe, pero yo estoy seguro de que te vas a casar es con Cesar Augusto y no con Javier –comentó riendo.

***

Cuando estuvo lista, fue escoltada por dos de los primos de Javier quienes la acompañaron hasta el patio trasero donde se había preparado un espacio bellamente decorado con flores y cintas, había dos grupos de sillas separados por una alfombra por donde caminó hacia un arco de globos blancos y plateados bajo el cual estaba la imagen más hermosa, varonil y elegante que podía haber imaginado de Javier.

A medida que avanzaba hacia él sus piernas temblaban más, se mordía los labios tratando de ahuyentar el llanto que venía a sus ojos y garganta, ni en sus mejores sueños lo vio así y era el hombre que amaba, el que no pudo odiar ni olvidar, con el que compartiría el resto de su vida, al que se entregaría ese día en cuerpo y alma para siempre, por primera vez rezó con todas sus fuerzas para que todo saliera bien y que nada empañara la felicidad que la invadía ese día.

Javier la recibió y con las manos entrelazadas oyeron atentamente todo lo que manifestó el oficiante, de vez en cuando se miraban sonriendo, los votos fueron conmovedores y las lágrimas de los presentes se unieron a las de ellos, fue un momento sublime cuando se juraron amor mientras vivieran y más allá, cuando los declararon marido y mujer, sus bocas se encontraron en un beso que encerró todo lo que sentían el uno por el otro.

La fiesta fue iniciada por la pareja bailando una canción en la voz de Chayanne, Adelaida al oírla, lo miró y exclamó:

–Esa canción...

–Siempre estabas cantándola cuando me esperabas en el auto –la interrumpió él–, así que la considere ideal para este momento por lo que dice:

"Llévame contigo donde vayas, que sin ti mi brújula me falla"

"Llévame en el fondo de tu alma, contra vientos y mareas"

Mientras bailaban Adelaida comenzó a cantarla acompañada de su flamante esposo, quien se la había aprendido ya de tanto oírla en el auto cada día.

Catalino los observaba con los ojos nublados por las lágrimas, estaba feliz y complacido de haber aceptado a esa joven que le pareció tan decidida y temeraria como chofer, porque fue una excelente conductora para el corazón de su jefe.

Pronto otras parejas se unieron al baile, la fiesta estuvo muy animada y alegre, luego de partir el pastel, él tomó por una mano a su esposa y la llevó al estacionamiento donde los esperaba el chofer:

–¿Qué significa esto?, ¿adónde vamos?

–Es una sorpresa.

–No, no podemos, la niña...

–Ya me ocupé de todo, además su tío Catalino es una mamá gallina, por otro lado Adela y Vittorio se quedarán con ellos.

–¿Cuándo regresamos?

–Regresaremos en un par de días.

–¿Lo prometes? –preguntó con desconfianza.

–No –respondió sonriéndole con picardía.

Adelaida se rindió, se recostó del hombro de su esposo con una gran sonrisa en su rostro, llegaron al aeropuerto y abordaron el avión, en pocas horas estaban en su destino, una hermosa cabaña de playa con un paisaje de ensueño, marco ideal para que él le demostrara a su esposa cuánto la amaba y la deseaba y que ella hiciera lo mismo con él, apenas cruzaron el umbral comenzó a besarla con mucha calma degustando sus labios, mientras sus manos recorrían su cuerpo, así inició su esperado viaje al placer.

+++FIN+++

LA CHOFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora