Me desperté en cuanto sentí sus labios en mi rostro. Sonreí mientras abría un poco los ojos.
—Buenos diias —le escuché decir—. Sigues durmiendo —asentí con la cabeza y ella se rio—, pues entonces me voy para dejar que sigas... —cogí su mano y la atraje a mí hasta tenerla tumbada encima de mí.
Coloqué mis manos en su culo mientras enterraba mi cara en su cuello para poder deleitarme con su aroma.
A todo esto, ¿cómo había entrado en casa?
Le di varios besos en el cuello con mis labios mojados.
—Pablo no me tientes —me dijo y yo sonreí en su cuello.
Recorrí con mi lengua todo su cuello hasta la coronilla y besarla con intensidad. Mientras me perdía en sus labios, se separó rápidamente y se levantó corriendo hasta irse al baño.
Me quedé con el ceño fruncido y me reí, será porque me acabo de despertar y necesito asearme.
Lo necesitas Pablo.
Tú cállate.
Escuché como vomitaba y me levanté, esto ya era preocupante.
Me levanté de la cama y fui hasta el baño, toqué la puerta pero entré directamente, mi chica necesitaba de mi ayuda.
—Valen, ¿estas bien?
Me respondió vomitando aún más, así que cogí su pelo y miré si en el lavabo había alguna goma suya, que efectivamente había así que agarre su pelo con ella y cogí algo de papel.
—Toma amor —le tendí un trozo de papel y se limpió la boca con eso—. Sé que no me he cepillado los dientes, pero no era para que te pusieras así.
Ella solo ladeó una sonrisa y le tendí la mano para levantarla. Cogí con mis manos su cara y la inspeccioné.
—¿Todo bien?
—Si, no sé, llevo días mala.
—Pues vamos al hospital, espera que me cambio y vamos.
—¿Cómo vamos a ir al hospital? No es nada grave tonto, estoy bien.
—Si llevas ya días es para que te preocupes eh, si vomitas otra vez llamo a un médico.
—No voy a vomitar, tranquilo.
Me besó para dejarme un poco más tranquilo y me sonrió.
—Anda, sigamos en lo que estábamos que te tengo unas ganas.
—Si estás enferma no puedes follar —ella enarcó una ceja y yo me encogí de hombros.
—¿Y a ti cuando te ha importado eso?
—Nunca, pero bueno, era para picarte un poco —la cogí en brazos y caminamos hasta mi cama, dispuestos a demostrar todo el amor que nos teníamos.
- - -
—Te tengo una sorpresa —le dejé caer.
—¿Sorpresa? ¿Para mí? ¿Que es? —empezó con su emoción.
—¿Debería dártela? Es que has estado tiempo sin venir a verme, o sin coger mis llamadas, tengo que pensarme...
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ENTRE NOSOTROS | PABLO GAVI
Любовные романыValentina estaba estudiando la carrera que necesitaba cuando pasó la pérdida de sus padres. Una lesión que deja al sevillano una temporada entera sin jugar, haciendo que le dejara sin jugar y hacer lo que él más quería. Sus padres intentan encontr...