Pruebas.

4 1 0
                                    

— ¿Qué dijiste?— la mujer enojada mira a su esposo

— Tenemos una misión para el lunes— responde este

— No, eso no, lo otro.

— La mudanza se retrasará otros tres días.

— ¡Argh! ¡Una mujer necesita su cama después de darle tiempo a ese montón de moscas!

— Madre... — la mujer está muy irritada como para dirigirle la palabra

— Es mejor que hagas tus ejercicios, Aiden. No quieres que tu madre te golpee por dejarlas a un lado

— ¿Hiciste qué?— le clava una mirada asesina a Aiden quien desaparece de inmediato para hacer sus ejercicios de física.

En el apartamento hay 3 habitación: El de sus padres, el baño y la habitación de Aiden, pero es estrecho por dentro. La habitación de Aiden está prácticamente vacía, solo tiene su ropa, zapatos, un saco de boxeo y algunos productos personales, sus cosas aún no llegan por lo que tendrá que seguir esperando por su cama, osea, de todas formas duerme en el suelo.

Los ejercicios para él son muy sencillos, física y matemáticas para él es fácil, menos el inglés y el ruso, es algo que no domina, ni tampoco habla. Al terminar decide hacer ejercicio físico, calienta, hace flexiones, golpea el saco y hace rutina de brazos, piernas y abdomen. Básicamente, Aiden no tiene mucho que hacer. No va a la universidad, no tiene trabajo por el momento y sus padres lo dejan solo en casa, Aiden lo admite, está aburrido.

— Aiden— su madre había entrado y este no lo notó

— ¿Pasa algo?

— Iremos a entrenar, vístete.— sale cerrando la puerta detrás de ella

Un suspiro sale de las fosas nasales del pelinegro, no había entrenado desde que llegó, quizá fue muy estúpido de su parte pensar que no lo harían por un buen tiempo.

Un suspiro sale de las fosas nasales del pelinegro, no había entrenado desde que llegó, quizá fue muy estúpido de su parte pensar que no lo harían por un buen tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Ah! ¡Ugh!— la saliva se derrama mezclada con sangre que brota de su nariz, los golpes de su padre son como lo recuerda desde que tenía once años...— ¡Igh!— pesados y cortantes

— Vamos, Aiden solo tiene que golpear a tu padre una vez y aprobarás la prueba— anima sonriente la mujer desde las gradas destruidas de aquella escuela abandonada.

Aiden solo podía esquivar los rápidos golpes, su padre no tiene piedad alguna al momento de entrenar, golpea siempre en partes vitales sin importar lo mucho que esto causaría en su hijo, para ese hombre lo más importante es el aprendizaje práctico que teórico. El hombre lanza un golpe directo a la cara de su hijo quien esquiva y toma su brazo para evitar que se mueva.

— Aiden, sabes que no me gusta que tomes así a tus enemigos— el hombre sin dificultad toma de la camisa a Aiden y lo alza para luego tirarlo hacia atrás de un solo movimiento— porque dejas un campo abierto para ataques como ese.— el hombre esboza una sonrisa y se acerca a su hijo para golpearlo por última vez dando fin a la prueba afirmando el fracaso.

Como destruirte la vida. ©[EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora