La noche.

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Ross entra en la sala de laboratorio con paso apresurado— Ross, hace mucho no te-

— Encontré esto en la escena— tira la bolsa de plástico sobre la mesa haciendo caer el portalápices— quiero pruebas de ADN. Si encuentras huellas digitales mejor.— El moreno nota el peso del ambiente; voltea observando a la mujer cruzada de brazos— ¿Algo más?

— Quizá un "hola, un gusto verte después de casi seis meses" No lo sé, ¿te parece?

— Bien, tú ganas.He estado muy poco-

— ¿Ocupado?— Ross no tiene nada que decir— Te he escuchado decir lo mismo desde que te conozco y ni una sola vez me has dicho algo nuevo.— Se sienta con las piernas medio abiertas sobre el escritorio— Aún tengo la esperanza de recibir un mensaje tuyo que diga: "Estoy de vacaciones".— hace ademanes

— Sabes que eso no es posible. —Irritado se levanta— Mientras ellos sigan allá afuera haciendo ese tipo de cosas,— señalando la ventana donde se puede ver el cuerpo de Ginn con la cuello torcido— No puedo darme el lujo de "descansar".— recalca.

Se encoje de hombros suspirando— Ross, entiendo tus acciones, pero-

— Sé lo que hago. No necesito que te preocupes por nada más que encontrar una pista fiable— Dicho esto sigue su camino desapareciendo al cruzar la puerta.

Abigail suspira con pesadez. Ross es un hombre recto y exigente con él mismo, llevandose al límite, eso lo saben todos.

El hombre camina entre los demás inferiores.— "Este caso es muy diferente a los demás que he visto. Algo muy inusual en algunas partes como: La escena estaba muy sucia (sangre por las paredes desde la cocina hasta la puerta principal), el cuello torcido (anteriormente han jugado con los cuerpos de todas la victimas, pero en esta ocasión se vió como... un acto apresurado para matarlo), el mensaje (mensaje claro, pero de esencia muy débil a comparación del caso de los Morgan)."— esboza una sonrisa burlesca— Que ironico de su parte.

— ¡Ross!— se acerca hasta tocarle el hombro al mencionado— Te estuve buscando.

— ¿Sucedió algo?

— El jefe quiere hablar contigo. Te espera en su despacho.— la noticia le hace tensar la mandibula.

— Espero no necesite un masaje en la bolas— el moreno se dirige allá a regañadientes.

— ¡Já! Buena suerte.

Camina por los pasillos, diferentes personas marchan a su lado, diferentes caras, dintintas vidas, similares casos, repetidas situaciones. Cierra sus ojos antes de abrir la puerta de la oficina y cruzar por ella.— Buenos-

— Sientate, Ross— Este obedece— He visto el caso reciente ¿Sabes los riegos que correremos si esos malditos hijos de puta se siguen saliendo con la suya?

— Señor, aún tenemos el caso bajo investigación, nos falta tiempo y-

— Tiempo es lo que nos falta, Ross. — suspira irritado. Sus dedos arrugados se deslizan por debajo de sus gafas frotando el rabillo de sus ojos— La prensa me esta presionando con estos casos ¿Sabes lo que tengo que inventarles para calmarlos? 

— Eh-

— ¡No!— golpea la mesa levantandose a caminar para calmarse— Eres el jefe encargado de los incidentes y no puedes encontrar ni una sola pista para atrapar a uno de ellos.

— No es fácil atrapar serpeintes en un nido llenos de ellos, señor. Mi equipo y yo estamos haciendo todo lo posible.— recalca

— ¿Todo dices? No hay hecho nada, porque si realmente lo hicieran no tendría a la mitad del país pisandome.

Como destruirte la vida. ©[EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora