La herida.

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En cada paso que da pequeñas gotas de sangre iguales a las que vio afuera se encuentran esparciéndose por las líneas delgadas de las baldosas, guiándole hasta la puerta mal pintada de la esquina— ¿Ai-

— ¡Argh!— ese quejido fue suficiente para pensar en lo peor haciendo que su preocupación aumentó intentando abrir la puerta

— ¡Aiden! ¿Estás bien? Por favor, abre la puerta— no importa cuánto gire la perilla. La puerta está bloqueada desde dentro. Aiden sabía las posibilidades de cometer otro error por lo que tuvo cuidado esta vez— Por favor, Aiden

— Vete...— a duras penas musita. El dolor de la aguja clavándose en su carne, uniendola con la otra, es insoportable hasta el punto de sentirse débiles para tomar la aguja.

El dolor y los gritos de Dalan son la mezcla perfecta para provocar migraña hasta el punto de sentir nauseas— Aiden, por favor, dime qué estás-

Aprieta los dientes; la aguja se clavaba en su piel. Golpe tras golpe es acompañado de un grito de desespero. Aiden se desorienta unos instantes en los que solo la vibración de los golpes sobre la madera lo llevan al límite— ¡Cállate!— Un golpe fuerte mancha de sangre el otro lado de aquella madera deteriorada al impactar el puño contra esta.

La repentina reacción del otro lado tensan sus nervios; sin alejar sus manos del muro que los separa, él dice: — Lo entiendo, estás abrumado. Aún no tenemos la confianza de contárnoslo todo. Cierto, tienes razón— sus rodillas tocan el suelo— podemos comenzar ahora. Yo te diré todo, las razones, los porque, cualquier pregunta... pero no me alejes... por favor— lagrimas tocan el suelo uniéndose entre sí.

Es cierto, Dalan está aterrado, no sabe que sucede, sabe que Aiden no le dirá que sucede o cual es el problema, si ¿el problema es él? Sus inseguridades lo atormentan, cada una de ellas se ríen sobre él, su pecho aprieta sus huesos, su estomago, su respiración se agita, la ansiedad crece.

De sus ojos nacen gotas, resbalándose sobre su mejilla.

Aiden yace sobre su cama, exhausto, rendido. La aguja que cuelga sobre sus dedos escurriendo su sangre manchando las sábanas desparramadas en el suelo.— Dalan...— aquellos sollozos que capturan a la perfección la voz de su amado es lo único que no quiere oír. 

¿Es mucho pedir estar a su lado por siempre? Ha perdido mucha sangre en el camino. Dalan está llorando, Aiden lo sabe, no sabe porque, no sabe nada, nada de Dalan. Quiere saberlo todo, más allá desde su propia perspectiva, más allá de todo lo que conoce, probarlo todo con él, ya no importa nada más, ya no importa seguir ese absurdo linaje porque Aiden hasta su último suspiro está decidido a crearlo todo con Dalan. 

— Escucharás cosas horribles de mí, incluso lo verás. No tengo excusas para eso, lo sé.— se sienta sobre el suelo apoyando su espalda en la puerta mal pintada— ¿Recuerdas nuestro primera cita? Ese día nos golpearon en el bello mirador, todos los chicos que viste son alumnos de mi escuela, amigos de Keyder, el que me golpeó en la cara... mi ex-novio.— Los recuerdos vienen unos tras otro, suspira secando sus lágrimas— Sabes, me sentía tan solo cuando estaba en mi cuidad natal, no era diferente de estar aquí. Todo el tiempo era victima de todo tipo de agresión física y psicológica... estaba solo, todo el tiempo. Sin importar donde yo fuera, todo a mi alrededor se volvía en mi contra... fuera o dentro de casa, todo siempre era una pesadilla.— El más pequeño abraza sus piernas apretándolas contra sí mismo. Nace un nudo en su garganta haciéndole temblar antes de continuar con aquellos recuerdos— No fue mi intención... yo no quise atacarle. Perdí el control de mi mismo y...— mira sus manos llenas de polvo y tierra sintiéndose miserable— Era solo un niño, era más pequeño que yo. No vi con claridad, no pensaba con claridad...— cierra sus ojos al enterrarse las uñas en las palmas; mira estas sin reacción alguna— Fui denunciado por sus padres, pero me liberaron de todo cargo justificando que no estaba en mis sentidos.— Levanta la cabeza levemente observando las telarañas colgadas sobre el techo— Nos mudamos aquí por mi culpa. Hundí a mi familia... dejaron de verme como su hijo desde entonces. Me sentía solo de nuevo— ríe irónico— Nunca creí en el karma o algo así... pero el universo siempre me ha odiado.— las lagrimas habían cesado hace tiempo. El nudo que tenía en su garganta ahora está amarrando sus intestinos— Entonces lo conocí, él era muy lindo conmigo; en ese momento no pasó por mi cabeza el porque. No fue al poco tiempo que empezamos a salir.— juega con sus dedos mientras sus pupilas se apagan al recordarlo todo de golpe— Yo, yo realmente pensé que él iba a cumplir todo lo que alguna vez soñé, era muy ingenuo y estúpido... Un idiota con esperanzas de ser, no, de sentirme alguien valioso... como en las películas.— Dalan se odia a si mismo, tanto que cree ser merecedor de todo lo que le ha sucedido—Keyder vio debilidad en mí desde el principio y lo usó en mi contra. Manipulación, agresión, todo a lo que le hui él me lo recreaba todo el tiempo.— Entonces las lágrimas aparecieron sin sentimiento alguno, ni amargo ni dulce, recuerdos que le torturan sin provocar dolor solo peso, el mismo que aplasta sus huesos y se carcome su alma, el que le recuerda lo que más odia de si mismo— Le tomaba fotos de mí, no eran divertidas, no eran aburridas, pero provocaban algo a todo el que lo miraba: "Asco". Mi primera vez fue con él— sonríe irónico— Fue un animal, me trató como una muñeca inflable Dolió... dolió mucho cuando me dijo: "Sonríe" con una cara satisfecha mientras yo sangraba— sus palmas se juntas tapando sus ojos. Es cuando se destruye por dentro otra vez, quebrando su voz— Una y otra vez... foto tras foto. Las miraba como un trofeo mientras yo quería cortarme la lengua con tan solo saber que haría con ellas; ciegamente confié en él. Pero incluso enfrente de mí él se las mostraba a sus amigos...— solloza— Me sentí sucio, pero no quería estar solo... no quería estarlo— sus sollozos cada vez son más fuertes— Y-yo, yo intenté, y-yo intenté— Los recuerdos llegan desde lo más profundo de su ser: "¿Amado? ¡Tú nunca conocerás que es eso!" "Omegas como tú deberían extinguirse" "Solo naciste para ser cogido" "Se me pegará lo puta, ew" "No sirves para nada más" "Todos los omegas son iguales" "No te me acerques". Cada uno de sus recuerdos, lo haces recordar lo que odia de sí mismo... Ser omega.

Como destruirte la vida. ©[EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora