¿Nunca has besado?

13 2 0
                                    

— Dalan... tu padre ha desaparecido.

— ¿Qué?

— No lo encuentro por ninguna parte— la mujer está preocupada, agobiada, quien sabe que le hubiera pasado a su esposo.

El castaño está claro en una idea: Los abandonó. Dalan siente paz y tranquilidad una vez en su casa.— Mamá, papá debe estar borracho en una cantina del pueblo. Debes relajarte, esta bien.

— No, no está bien ¿Y si esta con una mujer? ¿Y si me está engañando?

"¿No lo ha hecho toda la vida, mamá?"— Dalan sonríe para convencer a su madre— Que va, mamá. De seguro regresa cuando despierte

— Tienes razón, quizá lo haga— la mujer está perdida, autoconvenciendose. Que triste que siga amarrada a ese hombre. Dalan no comprende cómo su madre puede amarlo tanto o quizá es solo la costumbre.

El castaño sale del cuarto, es momento de alimentar a los gatitos. La nieve ya no es tan densa, aún así se pone su abrigo y se coloca su bufanda favorita alrededor del cuello. Camina a la escaleras y sale de la residencia. 

Al llegar al viejo estacionamiento, visualiza a Aiden. Corre hacia él y aterriza en su cuerpo abrazándolo— ¡Aiden! 

— ¿Qué estás haciendo?— se separa de él. Olvidó que el pelinegro es seco. Su corazón late a mil ante la vergüenza o eso cree él.

— Resbalé, gracias por atraparme

— No lo hice.— Dalan siente una apuñalada en el corazón, no literalmente

— Solo es un... olvidado ¿Estás alimentando a los gatos?

— No.

Aiden está raro, Dalan lo intuye— ¿Te pasa algo?

— Me pregunto si la madre de aquellos gatitos me guarda rencor.

— ¿Por qué lo haría?

— Me lastimó, debe odiarme.

— No todas las personas que te lastiman te odian, a veces te aman y... te acostumbras al dolor aún con ese sentimiento dulce en tu corazón— su madre es el ejemplo más similar.

— Supongo que el dolor también es un método de amar.

— Sí, pero el mejor metodo de amor es decirle a la otra persona que lo amas— Aiden y Dalan casi se le sale el corazón del pecho al escuchar eso. Algo a lo que no están acostumbrados a oír o decir.— Bueno, por lo que he escuchado en la televisión.

— Yo nunca he visto la televisión.

Dalan queda perplejo ante la aclaración de Aiden— ¿Qué tú qué? ¿Nunca has visto una película?

— No.

— ¿Una serie?

— No.

— Bueno, pero lo ves en tu celular.

— Tampoco he tenido uno. No sé cómo se usan.

— ¿Acaso vienes de una cueva?— Dalan está indignado, ahora comprende un poco a Aiden. Titubea un poco antes de hablar— ¿Quieres ver una película conmigo?—Dalan hace todo lo posible para que Aiden no notara su rubor, la cara le ardía por supuesto que está ruborizado

— No.

Y la emoción se fue a los suelos.— ¿Por qué?

— La probabilidad de que mi mente solo piense en la película me distraerá de mis... deberes.

— ¿Acaso tienes cinco años? Una película no hará de tu cerebro una basura, puede que te distraiga, aún que ese es propósito. Pero si ese es el caso, entonces trata de pensar en otra cosa y solo escucha la película.

Como destruirte la vida. ©[EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora