不同 28 不 同

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—¡Ay! —se queja y sacude su pie. —Tenga cuidado.

El señor que le ha pisado el pie se disculpa y se va. Yo solo me río de su cara y el puchero que está haciendo.

Parece un niño.

—No te rías. —me pide con voz aniñada, su labio inferior sobresale y pone los brazos en jarra.

El autobús vuelve a estar en marcha y él se tambalea, pero gracias a sus buenos reflejos, logra alcanzar el pasamanos.

Vuelvo a reír.

Se sonroja y mira a su alrededor para saber que nadie lo ha visto, estuvo a punto de caerse sobre una ancianita, es entendible la vergüenza que está sintiendo ahora.

Bufa y me codea.

—No entiendo por qué vas en autobús, ni siquiera pasa cerca de tu casa.

—Lo que yo no entiendo, es por qué decidiste venir conmigo. —contraataco.

Me enseña la lengua e ignora por completo lo que le dije.

Y es la verdad, porque yo estaba despidiendome, pero él solo me quitó la mochila de los hombros y me persiguió hasta el paradero, creyendo que solo me acompañaría hasta que el autobús llegara, pero más fue mi sorpresa cuando él subió detrás de mí y claro tuve que usar mi tarjeta de autobús por ambos.

—Estaba de pasada.

—Por supuesto que sí.

Sonríe enseñando su dentadura y se va a un lado cuando el bus frena.

—Eh, ¿Estás bien? —puedo estar segura de que vi su pierna flaquear.

—Yo perfecto.

Aunque pudo ser solo por el freno.

El viaje sigue y en menos de diez minutos hemos llegado a mi paradero. Lucas parece decidido en acompañarme hasta mi casa mientras sonríe como un tonto.

O tal vez soy yo la que sonríe como tonta.

La plática que ha impuesto me tiene cómoda y plena, y los chistes que no tienen gracia solo hacen que yo quiera reír.

En el camino hemos comprado unas paletas heladas por la inesperada ola de calor que se presentó esta tarde. Y es ahí donde da inicio al juego de las 20 preguntas, juego que dura una eternidad teniendo en cuenta que mi casa no está tan cerca del paradero del autobús, en lo que Lucas ha tenido la razón.

—¿No te es incómodo hablar sobre la relación de tus padres? —pregunta con cautela.

Ha tenido mucho miedo al hacer esa pregunta y lo noto por su mirada y la forma en que lo dijo. Pero no tengo problema alguno al responder.

—La verdad es que no, antes tal vez sí. —le doy una mordida a mi paleta y continúo. —Al comienzo fue difícil, tenía diez años cuando terminaron y once cuando se divorciaron. Aunque parezca loco, no lo noté hasta el día en que papá se fue de la casa, intentaron hacerlo no tan obvio "por mi bien" —simulo comillas con los dedos de una mano. —y puedo decir que hasta el día de hoy se llevan muy bien, son algo así como unos amigo-socios, yo soy su bien mayor.

—¿Y la esposa de tu padre? ¿Se lleva bien con tu mamá?

Me sorprende la libertad con la que me parece que estoy decidida a responder, sin molestias.

—No han tratado más allá que un saludo por cordialidad, en las pocas veces que se han visto. No hay recelos de por medio porque papá conoció a Raehyun años después del divorcio y en lo personal me agrada mucho, es buena persona.

Different || LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora