Different || Lucas

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El lunes había llegado más rápido de lo que me imaginaba. Con el cansancio en mis brazos y arrastrando los pies logré sentarme en mi pupitre.

¿Quién dijo que remodelar un local era fácil?

—Pareces un zombie. —Hayun pellizca mi mejilla y ríe.

—Ya lo creo, me quedé hasta tarde ayudando a mi abuela en su local. —recuesto mi cabeza en la mesa y juego con mis dedos. —Hoy tengo visitas en casa.

—¿La pareja de tu mamá? —asiento con la cabeza de lo más normal. Hayun parece estar pensando en algo porque mira a la nada con el ceño fruncido y juro ver como sus ojos brillan. —¿Qué tal tu cita?

Era lo que me faltaba.

Escuchar la larga charla de mi madre y abuela sobre la juventud y de las prevenciones que una debe tomar no había sido lo más agradable del mundo.

—Todo bien, fue como una casual tarde de fin de semana.

—Claro, solo que no fue nada casual.

No me tomo la molestia de encararla porque me pesan los ojos y siento que en cualquier momento caeré dormida.

La puerta del salón se habré y se cierra cada vez que un estudiante entra, incluso algunos se asoman en esta para ver si el maestro se acerca.

—¡El maestro Park no vendrá hoy!

Y eso es suficiente para que cierre los ojos y deje que mi cuerpo se relaje.

—EunJi no duermas, en cualquier momento viene la directora.

—Si viene que sea para que me libre del castigo, hoy no quiero quedarme a ayudar al entrenador. —digo una vez me incorporé del pupitre.

—¿Y a ustedes que les pasa?

—EunJi está desfalleciendo.

Mis ojos pesan y no hago más por nantenerlos abiertos, con los brazos cruzados y la cabeza agachada me permito entrar en un estado de relajación.

Por alguna razón no puedo completar bien el sueño, tan solo sigo en la misma posición escuchando los murmullos de mis compañeros en el aula.

La puerta se abre y me pongo en alerta, al dirigir la mirada hacia esta veo a una chica asomarse por el pedazo de madera llamando la atención de todos.

—El alumno Wong —se detuvo para leer el papel que tenía en sus manos. —Wong YukHei, la directora lo está buscando.

Después de ver como el de descendencia china se acercaba de paso firme hacia la puerta y la dejaba completamente abierta reconocí a la castaña. La chica de la cafetería.

—¿Ella es nueva, no?

—Sin duda, aunque me parece haberla visto algunas veces. —responde Ten a Hayun para después restarle importancia.

Desearía poder hacer lo mismo.

No soy consiente del tiempo en que llevaba mirando la puerta esperando por la llegada de cierto chico. Ugh, ya estaba comportandome como las mujeres de las novelas de mi abuela. Él vuelve y me dirije una pequeña sonrisa cuando nota que no he apartado la mirada hacia esa dirección, no me molesto en responder a su acción cuando ya estoy sumergida en mis pensamientos por completo. ¿Quién era ella? ¿Por qué le había sonreído la otra vez? Simples preguntas que no eran más por mera curiosidad, claro.

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—¿Sabes que me asusta cada vez que te veo más callada de lo normal? ¿Qué te ha hecho tu abuela? ¿O es que estás enferma? —mi amiga toca mi frente y Ten abanica mi rostro con sus manos.