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Capítulo 23. Verdades que lastiman
Las dos jóvenes humanas miraban con asombroso la figura de Alice Cullen quien miraba a la mayor de ellas con estupefacción. Bella soltó la mano de su hermana para atrapar a la vampira entre sus brazos.
—Bella...
—Lo siento— se disculpó Bella —E-es solo que no puedo creer que estés aquí— Hazael observaba a la Cullen sin entender que hacía en su casa.
—¡¿Quieres explicarme como es que estas vivas?!— exclamó incrédula la chica de cabello corto.
—¿De qué hablas?— preguntó Hazael ofendida ante la pregunta que le había hecho a su hermana.
—Tuve una visión— dijo Alice mirando a haza el —Saltaste de un precipicio— dijo esta vez a Bella —¿Por qué rayos estas tratando de matarte? ¿Que pasaría con Charlie y Hazie?
—No trate de matarme Alice— respondió Bella avergonzada —Era un clavado, solo eso— Hazael bufo por lo bajo. Si claro un clavado, pensó irónica —Fue divertido— Hazael tuvo que reprimir las ganas de abofetear el rostro blanquecino de Bella.
La menor estaba cansada de los balbuceos sin sentido de su hermana por lo que se dirigió a la cocina a prepararse un café y de paso hacerle uno a Bella. Ambas lo necesitaban para entrar en calor.
Vertió el café caliente en dos tazas y los preparo según los gustos de cada una. Camino con las tazas en mano hacia la sala entregándole una a Bella sentándose en el sillón junto a ella.
—Jamás he conocido a nadie más propenso a poner en riesgo su vida— mencionó Alice intercambiando miradas con Hazael quien solo elevo sus hombros igual de sorprendida que ella.
—Tu...— Hazael se percató del nerviosismo de Bella —¿Tú le dijiste?— preguntó Bella refiriéndose a Edward. La Swan menor hizo una mueca incomoda.
—No— respondió Alice —El solo llama de vez en cuando, dice que quiere estar solo— dijo con el semblante triste. El semblante de Bella decayó ante las palabras de la vampira.
Alice arrugó la nariz con desagrado mirando a las dos hermanas Swan —¿Qué es ese asqueroso olor a perro mojado?— Hazael rio por lo bajo al saber de dónde provenía el olor.
—Es probable que seamos nosotras— dijo Hazael con una sonrisa ladina en su rostro tomando un sorbo de su café.
—O Jacob y su amigo— dijo Bella dejando la taza vacía sobre la mesa —Los dos son hombres lobo.
—Chicas, los hombres lobo no son una buena compañía— comentó Alice mirando a las dos hermanas. Hazael rodo sus ojos sin poder evitarlo.
—Habla por ti misma— dijo Jacob parado cerca de la puerta de la cocina mientras que Paul se encontraba cruzado de brazos recargado en el marco de la puerta detrás de Jacob. Le dio una mirada preocupada a Hazael, la chica le sonrió tratando de tranquilizarlo.
