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Hazael Swan y Jacob Black han sido los mejores amigos desde que tenían 5 años. Quién los conoce sabe que no pueden estar separados, son como uña y mugre, no pueden vivir el uno sin el otro.
Les gustan las mismas cosas, escuchan la misma música e incluso solían comprarse suéteres iguales durante las épocas navideñas.
Conforme iban creciendo su amistad se fortalecía y nació un nuevo sentimiento entre ellos o al menos en uno de ellos. Hazael lo sabía, estaba enamorada de su mejor amigo y no sabía qué hacer con sus sentimientos. Planeaba decirle de la mejor manera posible, no tenía miedo.
Creía que Jacob correspondería a sus sentimientos, estaba totalmente segura que estaban destinados a estar juntos, pero como en todas las historias de amor, el universo nunca conspiró a su favor y todo gracias a su hermana mayor, Bella.
La llegada de Bella a Forks solo significó una cosa: problemas. En cuestión de días su pacífica vida dio un giro inesperado cuando su tonta hermana decidió enamorarse de un estúpido chico paliducho. Bella se introdujo a la vida de Edward de una manera espontánea arrastrando a su hermana menor con ella.
Sin imaginar que ese solo era el comienzo de todo lo que estaba por venir.
