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Capítulo 31. Descontrol
Rosalie había llamado a Hazael para pasar por ella a su casa, había un tema delicado que debía de tratar con su familia en la que ella estaba incluida. La menor se apuró a colocarse su sudadera gris para salir de la casa cerrando la puerta detrás de ella.
Su rubia amiga ya la esperaba en el auto con una sonrisa amplia en su rostro. Abrió la puerta del copiloto e ingreso al interior sentándose en el cómodo asiento y saludando a Rosalie.
Ambas emprendieron marcha hasta la residencia Cullen donde las esperaban.
—Cada vez apestas más a perro— dijo la vampira con una mueca en el rostro, apretando con fuerza el volante entre sus pálidas manos.
—Paso mucho tiempo con los lobos— dijo Hazael encogiéndose de hombros con una sonrisa.
—No veo por qué te agradan— expresó ella a lo que la menor la miró con una expresión divertida.
—Eso es porque sus especies son enemigas— dijo ella —Pero yo sé que en el fondo podrían agradarse— afirmó esperanzada.
—No gracia.
El auto se estacionó frente a la casa de los Cullen donde Bella y Edward al igual que ellas iban llegando. Hazael reprimió una mueca y solo se miró con Rosalie, quien parecía estar incomoda con la presencia de la humana.
Los cuatro entraron a la casa mansión hasta la sala donde el resto de la familia escuchaba las noticias. Hazael apretó sus labios en una línea al escuchar los incidentes en Seattle.
—Está empeorando— dijo el patriarca del clan apagando el televisor —Tenemos que hacer algo.
—Se necesita más de uno de nosotros para causar el daño que reportan— aseguro Jasper entre dientes —Muchos más y son indisciplinados, descarados.
—Son neófitos— completo Edward, Bella miró a su novio sin comprender.
—¿Qué?, ¿Vampiros nuevos?— preguntó Bella
—Los primeros meses después del cambio.
—Es cuando estamos más incontrolables, viciosos, enloquecidos de sed— dijo Jasper con una mirada profunda que causo escalofríos en Hazael.
—Es una idea seductora— dijo Emett mirando a ambas hermanas.
—Nadie ha entrenado a estos neófitos, pero esto no es fortuito— mencionó el vampiro de cabello rubio rizado.
—Están creando un ejército Jasper— dijo Carlisle con preocupación.
—Ahora si tenemos que ir a Seattle— expresó Emmett poniéndose de pie del sofá.
—¿Un ejército de vampiros?— cuestionó Hazael frunciendo el ceño.
