051.

392 91 4
                                    

Capítulo 51

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 51. El día que lo cambió todo


Aquella mañana, Hazael había decidido visitar a su padre y recoger algo de ropa limpia para ella. Aunque su hermana se opuso rotundamente, la menor de las Swan simplemente ya no podía más. Estaba tan agotada, tanto física como emocionalmente, que lo único que deseaba era alejarse aunque sea un instante, de todos los problemas que la rodeaban y disfurtar de la tranquila compañía de Charlie, aunque fuera solo por un momento.

Hazael soltó un fuerte suspiro en cuanto sus ojos se toparon con la mirada preocupada de su padre. Ella era consciente del deprimente estado en el que estaba pero había tratado de ocultarlo con ayuda de Rosalie y el encanto del maquillaje, pero pareciera que nada podría ayudar a la protectora con su problema. 

—¿Estás bien, Hazie?— la voz grave de Charlie rompió el silencio, su ceño fruncido denotaba la preocupación que intentaba ocultar, pero sus ojos traicionaban cualquier intento de disimulo. No podía dejar de mirar las profundas manchas oscuras debajo de los ojos de su hija menor.

—Han sido días complicados— contestó con un torpe intento de sonrisa, que apenas alcanzó a curvar los labios. Sabía que cualquier explicación que diera sería insuficiente, pero tenía que decir algo para tranquilizarlo.

—¿Tú también te enfermaste?— preguntó Charlie, tratando de buscar una razón lógica para el estado en el que veía a su hija —Te dije que no era buena idea que ayudaras a cuidar a tu hermana, siempre has sido sensible a los virus.

El corazón de Hazael se encogió al escuchar esas palabras, no solo por la mentira que había tenido que decir, sino por la preocupación genuina que su padre sentía por ella. Charlie no tenía ni idea de lo que realmente estaba pasando, de los secretos que envolvían a la familia Cullen, a Bella, y a ella misma. A veces, la carga de esas mentiras parecía demasiado pesada de soportar.

—Sabes que no puedo evitarlo— bromeó Hazael sutilmente, tratando de aligerar la situación, aunque su voz no tenía la misma chispa de siempre —Pero descuida, fui más rápida con la curación, creo que es porque soy más joven que Bella— Charlie soltó una risa sonora. El sabía que Bella era especialmente sensible con el tema de la edad, y el comentario de Hazael le recordó esos pequeños momentos familiares que tanto extrañaba.

Charlie se hizo a un lado, permitiendo que Hazael pasara hacia el interior de la casa. Sus ojos la siguieron, y en ese momento notó algo más: su hija había perdido peso. Apenas perceptible para alguien que no la conociera tan bien, pero para el, la diferencia era evidente.

—Hazie...— la llamó el jefe Swan, su voz mucho más suave ahora —Sabes que puedes hablar conmigo si algo está mal, ¿verdad?— Hazael se detuvo a medio camino con miles de sentimientos en su interior. Sentía el peso de las palabras de su padre, pero sabía que, aunque quisiera descargar todo lo que llevaba dentro, no podía. No solo porque implicaría contarle la verdad, sino porque no quería cargar a su padre con más preocupaciones. Él ya había pasado por suficiente.

SOUL | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora