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Llegó a su hogar de vuelta, sus planes de recluirse en su taller como era costumbre se habían cancelado, no tenía ganas.

De hecho no tenía ganas de nada, aunque eso no era nada nuevo.

Una vez paso por su puerta, cayó rendido en el sofá, quería seguir durmiendo por años hasta sentirse mejor. A pesar de que eso claramente no iba a servir de nada.

Hace ya muchas semanas que dormir no le ayudaba a resolver mágicamente sus problemas amorosos.

Por más que huia, siempre lo alcanzaban.

Usualmente se forzaba a conciliar el sueño cuando se sentía tan mal anímicamente que se sentía a punto de cometer una estupidez.

No sería capaz... Pero no quería averiguarlo tampoco.

Se enrollo en sus dos colas tratando de encontrar algo de consuelo, de sentía bastante débil sin motivo.

Las ganas de llorar lo inundaban, pero sus ojos estaban demasiado cansados como para seguir con ese acto casi diario. Era agotador.

Su mente estaba llena de esa nueva noticia que le había dado el azulado, tan inesperado como siempre. Pero inusualmente misterioso ahora.

Volvió a recordar esa pequeña escenita de celos que tuvo hace no mucho y se sintió avergonzado de si mismo, otra vez.

Incluso si sus sospechas infundadas sobre su buena amiga Amy resultaban ciertas, probablemente ella lo rechace amablemente y se distancie un tiempo del héroe. Por su propio bien claro.

Rose apesar de vivir enamorada del concepto del amor, se negaba a involucrarse en cualquier tipo de situación romántica.

Rememoraba esa tarde donde la chica le confesó casualmente que creía firmemente no estar hecha para una relación más allá de la amistad. Era muy afectuosa y atenta, claro, pero prefería lo platónico mil veces antes que tener una pareja formal.

Aún recordaba esa conversación tan fuera de contexto de forma aterradoramente exacta.

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—. Y tu Tails ¿Para ti que es el amor? .– dijo mientras le entregaba un plato con algunas galletas recién horneadas.

A Tails le gustaba pasar las tardes junto a la de espinas rosadas, era extremadamente agradable ver la decisión en el rostro de la chica de ojos esmeralda al hablar acerca de un amor imposible e irreal digno de telenovela mientras compartían cualquier detalle de su día a día.

Sus expresiones graciosas al referirse a una relación real con una persona real. Era divertida cuando quería.

Pero la pregunta que le lanzo una vez la conversación se desvío por ese rumbo lo tomo por sorpresa, le hubiera gustado escucharla hablar más sobre su versión idealizada de lo que esperaba en alguien y como seguía argumentando que el amor se veía mejor en las películas que en la vida real.

Pero le cedió la palabra tan fácilmente con una linda sonrisa, de esas a las que no puedes decir que no.

—. Uhm... No sabría decirte exactamente una definición al respecto, yo... .–

—. Oh vamos, no quiero que me cites como enciclopedia literalmente el significado de la palabra .– bufó mientras dejaba bruscamente en la mesita enfrente de ambos una tetera de bonito decorado.

Lo único que podía hacer Prower para hacer enojar en serio a la rosada era ocultar sus sentimientos de ella.

—. Quiero que me digas cómo ves tú el amor, cuál es tu versión no científica .– dió un sorbo a su taza de té para luego proseguir —. Quiero saber cómo el pequeño Tails cree que es el amor .–

—. Amy, solo eres dos años mayor que yo .–

—. Sigues siendo pequeño para mí .– mostró una sonrisa segura y algo confiada.

El silencio lleno la sala de la eriza mientras el rubio daba una y mil vueltas al líquido en su taza con la cucharita de dibujos animados que su amiga había separado de toda su vajilla para el.

Siendo realistas, no sabía explicarlo. Podría hablar a detalle de física cuántica en ese momento, pero no decifrar lo que guardaba su corazón sangrante.

Porque hasta ahora, para el zorro el amor solo había significado dolor y agridulce alegría.

Claro que le hacía feliz ver a Sonic siendo feliz, pero un veneno en su alma le gritaba que él debía ser la causa de esa felicidad y no otra persona.

Era muy complicado ponerlo en palabras. Demasiado, tanto que su pecho comenzó a sentirse pesado.

Ardía.

—. Oh... Miles, querido ¡lo siento! no sabía que era un tema sensible para ti .– se disculpó dejando de lado todo incluso apartado la taza en sus manos y tomando su rostro con ambas manos.

Estaba limpiando sus mejillas húmedas, en algún momento comenzaron a descender lágrimas finas de sus orbes azules sin darse cuenta.

¿Por qué? ¿En que momento?

Rose lo envolvió en sus brazos tratando de aliviar sus sollozos, acunandolo y sobando suavemente su espalda.

El blondo soltaba hipídos esporádicamente tratando de controlarse, no entendía el por qué ese pensamiento lo había afectado tanto.

Era solo un estúpido pensamiento.
Pero era incapaz de manejar el río desbordante de sus ojos.

Se quebró fácilmente.

—. A-amy... .–

—. Dime cielo .–

—. Duele .–

—. ¿Huh? .–

—. El amor... .–

Su voz sonaba cada vez más aguda con cada esfuerzo por seguir respirando en medio del llanto.

Ya no quería tener ese dichoso sentimiento en su corazón.

—. Duele .–

𝙎𝙩𝙞𝙡𝙡 𝘿𝙞𝙚 𝙁𝙤𝙧 𝙔𝙤𝙪 ,, ˢᵒⁿᵗᵃⁱˡˢ ᴮᵒᵒᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora