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Se despertó sintiendo una cálida suavidad encima suyo, al palpar con la yema de sus dedos desnudos pudo sentir la colcha de algodón que lo recubría hasta el cuello.

Estaba echado en lo que parecía ser el mullida sillón de alguien más, olía a frutos rojos y bayas silvestres, era como dormir un pastel recién horneado

Abrió los ojos con lentitud, suavemente despegando sus párpados y acostumbrándose a la luz tenue de la mañana ¿Tanto había dormido? O más bien, ¿tanto tiempo estuvo inconsciente?

Se destapó cuidadosamente para evitar desordenar el sillón de tonos rosados, ya solo por la ambientación del cuarto sabía de quién era.

—. Amy es muy amable conmigo a veces .– murmuró para si mismo mirando su estado.

Pelaje limpio, pierna curada, banditas de fresa al rededor de su cuerpo. Como nuevo y listo para regresar a casa según el.

Se sobre sentó soltando un quejido al tratar de mover su pierna izquierda hacia su pecho, dolía como el infierno a pesar de estar pulcramente vendada y hasta con un lacito encima.

Perfecto, ahora tendría que guardar reposo como un enfermo terminal, era claro que Tails odiaba no estar en plenas condiciones para la batalla.

Se sentía como un estorbo. El quería ayudar.

Pero ahora estaba confinado a esa cama suavecita y calentita por una cantidad considerable de tiempo hasta que la erizo rosa venga a revisar si todavía respiraba.

Lo cual no tardó mucho, Amy era algo protectora cuando se trataba del zorrito.

Ni bien abrió la puerta de su propia habitación, soltó un chillido de alegría y dejó caer la bandeja que traía en las manos para ir corriendo a abrazar a su amigo.

Realmente se había agustiado mucho al verlo solo en plena tormenta la noche pasada.

Y por esa misma razón ella fue la primera en darse cuenta que algo no andaba bien con Miles.

El abrazo fue reconfortante para ambos, al menor siempre le había gustado el olor delicado y frutal de la fémina. Mientras que a la chica le agradaba de sobremanera la suavidad de los rubios cabellos del inventor.

Además, parece que ambos estuvieron esperando mucho tiempo por un abrazo del otro porque no se separaron en ningún momento.

—. ¡Estaba muy preocupada por ti camaroncito! .– exclamó reafirmando su agarre y haciendo más énfasis en el abrazo.

—. A-amy .–

—. Shhh, odias ese apodo, lo sé, no me importa, lo que importa ahora es que te encontré y que estás bien .– La eriza estaba soltando pequeñas lágrimas mientras acariciaba la cabeza del vulpino con algo de agresividad.

—. M-me estás a-ahorcando .–

—. Oh... Oopsie .–

Se separó dejando libre al zorro para que pudiera recuperar el aliento.
Le alegraba tanto verlo finalmente despierto. Por un segundo creyó que no lo volvería a hacer.

Estaba bastante sentimental, hasta que cambio su expresión de alivio por una de enojo ¿A quién se le ocurre desaparecer por casi todo el día sin avisar a nadie? ¡La tuvo con el alma en la boca!

Amy tenía una personalidad algo... Cambiante.

—. No sabía que eras tan buena curando heridas .– confesó apenado mirando como la rosada se cruzaba de brazos, estaba listo para la regañada de su vida.

—. Y yo no no sabía que eras tan bueno jugando las traes... Tanto que te largaste por horas al bosque .–

No tenía como defenderse ante esa acusación, estaba contra la espada y la pared... O más bien contra Ames enojada y la pared de madera.

—. ¡Estábamos tan preocupados por ti Miles! .– exclamó usando su nombre real para darle más peso a sus palabras.

¿Preocupados?

—. ¿Q-qué? .– una pequeña mueca de susto se asomo por la comisura de sus labios, le aterraba oír la respuesta que ya sabía.

—. ¡Nosotros, tus amigos! ¡Todos! ¡¡Hasta el alcalde se preocupo de tener que organizar un velorio ni bien empezaba el año!! .– La voz de la fémina sonaba incrédula y algo indignada

Hizo una pequeña pequeña pausa para tomar aire y sobar sin delicadeza el puente de su nariz, parecía que en cualquier momento iba a echar chispas por la boca. Rose suspiro pesadamente antes de volver a entablar esa conversación.

—. Desde que te encontré, dejamos de buscarte... Bueno, Knux no, todavía piensa que el verdadero tú está atrapado dentro de un coco que encontro por la playa... .–

Su gesto se suavizó al recordar cómo el equidna juraba que el mecánico estaba dentro de ese fruto. Se veía tan convencido que nadie lo pudo contradecir.

De pronto el comunicador en su muñeca comenzó a parpadear emitiendo un sonido estridente y molesto, una alarma.

—. Mi turno de vigilarte termino... Sonic debe estar viniendo en este momento .– confesó algo triste, pues no había logrado entregarle su almuerzo al menor y más bien lo estaba regañando.

—. ¿Turno?... ¿¡S-sonic?! .– sintió su pulso acelerado a través de sus venas, tenía cara de haber visto un fantasma o haberse convertido en uno.

« Toc toc toc »

Amy corrió hacia esta misma lista para darle la bienvenida al otro erizo dentro de su hogar y ella misma retirarse para seguir tratando de hablar con Knuckles y los cocos.

Antes de abrir el picaporte, se volteo para ver el rostro de su amigo casi hijo viendolo con pánico. Tendría que darle unas palabras de aliento.

—. Ay tranquilo Tails... ¡Sonic estaba muy preocupado por ti! Más que cualquier otro la verdad .–. 

El ojiazul no sabía si eso era un premio o un castigo divino.

𝙎𝙩𝙞𝙡𝙡 𝘿𝙞𝙚 𝙁𝙤𝙧 𝙔𝙤𝙪 ,, ˢᵒⁿᵗᵃⁱˡˢ ᴮᵒᵒᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora