CAPITULO 13: MetaCampo

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21 De Enero

Las noticias continuaban transmitiendo imágenes de la misteriosa aurora que iluminaba los cielos de España, generando especulaciones y teorías entre la población y los expertos.

—Parece que la aurora ha estado presente durante varias noches consecutivas, sin signos de disiparse —comentó el presentador en el programa de noticias—. Los científicos y astrónomos continúan estudiando este fenómeno, pero hasta ahora no han encontrado una explicación clara de su origen o naturaleza.

En las calles, la gente miraba hacia arriba con asombro y confusión, intentando comprender lo que veían.

—¡Es increíble! Nunca he visto algo así en mi vida —exclamó un transeúnte, señalando hacia el cielo iluminado.

En los laboratorios y centros de investigación, los científicos trabajaban arduamente para recopilar datos y analizar muestras, en un esfuerzo por desentrañar el misterio detrás de la aurora.

—Esto es algo completamente nuevo para nosotros. Estamos viendo anomalías en los campos magnéticos y en las partículas atmosféricas que no podemos explicar —explicó un científico en una entrevista—. Necesitamos más tiempo para estudiar este fenómeno y comprender su impacto en nuestro planeta.

Mientras tanto, en los hogares de toda España, las familias observaban con fascinación e inquietud el espectáculo celestial que se desarrollaba sobre sus cabezas, preguntándose qué significaba y qué implicaciones podría tener para el futuro.

22 de Marzo / Ciudad de Valencia, Hospital Central / 11:12 am

Por la mañana, la niña llamada Rina caminaba junto a su madre por el parque del hospital, llevando en brazos a su perro. El sol primaveral teñía de dorado el césped mientras las risas de la niña resonaban en el aire. A lo lejos, Andrew, ataviado con ropa civil y una mochila azul, las observaba con una expresión serena.

—Los resultados de los exámenes indican que todo está bien —informó la madre a Rina, con alivio en la voz.

—Entonces, ¿podemos irnos a casa ya? —preguntó la niña, ansiosa por abandonar el hospital.

—Primero vamos a buscar un poco de comida para el perrito. Así que, espérame sentada aquí, ¿está bien? —pidió la madre, recibiendo un asentimiento de Rina.

Al dejar a su perro en el suelo, este corrió hacia Andrew, asustando un poco a la niña, que temió que se escapara. Andrew, con una sonrisa amable, tomó al perrito entre sus brazos y se lo devolvió a Rina.

—Esto es tuyo, toma —dijo, extendiendo al pequeño animal.

—Gracias —respondió Rina, acariciando a su mascota con cariño.

—Hoy dejas el hospital. Qué bueno que tu madre te ha permitido quedarte con Dogan —comentó Andrew, recordando el nombre que había leído en la ficha médica.

—¿Dogan? —inquirió la niña, confundida—. Este perrito se llama Yeti por su pelaje blanco. Mi madre pensó en el nombre.

—¿En serio? —Andrew se sorprendió, pero antes de poder decir algo más, Rina le preguntó—. ¿Y tú quién eres? ¿Conoces a mi madre?

—¿Quién soy yo? —murmuró Andrew, desconcertado—. Soy yo, Rina. Yo te protegí en el accidente.

—¿Cómo sabes mi nombre? —inquirió la niña, retrocediendo un paso, temerosa.

—No puede ser... ¿Realmente te has olvidado de todo? —Andrew estaba confundido y preocupado por la reacción de la niña.

Sin obtener respuesta, Rina se alejó lentamente de él, temiendo que el joven intentara hacerle daño. Andrew, por su parte, se quedó parado, sin comprender cómo la niña no lo reconocía. Después, salió del parque del hospital y caminó por la vereda, sumido en sus pensamientos. Recordó las palabras del director Hurano, que resonaban en su mente con más fuerza que nunca.

Mercury-Man: Sociedad💎Secreta™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora