13- El Portal Parte 1

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  Viernes 12 de diciembre del 2012; el día llegaba a su ocaso. Los afortunados terminaban su laborioso día, otros apenas lo comenzaban.

El agente Jack Bauer del FDECTBIUA corría entre los transeúntes por una avenida concurrida, sudando y agitado; sus ojos se movían frenéticamente de un lado a otro observando cada edificio que lo rodeaba. Jack se detuvo exhausto y miró el reloj en su muñeca: 4:59pm.

Días atrás, Dale Cooper había tenido su sueño más oscuro hasta la fecha, un sueño tan vivido y turbulento que hizo al agente despertarse con sudores fríos. Al desencriptar los complejos símbolos que este sueño representaba, daba la clara imagen de una poderosa sombra engullendo Nueva York, una sombra que iba a hacer su presencia dentro de un minuto.

Jack se quedó parado en mitad de la calle, docenas de personas caminando a su alrededor, siguiendo con la mirada el movimiento del segundero; cinco, cuatro, tres, dos y por un segundo su mundo se detuvo, Jack tensó sus impolutas nalgas esperando lo peor.

5:00pm. En mitad del cielo se manifestó una nube de humo negro. El humo se expandió, emanando una intensa luz azul y tomando la forma de un anillo, en su centro podía verse el espacio exterior; era una grieta, una puerta hacia el universo. Poco a poco la gente rodeando a Jack se detenía para observar con confusión a la anomalía.

Jack miró el cielo romperse boquiabierto, tomó su celular y llamó a su equipo.

–Llegaron.

*Suena la intro de 24*

Lo siguiente tiene lugar entre las 5:00pm y las 5:20pm.

Los eventos transcurren en tiempo real.

Jerry comía cereales en su departamento, Elaine y George lo miraban en silencio, sonriendo y esperando que él hablara, como si lo que querían fuera tan obvio que no hacia falta pedirlo.

–¿Qué? – Preguntó Jerry con la boca llena.

–Ya sabés qué. – Dijo Elaine.

Jerry miró a su alrededor, fingiendo confusión.

–Ah, ya sé, quieren ver como arreglé la pared, la que estaba llena de agujeros de bala ¿No? Entiendo, me tomó semanas, fue un arduo trabajo.

–¡La nueva armadura, Jerry! ¡Queremos ver la puta armadura! – Gritó George.

Jerry sonrió engreídamente, haciendo un gesto de calma con las manos.

–Está bien, Está bien. No es por presumir, pero creo que es mi mejor trabajo, mejor que el chiste de la vida secreta de las medias. – Jerry colocó los cereales sobre la mesada de la cocina. – Está debajo de esta sabana sostenida por esta soga que se levanta a través de esa polea. Lo instalé ayer, pensé que añadía dramatismo al mostrar la armadura; supongo que explicarlo arruina el chiste.

–Debo decir, Jerry, antes no me importaba este asunto tuyo del heroísmo y todo eso, pero ahora estoy orgullosa de tu trabajo. – Dijo Elaine dándole una palmada en la espalda.

–Bueno, pues muchas gracias Elaine. Yo no estaba seguro de ustedes dos viniendo a mi entrevista con el Sr. Fring, pero que lo hayan intentado a pesar de saber que no iban a entrar también me enorgullece.

–¡Obviamente iba a intentarlo, Jerry! – Dijo George. – No soy del tipo filantrópico, pero necesito algo que me de carácter, mi madre siempre dijo que me faltaba carácter. Si lo tuviera tal vez tendría más suerte con las mujeres; verían una parte de mí que ni yo sabia que existía.

–Ok, ahí va. En tres, dos... – Jerry sostuvo la soga que levantaba la sabana y miró al resto con anticipación.

Kramer abrió la puerta de una patada y entró corriendo frenéticamente. Ya estaban acostumbrados a sus habituales e intensas entradas, pero esta era diferente, era verdaderamente urgente, se notaba solo de verle los ojos; todos lo miraron consternado mientras tomaba aire.

LOS AVENFELDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora