19- El Portal Parte 7

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 *Suena la intro de 24*

Lo siguiente transcurren entre las 7:12pm y las 7:25pm.

Los eventos transcurren en tiempo real.

Jack Bauer se escondió detrás de un auto; sangre brotaba de su pierna y goteaba hacia el asfalto. Se asomó con sigilo y vio pasar a los dos Pussies que lo perseguían, dejándolo solo por unos momentos. Contó su munición restante: 5 balas en el cargador actual, dos cargadores de 18 balas cada uno. Tal vez podría sobrevivir una pelea más, tal vez dos; pero terminar con esta tortura no parecía una opción, no si no paraban de caer esos monstruos. Miró al cielo, era la primera vez que una misión parecía imposible, la primera vez que la duda lo carcomía. Cerró los ojos, por un segundo su mente se puso en blanco; no podía permitirse sentir emociones en un momento así. Rápidamente golpeó la herida de su pierna, quitando toda su atención de su mente y llevándola al agudo dolor de su cuerpo. Se levantó con dificultad y comenzó a caminar. Detenerse no era una opción. La misión era más importante que sobrevivir.

Al levantarse, tres Pussies lo vieron. Jack intentó correr, pero con su pierna herida no era capaz. Recargó su pistola y se preparó para defenderse. Este era el fin. Jack parpadeó. Los atacantes estaban a pocos metros, pero el más cercano era el del centro. Apenas abrió los ojos, disparó siete veces a la cara de ese Pussy. Una le dio en el ojo izquierdo, dándole una ventana para esquivar su ataque tirándose al suelo, viendo el gigantesco puño pasar por encima suyo. El Pussy de la izquierda levantó su pie para aplastarlo. Jack pateó un auto con su pierna sana para impulsarse y deslizarse, esquivando el ataque. El Pussy giró su cabeza para ver a su insignificante presa. Jack, recostado en el suelo, vació todo el clip de su pistola en los ojos del atacante, consiguiendo explotar ambos ojos. Tres de seis ojos no estaba mal, pero ninguno de los tres estaba muertos. Estaban vivos, de hecho. El Pussy con ambos ojos intactos lo tomó con una mano y antes de que Jack pudiera defenderse, lo lanzó contra la pared; por suerte para él, sus indescriptibles nalgas funcionaron como amortiguador. El impacto solo le rompió una costilla y lo hizo escupir sangre. Su pistola cayó al suelo a su lado junto a su ultimo cargador. Los Pussies lo rodearon. Jack tomó la pistola y la cargó lo más rápido que pudo; los Pussies lo veían casi con lastima. Jack disparó sus ultimas balas en la cara de un Pussy, el cual las bloqueo con la mano. Luego siguió el reiterado sonido metálico del gatillo de una pistola vacia. Todos los esfuerzos de su equipo iban a ser en vano. Miró por un momento sobre el hombro del Pussy que estaba por matarlo, justo al cielo, oscurecido por el portal y la gigantesca serpiente. Jack no lloró.

–¡Un hombre caído! – Jack giro su cabeza en la dirección de la voz.

El agente Hank Schrader y Steven Gomez se acercaban rápidamente, vestidos con chalecos anti-balas, cascos y cargando enormes metralletas. Steven Gomez, que iba detrás, se preparaba para lanzar una granada aturdidora.

Si pudiera obtener unos segundos más seria salvado. Solo tenía que esquivar un ataque más. Jack hizo lo que sabia hacer mejor: sobrevivir. Sintió toda la adrenalina disponible recorrer su cuerpo. No podía mover sus extremidades por el cansancio, así que juntó todas sus fuerzas en su nalga izquierda y la movió como si fuera una extremidad. Con la fuerza de su glúteo golpeó el suelo, haciéndolo rodar y así consiguiendo esquivar el ataque del Pussy; pero no fue lo suficientemente rápido, el ataque terminó impactando su muslo, rompiéndole la pierna por completo. Esas fueron sus últimas fuerzas, sus últimos tres segundos de conciencia. Ahora dependía de los agentes Hank y Steven.

La granada aturdidora explotó frente a los Pussies, dándole tiempo a Hank de tomar al casi inconsciente Jack y correr. Dos de los tres Pussies golpeaban el aire, cegados y aturdidos. Uno de los Pussies ya estaba ciego, así que la granada no cambió mucho. Cuando pudieron ver nuevamente, los tres agentes habían desaparecido.

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