Daba vueltas en mi habitación mordiéndome la uña, tal como pensaba la noche anterior, no pude pegar un ojo. Estuve dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Pero es que enserio no había forma de que yo pudiera dormir con tranquilidad. Me había mirado al espejo y tengo unas ojeras terribles, aunque tal vez es mejor así, de esta forma Orión me vera deplorable, no estaría mal.
La puerta fue abierta y de esta apareció mi mamá viéndome con indiferencia, como siempre solía hacerlo.
-Orión está aquí y exige conocerte- anunció.
Así que mi prometido ya había llegado, interesante. Iba a avanzar cuando mi madre me detiene.
-Te ves horrible, cámbiate y maquíllate un poco aunque sea- ordenó.
-¿Por qué? Debe querer a su prometido sin importar como se vea- sonreí buscando sacarla de sus casillas. La castaña soltó un suspiro con algo de cansancio. A diferencia de mi padre ella no perdía los estribos y se aguantaba todo, por lo tanto me era complicado molestarla.
-Como quieras, dudo que incluso maquillándote te veas mejor- comentó para luego darse la vuelta y salir del lugar.
Revolví un poco mi cabello buscando desordenarlo a propósito, una vez que me miré al espejo me sentí satisfecho.
Primera fase del plan: hacer que el alfa me desprecié y sacarlo de quicio.
Para eso debía comportarme de manera grosera y atacarlo constantemente, tomé aire un tanto nervioso y salí del lugar con los tres soldados atrás de mi.
Una vez puse un pie en la sala divisé a dos hombres, uno un poco mayor que el otro pero ambos se parecían demasiado.
Conque estos son los hermanos del Este.
Avance y me senté al lado de Shión, este me miró confundido por lo que había hecho, normalmente me sentaba al lado de Levi para molestar y decirle de cosas, lo cual siempre terminaba en una discusión o recibía un golpe.
Era sabido que el Este era gobernado por el hermano mayor de Orión el cual le iba a pasar el poder en cuanto se casara y tuviera hijos. No había nadie que no supiera eso y es por ese mismo motivo que mi padre firmó ese estúpido contrato.
-Buenos días, lamento la demora, espero que me disculpen por hacerlos esperar- me disculpé de antemano analizando a los dos pelirrojos.
-Buenos días, no te preocupes, lo importante es que ya estás aquí- contestó el pelirrojo mayor el cual mantenía una postura firme. Con solo verlo pude darme cuenta de que era un alfa muy poderoso al igual que su hermano.
-¿Tú serás mi esposo?- pregunté al menor, el cual desde que había entrado no me quitaba la mirada de encima.
-Y tú eres mi omega- habló por fin y pude apreciar esa voz que era un tanto ronca. Lo analicé de pies a cabeza buscando algún error, realmente no había ninguno. Era perfecto, guapo, alto y fuerte. Agudicé mi olfato buscando sentir sus feromonas pero no pude oler nada.
-Aun no estamos casados así que aún no soy tu omega- rebatí sonriendo con inocencia -Así que no es correcto que digas que soy tuyo- cuando dije eso pude sentir la pesada mirada de mi padre.
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ENAMORADO DEL ALFA KAI [ Libro 1 ] ©
RomanceLiam es un omega que siente desprecio por todos los alfas que lo rodean, debido a que a lo largo de su vida presenció lo peor de ellos al crecer en un lugar donde su raza era considerada la más débil. Siendo sometidos de ese modo a todo tipo de malt...