Capítulo. 15

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—Te amo. —le digo a Irene sosteniendo su mano.

—Kyle Johnson. —dice seria. —yo también —dice con una sonrisa.

Uno de los enfermeros entra a la habitación diciendo que a Irene ya le dan de alta.

—¿Ya me iré? —pregunta Irene viéndome. —¿Y él cuándo se irá?

—Dentro de tres días con muleta. —dice el doctor. —la herida en el abdomen no fue tan profunda pero votó mucha sangre, por ello, esos tres días más serán para que le pongamos la sangre que le falta.

—Entiendo. —dice Irene volteándose hacia mi. —Te vendré a visitar todos los días que te quedan.

Los doctores se llevan la camilla de Irene dejándonos nuevamente a mi mamá y a mi solos.

—Esa chica te ama. —dice mi madre mirando hacia la puerta. —Te ha agarrado afecto.

—Si, estoy logrando mi misión imposible. —digo divertido.

—Y...¿Cómo la conociste?

—Bueno...¿sabes la noche esa que estaba de parranda con mis amigos?

—¿Cuando llegaste a las 3 a.m?

—a las 2 a.m, bueno, esa noche la conocí, y después al día siguiente me enteré que estudiaba en la misma universidad, ella me evitaba, hasta que...¿sabes la noche en donde su ex psicópata te secuestró?

—Si.

—Esa noche, fue a la casa conmigo porque se sentía asustada, ya que unos días antes fue su rotura con su ex, entonces él la estaba acusando en su casa y vino corriendo conmigo, y bueno para vengarse pues... te secuestró.

—¿Estás diciendo que el que me secuestró fue su ex por que Irene lo dejó?

—Si, y lo peor fue por mí, y esa noche, cuando fue su roptura, me quedé hasta tarde con ella en su casa intentando hacerla sentir mejor, y esa misma noche fue cuando te vi con el tipo en el sofá.

—A, sisi, ya me acuerdo. —dice apenada.

—Y hoy, antes de ir al elevador, fuimos al parque del frente a comer helado y nos sentamos en el banco de las parejas.

—Que lindo, ¿Le brindaste el helado?

—Si, jaja, fue divertido.

—Hijo, ¿te digo algo? Te acabas de reír como un bobo enamorado. —mi madre se empieza a reír igual que yo.

—¡No me hagas reír que me duele! —digo divertido.

—De acuerdo.

La enfermera entra avisando que ya se acabó la hora de visita.

—Adiós, cariño, nos vemos mañana. —dice mi madre dándome un beso en la frente.

—Adiós mamá.

Dicho eso, ella sale de la habitación y lo único que tengo para entretenerme es un televisor que solo tiene disponible 10 canales, entre ellos el canal de boxeo.

Los siguientes dos días fueron solamente de compañía de Irene y mi madre, hablando de ropa, y cosas de mujeres.

—Si, pero, ¿Cómo es Kyle en las clases? —pregunta mi madre tomando un sorbo de su café.

—A  veces es algo fastidioso. —dice Irene viéndome de ojo.

—¡Claro que no! —bufé.

—¿Te acuerdas el primer día que nos sentamos juntos?

𝑺𝒐𝒎𝒐𝒔 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝑳𝒂𝒔 𝑬𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora