Capítulo. 25

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Terminamos de comer el Sushi y me fui a vestir para ir a la universidad en el turno de la tarde.

—¡No quiero que te vayas! —dice Irene abrazándome por detrás.

—Yo tampoco quiero ir, pero es el último semestre, ¡No puedo faltar ni un día!

—¡No volveremos a tomar undia de semana! ¡Eres un imbecil Kyle!

—¡Tu también tomaste!

—Pero fui en el turno de la mañana, no como tú. —dice Irene  cruzándose de brazos.

Le hago una seña de indiferencia y ella se indigna por mi comportamiento, me acompaña hasta la salida y le digo que se cuide hasta que llegue a casa y me mande un mensaje cuando lo haga.

—Chao bobo. —dice Irene dándome un beso.

—Chao enana. —digo riendo.

—¡Oye! ¡Eso es bulling!

—¿Se puede haber bulling en una relación? —digo divertido.

Ella me golpea y sonríe.

—Hasta mañana, amor.

¿Amor? ¿Me has dicho Amor?

— Adioooos.

—¡Irene!

Ella cruza la calle corriendo y desaparece de mi vista.

Tonta, sé que lo dijiste.

Voy a la universidad y me siento a ver las clases, no tenía a Irene, no tenía a mi grupo de amigos, a nadie con quien hablar o bromear, estaba solo.

Me recordaba los días en secundaria...

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Flashback

—¡Ahí está! Ese infeliz es el que me quitó el desayuno, ¡A él!

Era básicamente un chico rebelde, no me importaba las consecuencias de mis actos...

—¡Vamos que se nos escapa!

Me gustaba la adrenalina y las bromas, era el típico chico rebelde que no le gustaba estudiar por pereza... No se como entré a la universidad, pero empecé a echarle ganas al estudio...

—¡Eres un desgraciado! ¿¡Cómo puedes robarte el desayuno de un chico?! —grita desde lejos Aarón.

—¡Porque alguien me a subido el bolso en el techo de la escuela! —grito sin parar de correr.

En ese momento, me topo con un callejón sin salida, bueno, no para , si había una salida, era escalar la pared con esos ladrillos que sobresalían del muro.

—Y aquí tenemos a Johnson, devuelve mi comida. —dice Aarón con su grupito de bandidos.

—Lo siento. —digo metiendo el último pedazo de comida a mi boca. —Ya me lo comí, estaba muy Rica, gracias.

—¡Eres un...!

Antes de que pudiera dar un paso, me giré y empecé a trepar el muro hasta llegar al techo de la escuela.

𝑺𝒐𝒎𝒐𝒔 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝑳𝒂𝒔 𝑬𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora