Capítulo. 21

7 6 0
                                    

Irene se pone un mechón de pelo atrás de su oreja y yo me siento quedando en frente de mi madre.

¡Cierto! Aún no le he dicho que Irene y yo ya somos novios...

¡Maldición!

—¿Qué hacen? —pregunta mi madre con las manos en la cadera.

—Viendo una película, noche de maratón, jiji. —digo inocente.

—¿Hay algo más? —pregunta mi madre con los brazos cruzados.

—Mmm...si, hay algo más. —siento como la mano de Irene me jala la camisa por detrás. —Es que, Irene y yo ya somos novios.

La cara de mi mamá pasó de ser interrogante a una de sorpresa y confusión, no sé si era su forma de sentir alegría o disgusto...

—¿En serio? —pregunta mi madre serena.

—Si. —dice Irene.

—El viernes, 4 de la tarde, en una cafetería, Irene, estaremos hablando. —dice mi madre dándome una mirada láser, ella sale cerrando la puerta e Irene y yo nos miramos con terror.

En eso, me recordé de Amanda.

—Uy... —digo encogiéndome de hombros.

—¿Qué hiciste? —pregunta Irene.

—¿Estaría hablando sobre Amanda?

—¿Qué?

—¡Claro! Cuándo me pregunto si había algo más... ¿estaría refiriéndose a Amanda?  Y yo le respondí otra cosa que no se lo esperaba...

—¡Kyle! ¡Eres un completo tarado! —dice Irene golpeandome con la almohada.

Le quitó la almohada y la jalo de brazo para empezar a hacerle cosquillas, de repente siento un dolor intenso en el abdomen y dejo de molestarla, me tóco el abdomen y siento como un estreñimiento horrible, recuerdo las palabras del doctor...

"No hagas nada de fuerza"...

Y la estaba haciendo, Irene nota mi dolor, y me empieza a ver mi herida, estaba roja, a ella aún no se le habían curado como tal los rasguños, pero no estaba tan mal como yo.

Ella me recuesta y empieza con una crema a calmar mi dolor, empezó a darme unos cuantos masajes y me puso un poco de gel frío para calmar el ardor, me pone música relajante y se acuesta a mi lado a darme cariño nuevamente en la cabeza.

Con la poca energía que tenía, puse mi brazo en su espalda rodeándola haciendo que se siente protegida.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta Irene.

—Mejor, gracias linda.

—Voy a avisarle a tu mamá.

Ella se levanta y toma el coraje de ir a hablarle a mi mamá después de lo sucedido.

Me quedo escuchando la música y cierro los ojos, y veo otra vez esa visión,  un árbol en donde me reía con alguien, el aire era tan fresco y disfrutaba su risa, esa risa que me hacía traer paz y alegría al mismo tiempo.

Alguien habré la puerta y abro los ojos, era mi mamá, quien venía con cara preocupada.

—¿Estás bien Kyle? —pregunta mi mamá dándome un cariño en la cabeza.

—Si ma' estoy bien.

—Es un alivio, tengo que avisarle al doctor.

—No. —digo sosteniendo su brazo. —No es para tanto, no se me ha abierto la herida.

𝑺𝒐𝒎𝒐𝒔 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝑳𝒂𝒔 𝑬𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora