¡★! thirty

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La mañana recién había comenzado cuando el pequeño Craft abrió los ojitos, parpadeo algunas veces antes de acostumbrarse a la escasa luz que se colaba entre sus cortinas con diseño de gatitos, el silencio invadía su hogar a esas horas, pero eso no duraría demasiado; sentándose sobre el colchón tomo las barandas de su cuna entre sus manos, haciéndolas un puño que le ayudaría a mantener su agarre, y así dando el impuso necesario para poder levantarse, observo un momento la puerta, como si esperara que sus padres entraran por ella a rescatarlo, pero eso no pasaría si el no lo pedía.

"No quiero llorar tan temprano, le hace mal a mi garganta"

Chayanne espero algunos segundos, los papás lo sabían todo ¿no es así? Ellos podían saber cuando estaba despierto y cuando no, pero quizás sus papás estaban dañados porque los segundos seguían pasando y no entraban por el.

"Bueno, estos pañales no se cambiaran solos"

¡Paaaaá– hizo un primer intento, la verdad no tenía ganas de fingir un llanto por el momento.

El silencio seguía presente en el ambiente, quizás no lo habían escuchado.

¡Paapaaaá!– segunda oportunidad.

Había escuchado a tantos adultos desear volver a su infancia, o cuando lo miraban relajarse en el patio dentro de su nueva piscina de plástico, decían querer volver a ser unos pequeños cachorros, ¡pero no! No es tan fácil como piensan, comenzando por ni siquiera poder salir del lugar donde dormir agregando el pañal que comenzaba a pesar; Chayanne ya deseaba crecer.

Los bebés eran guiados por instintos la mayoría de veces, el puchero del bebé temblando estaba indicándole que alguna de sus reacciones instintivas estaba por acercarse.

"Chale, y yo que quería que se despertarán bonito"

Pero antes de dejarse llevar ante lo que su mente de bebé y cuerpecito le pedía, pensó un poco, ¿como era que papi Missa llamaba a papá Philza cuando no lo escuchaba? No perdía nada con intentarlo.

¡Tontoooo! ¡Toontoo!

Esa vez grito lo más que podía, cansado de que su esfuerzo no fuera valorado por sus ingratos padres que no entraban de una buena vez para envolverlo en sus brazos y darle su besito de buenos días.

El cachorro miró expectante y finalmente aplaudió feliz cuando la puerta se abrió ante sus ojos, ya era hora de que alguien hiciera caso, su papi Missa entró con un ojo abierto y el otro intentando estarlo, caminando con un poco de lentitud se dirigió hacia su cuna donde este ya lo esperaba con los brazos abiertos.

El omega lo tomó, encanjando sus piernitas solo un poco arriba de su cintura para tener un mejor agarre.

–¿Acaso estabas gritando "tonto"?– preguntó su padre con la voz un poco ronca al recién levantarse.

No– respondió con total seguridad el pequeño.

–¿No?– rió un poco el otro por su respuesta, Chayanne nunca dejaba de sorprenderlo.

Abrio la puerta de la habitación para por fin salir del lugar al que Chayanne le huía la mayoría de las veces, sabiendo que allí estaría solita porque solo lo usaba para dormir.

–Feliz cumpleaños mi amor– dijo el omega, besando su mejilla repetidas veces, a veces su naricita –Un año pasa demasiado rápido, a esta hora ya sentía los dolores.

"¿Cumpleaños? Creo que lo escuché antes, ¿pero es mío? ¿es mío 'cumpleaños'?"

–No crezcas tan rápido que a papi le duele el corazón de pensarlo.

Missa le hablaba comentandole cada cosa que paso hace un año atrás y también sobre el lindo trajecito que le había comprado para lucir más tarde cuando recibiera a todos los invitados, entraron al cuarto donde su padre se estiraba entre las sábanas, al parecer ya despierto, el omega se acercó para dejarla allí sentadito al lado del alfa en tanto buscaba las cosas necesarias para cambiarle ese molesto pañal.

Philza paso uno de sus largos brazos sobre el cuerpo de su hijo, arrastrándolo hasta el para poder dejar un besito sobre su cabeza, esta era su parte favorita de la mañana, no podía faltar un cariño por parte de sus padres.

–Chayanne estaba gritando "tonto", seguro fuiste tu el que se lo enseño– le dijo Missa a su esposo, tirando del piecito de su hijo, para asi poder recostarlo sobre el colchón y deshacerse de él pantalón amarillo que estaba usando.

Philza apenas bostezo, ignorando las palabras del menor.

–Hey papá , ¿no hay algo que debas decirle a tu hijo?– siguió hablando el omega.

Philza frunció el ceño, ¿en serio Missa pensaba que su cerebro funcionaba tan bien cuando apenas despertaba? Primero necesitaba sentarse en el borde de la cama, mirar uno de sus zapatos como si hubiera descubierto una galaxia en el, y luego de que ya hubiera reaccionado debía tomarse un sorbo de café frío, sin embargo intento recordarlo para conservar la paz mañana de ese día.

–Oh Chay, felicidades por decidir que ya era hora de despegarse del pecho de papá, créeme que te espera todo un mundo de mejores sabore– respondió el alfa.

"Gracias viejo, no fue una decisión facil"

Missa cerró el pañal nuevo que le había colocado al bebé que estaba más concentrada en babear su propia manita, y le dirigió una mirada a su esposo, un tanto incrédulo.

Philza reacciono de inmediato, cuando esos preciosos ojos se entrecerraban sabía que su omega no estaba pensando en cuanto lo amaba precisamente.

–¡Solo juego!– se defendió –Por supuesto que se que este terremoto andante se esta poniendo más viejo.

"¿viejo? ¿como así?"

Lo siguiente que supo era que estaba en brazos del alfa, recibiendo más de esos besos que decía amar, todos entre palabras que profesaban el amor que ambos padres sentían por el.

Una hermosa etapa daba inicio en su joven vida y ni siquiera estaba al tanto de ella.

-¿Podemos desayunar algo con chocolate solo por esta vez?– pidió el alfa, abrazándose al pequeño, quien al escuchar chocolate hizo lo que papá Philza ya le había enseñado, puchero y ojitos tristes.

Missa seguía sin poder creer como Philza le enseñaba tales cosas, pero debía admitir que esta vez le había llegado al corazón.

–¿Quieren pastel o galletas?

Mientras Philza y Chayanne celebraban se sintió aún más atacado ante su ternura, desde que vio aquella prueba con resultado positivo supo que esto era a lo que estaba destinada su familia, a estar llenos de felicidad, a que cada día fuera una aventura al lado del hombre que amaba y el fruto de tantos años amándose mutuamente.

Caminando los tres juntas hacia la cocina sintió como el mayor tomó su cintura deteniendo su andar solo con la intención de dejar un beso sobre su mejilla.

–¿Y si tenemos otro? Este ya camina y dentro de poco estará reclamandonos porque quiere más privacidad.

Missa lo empujo por lo dicho, era un día bastante ocupado como para pensar en ese tipo de cosas.

¿otro que?– se preguntó Chayanne.

The end 👶🏼🍼

Baby thoughts || DeathduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora