¡★! seven

715 104 7
                                    

Trataba de controlar esa pequeña rabia que llenaba mi cuerpo tan pequeño, no quería parecer tan obvio, además volvía a casa con mis papás, no podía actuar como berrinchudo porque me arrancaron de los brazos de tío Roier, aunque obviamente eso me había dejado de mal humor, eso hasta que estuvimos enfrente de mi casita, no hay nada como el hogar.

Papá presiono los numeritos que estaban al lado de la puerta y como por arte de magia se abrió, yo aplaudi emocionado, esta puerta nunca dejaba de sorprenderme, Papá Philza sonrio al verme feliz, que quede claro que yo soy su felicidad, por supuesto.

— Esta feliz por volver con tus padres ¿eh? — había dicho papá cuando por fin cruzo la puerta conmigo en brazos, y dejo besitos en mi frente, era bien sabido que no me agradan los alfas, pero admito que me derrito con mi papá, pero nadie tiene porque saberlo.

Lo primero que note es que no olía como de costumbre, ahora era un aroma fuerte, uno que me hizo chillar disgustado, picaba en mi naricita.

—¿Que sucede cariño?— pregunto preocupado, tomándome de mis axilas, para que quedáramos frente a frente.

"¿Como que que sucede? Primero llego a casa y papi no me recibe con besos, luego siento un aroma raro que es incómodo en mi propia casita y además estoy sospechando que cambiaron la marca de pañales porque me pica una nalguita"

Mi padre solo me atrae de nuevo a su pecho y me abraza, dando palmaditas con intención de calmarme supongo, yo simplemente aprieto mi puñito sobre su camisa y lo meto a mi boca, eso hace que me mantenga entretenido y me distraiga de todo aquello que esta causandome mal humor hoy.

Caminamos dentro de la casa y papá deja mi bolso en el sofá, sollozo porque era lo único que se había impregnado el olor de tío Roier, pero trato de despistar a papá jugando con la cadena que colgaba de su cuello, nadie debe sospechar de mi inocencia, nos adentramos más hasta llegar a la habitación.

Y no saben que, mis ojitos se iluminan al ver a mi papi acostado en la cama, con aquel cuadrado extraño que usa para tomarme mis fotos y donde chismea la vida de mis tíos en su mano, yo me pongo muy feliz y de un momento a otro me desespero agitando mis manitas y piecitos.

"¡Papi mírame! Ya llegue, soy yo Chayanne, tu hijo, tu bebé"

Mi papi levanta su mirada y abre su boca sorprendido de verme allí, una sonrisa hermosa se cuela en su cara y no evito carcajearme contenta, estiro mis bracitos para que me tome, siento que veo la gloria cuando el también estiralos suyos.

—Aww, ¿estas feliz de verme?— papi me toma y besa los labios de papá en cuanto lo hace, yo finjo que no veo nada y de inmediato me recuesto en su pecho.

"Te extrañé mucho papi, tus mimos, los besitos, la leche y tu aro- espera ¿donde esta tu aroma?"

Mi nariz se pasea por su cuello y su pecho, causando las risas de mis padres, pero no es gracioso para mi, ¿a donde se fue el aroma? Y ¿porque huele tanto a papá Philza?

"¿Y PORQUE YA NO HUELE A MI?"

Comenzaba a desesperarme, no era un secreto que los bebés amamos el olor de los omegas, más de nuestros papis/mamis, casi siempre lograba tranquilizarme solo gracias a él, agregando que yo mismo me encargaba de dejar algo de mi suave aroma a él, para que supieran que era mi papi, no acepto a otros bebés en sus brazos.

Fue cuando lo pensé, sucesos drásticos medidas drásticas, así que yo mismo comencé a frotar mi cabecita sobre su cuello, tratando de minimizar el olor a alfa, que sigo sin entender como llego ahí.

—¿Que hace el engendro?— dijo papá Philza, seguramente burlandose de mi mientras reía de esa manera rara.

—Creo que no le gusto que me remarcaras, ¿no es así Chay?— contestó papi, ¿remarcar?

—Debería irse acostumbrando entonces, porque se convertirá en mi actividad favorita— respondió papá Philza, y casi de inmediato beso a papi Missa, como si yo no estuviera luchando fuertemente para quitar su olor con el mío escaso.

"¿aló? ¿se dan cuenta que estoy en medio?"

Pero ellos seguían en lo suyo, y como no estaban prestandome atención, con todas mis fuerzas intenté apartar la batalla de baño de papi con mi manita, se me estaba haciendo demasiado difícil, pero cuando considere que estaba bien, acerque mi boca, pero papi grito agudo, asustandome de repente.

—¿Que paso?— pregunto papá preocupada.

—¡Me mordió!

Ambos me dirigieron una mirada acusadoramente, yo simplemente me limite a sonreír con los únicos dos dientes que tenia, asegurándome de derretirles el corazoncito.

Baby thoughts || DeathduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora