¡★! twenty

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La puerta se abrió ante los adormilados ojos del bebé, esta vez no aplaudió ante la tecnología, tenía varias razones detrás de eso, primero había cumplido otro mesecito hace algunos días, es decir, ya había crecido, segundo tenía algo de sueñito, por último su papá lo había regañado y eso lo ponía de mal humor, es decir, ¿que había de malo con lanzarle tierra a otro bebé?

Bien, quizás no había sido muy amable de su parte, ¡pero en su defensa ese otro bebé quería morder su manita! Bueno el otro no tenia dientes, pero eso no le daba derecho a babearla, solo el babeaba su manita.

–Y eso que ni siquiera sabes caminar pequeño engendro– murmuró el alfa, entrando a la casa.

"¿engendro? ¿que quisiste decir con eso? Estas grosero papá, le diré a papi... bueno cuando aprenda a hablar"

Solo unos cuantos pasitos más dentro de su dulce hogar y su papi estaba allí para recibirlo entre sus acogedores brazos, así lo prefería el bebé, en ese momento estaba molesto con su papá, cuando estuvo segura en la calidez de los brazos de su papi se acurrucó listo para echarse una siesta de algunas horitas.

"pero primero la leche papá, vamos quita esa tela entrometida del camino, hoy prometo no morder"

–¿Cómo les fue?– pregunto el omega, mirando directamente a su esposo, quien no lucia feliz luego del paseo con su único y hermoso bebé.

Philza suspiro un poco dramático, pero no se asusten, así era el.

–Chayanne le lanzó tierra en la cara al hijo del jefe– contestó brevemente el mayor, cruzándose de brazos.

Missa abrió sus ojos debido a la sorpresa, desviando la mirada al bebé que tenía su cabeza recostada en su hombro, este le sonrio con los pocos dientes que tenía, como si supiera que hablaban de el, aunque en efecto, lo sabía bastante bien.

–Cachorro...– le dijo como si fuera una advertencia, su pequeñito podía lucir como un angelito pero sabía muy bien que ese bebé travieso se alejaba un poco de ese concepto –Eso no se hace, Chayanne.

"si, si, ya, la leche ahora por favor"

–¿De quien será que lo saco, uhm?– dijo el alfa con un tono que intentaba sonar divertido, pero el omega rodó sus ojos, pasarían años y Philza no lo superaría.

Philza esperaba que su jefe no fuera de esos riquillos delicados con sus bebés, porque quedarse sin trabajo no sería para nada bueno, de todas maneras sería un poco infantil despedirlo por algo como eso.

El omega comenzó a mecerse un poco al observar el comportamiento adormecido del bebé, para ayudarlo así a conciliar el sueño.

–Oh ¿llego Chayanne?

Esa voz hizo que los sentidos del cachorro estuvieran alerta otra vez, ¿podría ser...? Levantó la mirada encontrándose exactamente al único que le dejaba invadir su hogar con gusto, era suficiente para disipar todo rastro de malhumor y sueño, uhm pero había otro aroma.

Fue cuando miro bien, escaneando la silueta del omega, dándose cuenta de que en sus brazos descansaba la tonta bola de grasa que era obligado a ver más veces de las que hubiera querido.

"ahora si te la rifaste bola de grasa"

Sus padres miraron sorprendidas la forma en la que su hijo pasó de estar casi dormido a concentrar toda su atención sobre el omega sonriente frente a ellos, aunque de todas maneras no se le hacía extraño debido a quien se trataba.

–Es tan descarado– dijo su padre alfa, riendo un poco.

Todos sabían lo mucho que a Chayanne le gustaba Roier, pero siempre era gracioso ver como se comportaba al rededor del omega, siendo tan pequeño solo alcanzaba a hacer reír y enternecer a los adultos, intentando llamar su atención todo el tiempo.

Pero en ese momento Chayanne se sentía traicionado por el mayor.

"es aquí cuando suena, todo se derrumbó dentro de mi"

Y pudo haber llorado como siempre lo hacía, así había obtenido todo en su corta vida, pero esa vez tenía algo mucho mejor, esa bola de grasa no podía hacer, al menos no todavía.

–Doie– soltó, su tierna voz captando la atención de los adultos, atónitos ante lo que acababa de salir de sus pequeños y delgados labios.

Oh bien, estaba funcionando, tenia la atención de todos como siempre tuvo que haber sido.

–¿Qué dijiste, bebé?– preguntó su papá omega, mirándolo directamente, nunca dejaba de sorprenderlas.

–Doie– repitió sin ningún problema.

"pero cierren la boca, hay moscas"

Missa no evito soltar una carcajada que también hizo reír a Philza, beso la frentecita de Chayanne, no pudiendo creer que su hijo comenzaba a aprender más palabras, pero menos podía creer el propósito con el que el pequeño había aprendido a decir esa palabra en específico.

La atmósfera se torno un poco más dulce desde ese momento, pues las feromonas de ambos omegas podían sentirse ligeramente en el ambiente, debido a la ternura que les brindaba el momento.

–Aww, ¿me estás llamando, Chayanne?– esa misma ternura lleno el corazón del omega que se acercó al bebé para apretar una de sus regordeta mejillas.

"Obvio"

–Ese es mi cachorro, todo un galán como su padre– bromeo el mayor seguido de una de sus contagiosas risas.

Segundos después apareció otro omega limpiando sus manos en sus pantalones negros, preguntándose el porque de tanto alboroto en aquella sala, podía escucharlo desde el baño.

–¿Me perdí de algo?

"Oh Quackity, de mucho pero ahora puedes tomar a tu hija de los brazos de mi tío, por favor y gracias"

El cachorro casi chilló contento cuando Roier le pasó la bebé a su padre siendo bastante cuidadoso, y casi de inmediato estiraba sus brazos hacia el invitándolo a acurrucarse sobre su pechito, y eso para el era la gloria.

Triunfo el mal.

Baby thoughts || DeathduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora