UN BESO BAJO LA LLUVIA

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-Me aburro, me burro, me aburro, me aburro.- Dije casi gritando.

-Cállate ya, no es culpa mía de que la heladería que elegiste quede lejos.

-Y tampoco es culpa mía que tu seas tan aburrido.

-Ni tampoco mía que tu seas así de pesada y te aburras tan rápido.

-Ni tampoco mía que seas tonto.

-Vale, dejemos de echar culpas, queda bastante para llegar y no discutir.

-Pero no vas a negar que discutir conmigo te saca del aburrimiento.- Dije alegre.

-Bueno, de aburrido tiene poco.- Esbozó una pequeña y ladeada sonrisa.

-Jade, ya hemos llegado.- Anuncia Gabi.

-Menos mal. Vamos por los helados.

-Me sorprende que tu helado favorito sea el de limón.- Digo.

-En realidad es el de menta, pero no quedaba.

-Odio el helado de menta, ¡No entiendo como te puedo gustar ese sabor!

-Pues sí, me gusta.- Dice.- Y sinceramente no te esperaba como la chica a la que le gustara el helado de vainilla.- Añade con una sonrisa pícara.

-Las personas van mucho más allá que un sabor de helado.- Digo intentando volver a ganar terreno, no me esperaba ese comentario por su parte, así no tenía preparada la respuesta.

-No comparto tu opinión.- Dijo.- Al fin y al cabo somos personas, y las personas nos definimos por nuestros rasgos, para conocer el interior de una persona no hace falta saber sobre ella, tienes que mirarla y ver como actúa, esos pequeños rasgos que la hacen diferente, supongo que el sabor de helado es uno de esos pequeños rasgos.

-Vale, tu razonamiento es bueno, pero el helado no tiene porque ser uno de esos pequeños rasgos.

-Lo sé, pero cuando las personas son tan cerradas como tú, lo único que nos queda es mirar esos pequeños rasgos, incluido un insignificante sabor de helado.

-No soy cerrada.- Protesté.- Lo único es que no tengo que ir por ahí contándole mis problemas a todo el mundo.

-Llámalo como quieras pero eso es ser cerrada.

-No soy cerrada.- Suspiré.

-Bien, demuéstralo.

-Lo demostraré.- Puse una sonrisa ganadora y miré hacia arriba, un cielo grisáceo recibió a mi mirada.

-¿Cuál es tu sueño?

-¿En serio?, Una pregunta tan típica como esa.- Eche una pequeña carcajada.

-Sí, ahora responde.

-Vale.- Suspiré.- Aunque puede sonar un poco cliché.- Gabi se encogió de hombros. Yo cogí una bocanada de aire y dije: -Un beso bajo la lluvia, ¿Y el tuyo?

-Que empiece a llover.- Y como por arte de magia empezó a llover.

-Escucha, yo quiero un beso bajo la lluvia, y ocasiones como esta ocurren una vez en la vida. Tú simplemente dame un beso y después nos olvidaremos de que todo esto sucedió.

Lentamente Gabi se fue acercando, cogió un mechón de pelo, lo puso detrás de mi oreja y acarició mi mejilla, lentamente su cara se iba acercando a la mía, nuestras respiraciones se estaban mezclando y nuestros labios muy próximos. Realmente parecía la escena perfecta para una foto, dos jóvenes dándose un beso bajo la lluvia. En cuestión de segundo los labios de Gabi estaban sobre los míos alejándome de cualquier pensamiento.

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JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora