𝑆𝑡𝑢𝑝𝑖𝑑 𝐵𝑜𝑦 [𝑊𝑜𝑜𝑠𝑎𝑛]

•6•

—¿Qué diablos has hecho, Seonghwa? —gritó Wooyoung, al tiempo que mostraba las marcas en su cuerpo —¿Cómo podrías hacerme esto? ¡¿Me drogaste?!

Seonghwa se encogió de hombros, con una sonrisa arrogante en los labios.

—Solo te mostré un buen rato, nada más y la verdad es que parece que lo disfrutaste.

Wooyoung estaba furioso. Se habían pasado de la raya.

—¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes drogarme y aprovecharte de mí de esa forma?

Seonghwa se levantó de la cama y se acercó a Wooyoung, mirándolo a los ojos.

—Solo te mostré un buen rato. ¿O es que no te gustó?

Wooyoung no sabía qué responder. Sabía que Seonghwa había cruzado la línea, pero no estaba seguro de cómo proceder. Nunca había imaginado que alguien podría hacerle algo así.

—¿Qué pretendes conmigo, Seonghwa? ¿Por qué me drogaste y me hiciste esto? —gritó Wooyoung, sintiendo que las emociones lo estaban superando.

Seonghwa se volvió hacia él y se acercó lentamente, con una sonrisa perversa en los labios.

—Solo quiero estar contigo, Wooyoung. Te he querido desde hace tiempo y anoche no pude resistirme —dijo, mientras pasaba su mano por la espalda de Wooyoung —¿No te gustó?

Wooyoung se apartó de Seonghwa y se cubrió con las sábanas.

—¡Por supuesto que no! —gritó Wooyoung —¿Cómo puedes hacer algo así? ¡¿Me drogaste y abusaste de mí?! ¿Cómo puedes ser tan cruel?

Seonghwa se rio.

—¿Cruel? ¡Si sólo quería estar contigo! ¡No entiendes, Wooyoung! Te quiero desde hace tiempo y anoche fue perfecto —dijo, mientras intentaba acercarse a Wooyoung, pero éste se apartó.

—¡No me toques Seonghwa! ¡No quiero ver tu cara nunca más! —exclamó Wooyoung, cogiendo su ropas saliendo de la habitación, con lágrimas en los ojos.

Cuando Wooyoung llegó a su casa, su mejor amigo Jongho estaba esperándolo en la puerta, con la cara llena de preocupación.

—¿Qué pasó anoche, Wooyoung? ¿Estás bien? —preguntó Jongho, notando las marcas de navaja en el cuerpo de su amigo

Wooyoung se dejó caer en el sofá y empezó a llorar. Jongho se sentó junto a él y lo abrazó.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó Jongho suavemente.

Wooyoung le contó todo lo que había pasado en la noche, desde que conoció a Seonghwa hasta lo que había pasado en la casa de éste. Jongho se horrorizó al escuchar la historia.

—¿Cómo puede alguien ser tan cruel? —frunció el ceño —Escucha Wooyoung, creo que lo que necesitas ahora es un poco de distracción —dijo Jongho, con voz suave y cariñosa —¿Qué te parece si vamos a Aurora, Podemos tomar algo caliente y hablar un poco, si quieres.

Wooyoung asintió con la cabeza y se limpió las lágrimas con las mangas de su camisa.

—Sí, me parece bien. Gracias, Jongho. No sé qué haría sin ti.

Los dos se pusieron sus chaquetas y salieron de la casa, camino de la cafetería Aurora. Mientras caminaban por la calle, Wooyoung se sentía aliviado de estar con su amigo, lejos de Seonghwa y de todo lo que había pasado en la noche.

Cuando Wooyoung y Jongho llegaron a la cafetería Aurora, el camarero Yeosang se acercó a su mesa para tomarles la orden. Al verlo, Jongho se puso incómodo y trató de evitar la mirada de Yeosang.

—¿Que desean? —preguntó Yeosang, con un tono sarcástico — O tal vez quieren que me vaya y que no los moleste.

Jongho miró a Wooyoung, que se limitó a mirar hacia otro lado, para después mirar de nuevo a Yeosang.

—Solo queremos dos cafés, por favor —dijo Jongho, tratando de mantener la calma.

Yeosang se rió entre dientes y se fue a preparar los cafés. Wooyoung se volvió hacia Jongho.

—¿Pasó algo con Yeosang? —preguntó intrigado

—No pasó nada con él —dijo Jongho, tratando de sonar tranquilo —Solo es un camarero como cualquier otro, que querías que hiciera

Pero su tono de voz era nervioso y miraba hacia otro lado, evitando el contacto visual con Wooyoung.

Yeosang regresó con los cafés y los puso en la mesa. Jongho lo miró nervioso, y Yeosang se le quedó mirando antes de irse

Wooyoung notó la extraña interacción entre ellos y decidió preguntarle a Jongho una vez más.

—¿Seguro que no hay nada que contar? —tomó de su café —Creo que si

Jongho suspiró y se pasó la mano por la cara.

—Ok, ya te lo digo......