𝓞𝓾𝓻 𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝔂

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓: 𝐄𝐬𝐜𝐚𝐩𝐞 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐟𝐥𝐞𝐱𝐢𝐯𝐨.

Nombre: Our Destiny (Nuestro destino)
Autor/a Original: MistyMayDawn, ProjetoAniverse
Idioma original: Portugués
Plataforma: Archive of our Own (Ao3)

Si no te gusta no leas. 😽

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A pesar de querer distanciarse, Giyuu necesitaba admitir que Obanai era un hombre muy educado y que intentaba acercarse sin ser demasiado invasivo. Pronto el omega acabó cediendo a una invitación a dar un paseo después del almuerzo por el jardín. A pesar de no decirle muchas palabras a Obanai, Giyuu llegó a conocer un poco sobre ese alfa de ojos tan exóticos, pero su corazón ya le pertenecía a otra persona. Después de eso, habían pasado unos días y sucedió lo que todos esperaban y lo que Giyuu más temía: finalmente entró en su primer celo. Ahora era un omega entrenado, que podía engendrar muchos herederos y estaba listo para casarse con su prometido. Con eso, los preparativos para la boda estaban en pleno apogeo.

El calor duraría siete días, por lo que todos estaban haciendo todo lo posible para que la boda y la luna de miel fueran perfectas. A Tomioka le ponía ansioso sólo de pensar que esa noche se entregaría a un extraño y de allí podría surgir un heredero. Giyuu se sentía terrible tanto física como psicológicamente por no poder olvidar a Tanjiro. El alfa no salía de sus pensamientos por más que intentaba olvidarlo, podía ver hasta en los más mínimos detalles algo que le recordaba a Kamado. Era insoportable, el anhelo dolía mucho.

Unos días antes del fatídico período fértil, el príncipe experimentó uno de los peores sentimientos de su vida. Su estado de ánimo fluctuó mucho y tuvo que quedarse en cama debido a la fiebre alta, pero lo que más sentía era tristeza, por lo que lloraba compulsivamente. Debido a esto, fue encerrado en su habitación, ya que sus feromonas estaban demasiado descontroladas y afectarían a los demás alfas en el castillo. Escuchó innumerables veces tener cuidado y preservarse para su prometido, ya que los otros alfas no serían capaces de controlar sus instintos. Además, Tomioka sentía una necesidad extrema de poner fin a este sentimiento desesperado de encontrar un alfa para satisfacerse. Sin embargo, no quiso ceder al instinto.

Tomioka necesitaba sentir un poco de aire para calmar sus nervios, por lo que en contra del consejo de los sirvientes omega decidió ir al jardín a respirar un poco. ¿Qué daño haría eso? A pesar de ser discreto, pudo sentir su olor descontrolado afectando a algunos guardias alfa a lo lejos, quienes parecían confundidos sin entender de dónde venía el dulce olor a sándalo.

Llegó al jardín y se sentó en un taburete, los claveles rojos inmediatamente le recordaron el cabello rojo de Tanjiro. Giyuu suspiró profundamente con melancolía y sintió que el incómodo calor causado por el celo aumentaba gradualmente. Sólo quería desaparecer, que todo volviera a ser como era hace un mes, donde él era un poco más feliz. Quería leerle una novela más al gentil alfa que había conocido y sentir ese cabello carmesí entre sus dedos.

Estaba sudando frío y se abrazó a sí mismo en un inútil intento de mejorar el mal presentimiento, pero después de unos minutos sintiendo la refrescante brisa y viendo la brillante luna llena alzándose entre las nubes en el horizonte, ya se sentía mucho mejor. Sin embargo, un sonido bajo e insistente llamó la atención del omega, el cual intentó ignorar, pero le molestó al punto de que suspiró profundamente y decidió ir a comprobar.

Se dio cuenta de que el sonido provenía de detrás de unos arbustos altos un poco más adentro del jardín, que parecía un laberinto. El sonido era discreto y se hacía más fuerte a medida que se acercaba. Tomioka apartó algunas hojas y flores para ver qué había detrás. Si no hubiera sido por una persona más comedida, habría dejado escapar un grito de sorpresa y asombro, pero sus ojos sólo se abrieron como platos y se tapó la boca con las manos en estado de shock. Después de todo, no esperaba encontrar eso.