𝓞𝓾𝓻 𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝔂

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟕: 𝐀𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨, 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚 𝐲 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚.

Nombre: Our Destiny (Nuestro destino)
Autor/a Original: MistyMayDawn, ProjetoAniverse
Idioma original: Portugués
Plataforma: Archive of our Own (Ao3)

Si no te gusta no leas. 😽

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Luego del shock inicial junto con una explosión de sentimientos confusos que recorrieron su cuerpo, Obanai pasó de la sorpresa, la incredulidad y la negación, al enojo, la desorientación, un aumento de temperatura y, en consecuencia, su olor alfa. Obanai apretó los puños y contuvo su deseo de destruir toda la habitación.

— ¡Este niño no puede ser mío! — Gritó furioso y disgustado. El juicio continuó: —Me traicionaste.

El alfa se encontró con Giyuu, que todavía estaba acostada en la cama. Por un minuto temió que Obanai fuera a atacarlo, pero el príncipe simplemente golpeó la pared con mucha fuerza, haciéndola estremecer un poco. Obanai no lo sintió en ese momento, pero su mano tenía pequeñas heridas y una pequeña cantidad de sangre manaba entre sus dedos.

Giyuu miró asustado a su furioso marido, y su fuerte olor a alfa mareaba al omega. Estaba a unos centímetros de él y continuó golpeando la pared con fuerza excesiva. La verdad es que Tomioka sintió que su cuerpo temblaba, pero trató de no demostrarlo, a pesar de que había un alfa enfurecido al punto de perder el control, ya que no podría defenderse si el otro atacaba.

— De ninguna manera es mío — repitió luego de aparentemente cansarse de lanzar golpes. Obanai dejó caer su cabeza hacia adelante y encontró la superficie de la pared con su frente.

— Sí, este niño no es tuyo — Giyuu, luego de segundos de silencio y humedeciendo sus labios, encontró el coraje para confirmar. Obanai lo miró con ojos llenos de rabia. —Y tú también me traicionas, así que no debes esperar mi lealtad.

—Pero soy un alfa, es instintivo para nosotros—gruñó con sorna.

Giyuu contuvo la necesidad de poner los ojos en blanco, ya que sabía que eso complicaría la situación.

— No lo creo, dada la situación. Te gusta tu guardia personal, de hecho, incluso diría que la amas. — dijo Tomioka, manteniendo la serenidad en su rostro, a pesar de que esos ojos heterocromáticos mirándolo eran tan incómodos. — Vayamos a los hechos: este no es un matrimonio cualquiera, es sólo un acuerdo comercial.

Obanai se llevó las manos a la cabeza y se apretó las sienes, como si le doliera. La desesperación comenzó a apoderarse de él. ¿Cómo puedes decirles a todos que el hijo que llevaba tu marido no era tuyo? ¡Eso sería una vergüenza! No sólo eso, descubrirían que no había cumplido el acto, sino que, por otro lado, no podía permitir que un hijo que no tenía su linaje fuera el heredero de su trono.

Desconcertado y tambaleante, Obanai, sintiendo finalmente un dolor agudo en su mano herida, se arrojó en un sillón al lado de la cama. Su mano poco importaba en ese momento, ya que lo único en lo que podía pensar era en el enorme problema involucrado.

— ¿Cómo? ¿Quién? ¿Cuándo? — Giyuu dejó escapar un profundo suspiro al escuchar estas preguntas.

— Un plebeyo de mi reino — respondió sin rodeos. Vio a Obanai alzar las cejas sorprendido. — No me preguntes su identidad, porque no te la diré.

Obanai maldijo algo en voz baja. ¿Un príncipe con un plebeyo? Esto sólo podría ser una broma de mal gusto.

— ¿Y qué vamos a hacer ahora? No puedo aceptar que un hijo bastardo de cualquier plebeyo sea heredero al trono de mi reino — dijo Obanai con voz más tranquila, pero aún se podía escuchar un atisbo de preocupación de fondo. Tal vez fue el miedo a ser descubierto, o peor aún, que se enteraran de su romance con Mitsuri. — Voy a tener que presentar una solicitud ante la iglesia para anular el matrimonio.