Capítulo 6

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-He traído papas-dijo Juanjo. Estaba en la habitación del vasco, nervioso, sintiendo como todo revoloteaba en su tripa.

-Genial, yo tengo conguitos-dijo Martin.

-¿Sabes que los conguitos son maños?

-Pues no lo sabía, vaya. Si es que todo lo hacen bien en Aragón.

Juanjo se sonrojó hasta la punta de las orejas. Desde aquel día en la terraza, Martin y él estaban mucho tiempo juntos. A veces, con Lina, otras con Bea, o Naiara, pero en su mayoría ellos dos. Martin de vez en cuando soltaba comentarios así, como un sinvergüenza, que Juanjo no sabía muy bien como tratar.

Era 15 de noviembre. Eran casi las 12 de la noche, y al día siguiente visitarían por primera vez el plató de Operación Triunfo. Lo que ocurría a medianoche, sin embargo, era que se estrenaba el último episodio de "La Mesías". Álvaro solía quedarse hasta tarde hablando hasta con las papeleras, así que habían decidido ver el capítulo en la habitación del menor. La mayoría de sus compañeros estaban dando vueltas por el hotel, así que suponían que no les molestarían.

-Anda, siéntate-dijo Martin, palmeando el espacio que había a su lado en la cama. Juanjo se quitó las zapatillas y fue hacia la cama de Martin dejando un espacio de seguridad debido a la existencia de un cojín. Martin le sonrió. El reloj dio las 12, y se metió en la aplicación de atresplayer de su móvil.

En ese momento, Álvaro entró en la habitación acompañado de Paul, Denna y Álex. Los cuatro se estaban riendo a carcajadas, y Juanjo no pudo evitar fruncir el ceño ante su interrupción.

-¿Qué pasa?-preguntó Martin que también parecía visiblemente molesto.

-Ay, mierda, se me había olvidado que me dijiste que querías la habitación sola-dijo el sevillano, haciendo que Juanjo se sonrojara.-Es que estábamos con Omar y Ruslana y digamos que la cosa se ha ido de las manos.

No hizo falta decir nada más para saber de lo que estaban hablando. Omar y Ruslana en ningún momento habían sido demasiado disimulados.

-¿Y...? ¿Os vais a quedar aquí?-preguntó Martin, con intención evidente de echarlos. Intención que pasó desapercibida para los cuatro recién llegados.

-¿Os molestaría?-preguntó Álvaro-Es que ya sabes que no nos dejan ir por los pasillos armando escándalo tan tarde.

-¿Y el resto no tiene habitaciones?-preguntó Juanjo con impertinencia.

-Violeta estaba haciendo videollamada con su novia-se excusó Denna.

-Omar ya sabéis que está con Ruslana en la mía.

-Suzete está durmiendo-dijo Paul.

Martin miró a Juanjo, Juanjo sin saber muy bien qué responder.

-Lucas no se encontraba demasiado bien-dijo Juanjo.-Si quieres lo dejamos para otro día...

Se levantó de la cama.

-¡Ya podríais ir a marear a otro lado!-exclamó el maño.

-¡Espera!-exclamó Martin-Tengo unos auriculares, los podemos ver en la escalera. Es ver una serie, no montaremos escándalo.

-¿Has visto? Todo solucionado-dijo Álvaro. Los dos chicos se levantaron, cogiendo el picoteo que habían traído para la serie y saliendo por la puerta.

-Mira que me cae bien Álvaro, pero a veces...-dijo Juanjo, sentándose en el escalón.

-Ya... Mira que le había avisado de que no viniera.

Juanjo le miró sonriendo. El pensamiento de Martin queriendo hacer algo solo con él le dejaba el corazón derretido. Martin sacó su móvil y conectó los cascos inalámbricos. De repente, Juanjo se dio cuenta de su cercanía. No estaban tocándose, pero la barrera de cojines que él había puesto al inicio en la cama, por razones evidentes ya no estaba. El capítulo de la serie empezó, y Juanjo vio como Martin abría un poco las rodillas, haciendo que estas tocasen las suyas. Sintió cosquillas nada más inició el contacto, mirando al vasco, que observaba la serie, pero sin apartarla. Manteniendo el contacto. Unos minutos más tarde, el vasco se recolocó haciendo que todo su cuerpo coincidiera con el del maño. Sus brazos, sus piernas, sus hombros. Juanjo, caluroso por naturaleza, jamás había sentido tanto calor como en ese momento. Su cuerpo estaba tan lleno de cosquillas que sentía que iba a explotar. Ni siquiera estaba pudiendo comentar la serie, con lo que a él le gustaba, demasiado ocupado en tratar de procesar todas las emociones que estaba sintiendo su cuerpo en aquel mismo instante. Notó como Martin le miraba sonriendo con autosuficiencia, como si supiera exactamente lo que estaba causando en el aragonés. Juanjo volvió a la serie, siendo perfectamente consciente de la sonrisa bobalicona que tenía en la cara, y queriendo pararla con todas sus fuerzas. Él no era así, él era arisco, pero ahora mismo estaba tan bien. Miró a Martin que había vuelto a depositar su mirada en el móvil, y en un pequeño ataque, apoyó su cabeza sobre su hombro.

Behind the scenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora