Behind the scenes

Capítulo 18

"Que salgan del armario los heteros" había dicho Dave, Juanjo se removía en su cama completamente incómodo recordando la conversación. Había fingido atarse los cordones. Pretendiendo que nadie lo viera, y así evitando levantar la mano. Dios, por que la gente tenía que ser tan morbosa con ese tema, por qué no podían dejarlos en paz, fuera de etiquetas y rollos. La sobreexposición ya era demasiada. Se giró en su cama, solo. Esa mañana Martin se había levantado el primero de todos y nadie les había visto, pero aún así no se había atrevido a pedírselo otra vez. No después de no levantar la mano cuando habían dicho lo de los heteros. Rezaba a quien fuera que estuviera arriba que sus padres no vieran el vídeo. Él quería mantener esa conversación con ellos. Él. No Internet.

-Bueno, Juanjo no lo sabe-dijo Martin-Pero esta sudadera ahora es mía.

El olor al maño inundaba sus fosas nasales y le hacía querer sonreír con fuerza. Dios. Estaba muy pillado. A veces se preguntaba cómo había pasado, cómo en tan poco tiempo se había podido pillar tanto de alguien, pero ni siquiera quería entenderlo cuando su estómago se llenaba de mariposas cada vez que le besaba. Dormir con él era como un regalo, nunca se había sentido tan arropado y acogido por alguien. Sonrió inconscientemente. El día había comenzado bien, pero en un momento comenzó a arrugarse. Era 8 de diciembre, se acercaba la Navidad, y Martin no pudo evitar pensar en su familia. Les echaba de menos, le echaba mucho de menos. Comenzó a llorar en la sala de Vic, siendo consolado por Ruslana. Era increíble como en menos de una semana se había convertido en uno de sus pilares allí dentro. Junto con Kiki, y, evidentemente Juanjo, eran sus personas preferidas de la academia.

Salió de la sala de Vic para encontrarse con Juanjo en la puerta con el ceño fruncido.

-¿Estás bien?-susurró.

-Solo un pequeño bajón-dijo Martin, queriendo fingir indiferencia. Juanjo no se tomó aquello por respuesta, y sin explicarle nada, se dirigió a las duchas. Esperando a que lo siguiera. Martin se demoró un poco, abrazando a sus compañeros y sonriéndoles antes de irse.

Buscó a Juanjo entre las duchas hasta encontrarlo, sentado en el suelo como indio y mirando el móvil. Nada más ver como entraba, se levantó y le dio un abrazo. Martin notaba los latidos de su corazón yendo a toda velocidad.

-¿Estás bien?-preguntó con suavidad. Una suavidad que era muy difícil de encontrar en su voz de forma habitual. Martin asintió, mientras Juanjo acunaba su cara entre sus manos.

-Echo de menos a mi familia.

Juanjo volvió a darle un abrazo. Martin se había dado cuenta de que Juanjo era así, no era de palabras, no iba a soltar discursos sobre sus sentimientos, pero te los iba a mostrar con gestos de cariño. Así. Suponía que por eso le costaba tanto estar cerca suyo cuando había cámaras, lo que para Martin era simplemente un pequeño roce, para Juanjo era una muestra de afecto en toda regla.

Martin se dejó fundir en sus brazos, arropado y embriagado por su olor. Quería quedarse allí mucho más tiempo.

-A la próxima me lo dices. Que no te tenga que ver yo detrás del cristal-se quejó, pero era una máscara de preocupación y ambos lo sabían. Martin sonrió.

-Gracias.

Juanjo hizo un gesto de restar importancia, pero Martin sabía que no lo sentía así.

Horas más tarde se encontraba con Ruslana y Chiara, su grupo recién bautizado como Marruski. Estaban tratando de conocerse más allá de lo evidente.

-¿Qué es lo más loco que has hecho por amor?-preguntó Ruslana. Martin se tensó un poco, estaban entrando en terreno pantanoso. Relató la historia de su exnovio Hugo, con 15 años, y como, no solo le dejó plantado bajo la lluvia, sino que le dejó por instagram al día siguiente. Se alegró al ver como sus amigas se quedaban horrorizadas. La conversación evolucionó cuando Ruslana preguntó.