Estaba muy contento con su canción de la semana. Empezaba la semana con un muy buen sabor de boca. Le había tocado con Bea y Álvaro, dos de sus amigos más cercanos en la academia. Después de un día algo malo en el que Martin le había dicho probablemente la frase más bonita de su vida, salía con pilas renovadas. Le había tocado "Unholy", que lo veía como una oportunidad para soltarse un poco, y además las cosas con Martin parecían ir bien, por lo que estaba contento.
En aquel momento, ambos se estaban dando besos en las duchas. Habían apagado las luces y Juanjo simplemente no había podido evitarlo. "Si piensas que nadie está, yo sí voy a estar". Dios, es que solo de pensarlo se ponía a llorar. ¿Cómo alguien podría ser tan bueno?
Martin deslizó ambos brazos por encima de sus hombros y jugueteó con su pelo, sin dejar de besarlo. Poco a poco, los besos y caricias se fueron sucediendo. Juanjo besaba el cuello del vasco, mientras éste suspiraba. Lentamente, éste deslizó su mano hasta el muslo y comenzó a besar su mandíbula lentamente. Juanjo se estremeció, pero no dijo nada sino que comenzó a desabrochar los botones de la camisa del chico. Martin volvió a besar su cuello y Juanjo gimió de nuevo. Tenía el pulso acelerado y no le importó cuando el chico le quitó la camisa, pero cuando él le desabrochó el pantalón, un nuevo estremecimiento la recorrió. Una chispa de razón y miedo.
-Para, para-dijo Juanjo, casi sin poder hablar. Martin paró de inmediato, mirándolo con preocupación y algo de culpa.
-Lo siento-dijo Martin, entre jadeos-Me he dejado llevar y...
-Ey-dijo Juanjo, y acunó su cara entre sus manos-Ni se te ocurra pensar que esto es tu culpa, simplemente, necesito tiempo. Yo nunca he hecho esto, exactamente...
Martin le sonrió y le dio un beso en los labios, haciendo que Juanjo le diera un abrazo. Olió el cuello del menor, y deslizó su nariz por él, apretándole más hacia él mismo. Últimamente siempre que estaba con él se sentía como en casa.
-¿Salimos?-preguntó Martin. Juanjo asintió, separándose de él, poniéndose la camiseta y asegurándose que estaba todo bien. Martin se acercó a la puerta. El maño le miró, notando inmediatamente la pérdida de contacto.
-Oye-dijo Juanjo. Martin asintió mirándolo, de pie, justo enfrente de él. Juanjo se puso recto, queriendo sonar serio y firme ante la propuesta que iba a hacerle al vasco.-¿Quieres venir a mi cama cuando ya se hayan dormido todos?
Martin le miró con una sonrisa pícara, y con los ojos tan brillantes como propias estrellas.
-¿Me estás preguntando si quiero dormir contigo, Juanji?
-¡Ay! Si no quieres.
-¿En qué mundo crees que no quiero?-preguntó Martin-¡Claro que quiero!
-Vale...-dijo Juanjo, una ola de timidez viniendo de golpe a su cuerpo.
-Pero voy a ir nada más tenga sueño-dijo Martin-No puedo controlar cuando se acuesten el resto.
-Vale-dijo Juanjo. Martin enarcó una ceja ante la indiferencia del mayor, que tampoco sabía de dónde había salido. Bueno, sí. Realmente sí. Había salido de querer estar con el vasco, últimamente cada uno de sus impulsos estaban relacionados con querer estar con él el máximo tiempo posible. Era como una droga, ya no parecía conformarse con esos momentos esporádicos en las duchas. Cada vez quería más. Y ese pensamiento le ilusionaba y le asustaba en partes iguales.
-Álvaro ¿podemos hablar?
Álvaro estaba en su cama con el móvil, algo extraño considerando que por las noches siempre era el primero que andaba montando escándalo. Álvaro asintió, dejando el móvil a un lado, y mirándole con una sonrisa.
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Behind the scenes
Любовные романыA Martin le gusta Juanjo. Eso lo tiene claro, y está bastante seguro de que es recíproco. Pero claro, en una academia con cámaras apuntándoles las 24 horas, se le complica la tarea, y más, cuando no está seguro del punto en el que está Juanjo en su...