Capítulo 26

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Preparar la gala de Navidad era un golpe de aire fresco en contra de sus sentimientos con la gala. Tenía la impresión de que iban a nominar a Salma, pero que quedara entre los nominados finales porque también habían nominado a Bea no entraba en sus planes. Y que Denna se fuese... Se había pasado lo que llevaban de noche acurrucado a Martin con ganas de llorar, pero sin poder hacerlo. Solo sintiendo una enorme pesadez en el pecho. No podían irse todos, primero Denna, ahora Salma, y luego qué. Rezaba por favor que Salma no se fuese, pero ya habían hablado de cómo sentían que era su relación con el público, y Álex se había salvado de su anterior nominación con un porcentaje acojonante.

-Enhorabuena por el podium, otra vez-dijo Juanjo acostado contra el pecho de Martin, girándose para mirarle a los ojos.

-El podium, el podium-se quejó Martin rodando los ojos.-Pero nunca llego a ser favorito...

Juanjo no podía evitar estar un poco celoso de Martin, el chico había salido entre los tres favoritos tres veces seguidas. Juanjo, ni siquiera había salido una, y por más que estuviera feliz por él, no podía evitar compararse. Él estaba haciendo un buen concurso, quería creer ¿Tan mal caía, o tan irrelevante era que nadie lo estaba apreciando? Martin leyó inmediatamente sus facciones.

-Perdona-se arrepintió enseguida-No debería haber dicho eso, estoy muy agradecido, de verdad.

-Es normal que te quejes, Martin.-dijo Juanjo-A mí no me debería de molestar.

-A mí me molestaría si estuviese en tu posición.-dijo Martin-De hecho, deberías ser tú quién se está quejando.

-No puedo enfadarme por algo que no está en mi mano, supongo.

-Por favor, no me vengas tan moralista ahora, si te pones de mala leche cada vez que hace calor.

-¡Oye!-exclamó Juanjo, rodando con él para situarse encima. Sonreía con fuerza. Le quitó unos mechones de la cara, fijándose en sus facciones. Que guapo era el cabrón.-Nuestra actuación ha sido muy bonita.

Lo añadió con ternura y cariño, mirándole profundamente a los ojos.

-Con química muy poco forzada-recalcó Martin. Juanjo soltó una carcajada, dándole un besito en la nariz.

-Si alguien tenía dudas de que pasaba algo, ya no tiene pinta de que las tengan-dijo Juanjo, pero por algún motivo, la situación le resultaba liviana. Ya lo sabían todos. Que lo supiera su familia sin la oportunidad de decirlo él, le jodía bastante, pero al final ¿Qué iba a hacer?

-¿Estás bien?

-Sorprendentemente sí.

Se recostó sobre su pecho, apoyando su cabeza en sus brazos.

-Entonces... ¿Qué vamos a hacer ahora?

-Naturalidad.

Entrelazó su mano con la de el vasco, y besó lentamente cada uno de sus nudillos.

-Gracias.

-¿Gracias por qué?-rió Martin, con ojos relucientes cual luciérnagas.

-Por todo. Por ti.

Martin le besó con pasión, acariciando cada parte de su cuerpo. Sus compañeros dormitaban a su lado, por lo que tenían que ser silenciosos. Juanjo comenzó a darle besos por el cuello, concentrándose en la clavícula, besando, mordiendo y succionando.

-Juanjo...

Se frotó contra la entrepierna de Martin y dejó escapar un gemido al notarlo ya medio excitado. Los besos se vuelven desordenados, después urgentes y groseros, y Martin se dejó arrastrar apretándose contra los labios de Juanjo en el afán de absorber el dulce licor que destilan. Metió las manos en su cabello, tirando de él y éste se derritió al sentir su contacto. Lo abrazó por la cintura y lo inmovilizó. No iba a irse a ninguna parte.

Behind the scenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora