Capítulo 30

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Juanjo se encontraba mal. Tenía ganas de vomitar, Violeta ya lo había hecho esa noche. Su estómago daba vueltas, y sentía muchísimos retortijones. Se levantó a duras penas de la cama, despertando a Martin en el proceso y yendo lo más rápido posible al váter a echar todo lo que llevaba dentro. Martin le miró con extrañeza, antes de seguirle. Juanjo echó todo lo que llevaba dentro y se giró a mirarlo. Su barriga dando volteretas. Martin, como siempre, estaba monísimo. Tenía el pelo en todas las direcciones, los ojos prácticamente cerrados y llevaba su camiseta puesta.

Se agachó a su lado, mientras le acariciaba tiernamente la espalda, generándole mariposas.

-Feliz año nuevo-susurró Martin de forma divertida. Juanjo soltó una débil carcajada. Ya encontrándose un poco mejor después de haber arrojado toda la escasa cena de ayer.

-No sé si este supera al anterior-dijo Juanjo. Martin suspiró, sus largas pestañas mirándole fijamente antes de acercarse y darle un tierno beso en la mejilla.

-Solo por estar contigo ya es uno de los mejores de mi vida-dijo Martin-Además, anoche nos lo pasamos muy bien.

Juanjo se sonrojó hasta la punta de las orejas y se acurrucó en los brazos de Martin hasta que volvieron las arcadas. De nuevo, se puso de rodillas al váter y volvió a expulsar sustancias que ni sabía que tenía dentro.

Juanjo parecía encontrarse mejor después de la escena de anoche. Lo sorprendente es que él todavía no estuviera potando. Aunque sí se notaba algo mareaducho, nada bueno considerando que su número de la noche era de baile.

A pesar de las circunstancias estaba contento. Anoche había sido preciosa, Juanjo no había dejado de mirarle, y nunca se había sentido tan sumamente amado y cuidado. Martin quería estar con él siempre. Quería que este simplemente fuese el primero de muchos años juntos, y, aunque sabía que era difícil, ambos eran muy jóvenes, y las separaciones parecían estar a la orden del día, no podía evitar pensar que en su caso no iba a ser así.


Juanjo iba guapo. Nervioso, porque se había pasado toda la noche potando, y agobiado, porque su canción era bastante nominable. Pero guapo. Ahora afortunadamente se encontraba bien, pero en aquel momento era Martin quien había caído. Se encontraban tumbados en el sofá, Martin sobre él, mientras él le acariciaba los brazos. Esperaba que se mejorase antes de la gala, pero la cosa no tenía buena pinta. La cual cosa no hacía que le fueran bien los nervios. Como les nominasen a ambos, se pondría a llorar.

El tema de la nominación le venía como idas y venidas, a veces la veía tan imposible e improbable que no hacía caso, en su mayoría tentado a vivir en el momento lo máximo posible. En aquel momento, dirigiéndose a la gala con bajas expectativas, y con un enfermo Martin a su lado en el bus, el pensamiento de una nominación estaba en su mente más fuerte que nunca.

La gala fue bien. Su canción le salió bien, y en general la semana con Paul había sido bastante divertida. Probablemente la más estable mentalmente desde que había llegado a la academia.

Cuando llegó el momento de los favoritos, Juanjo sintió como su corazón se arrugaba en su pecho. Odiaba ese momento más que nada. Esperaba que Martin saliera favorito al fin, al menos. Deseó que terminara rápido, quitarse la tirita, alegrarse con Martin, porque era la persona más artista que conocía y tratar de fingir que no llevaba una cara agria, a pesar de que, muy evidentemente, sí la sentía por dentro. Las miradas echadas por sus familiares y amigos en la cena de Navidad incrementándose en su mente más que nunca.

¿Tanto le odiaba el público? Sus manos le sudaban. Chiara y Martin salieron favoritos para sorpresa de nadie, pues ya lo habían hecho la semana anterior. Se preguntó quien sería el tercero.

Behind the scenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora