Capítulo 29

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A Martin le daba rabia que Juanjo llegara tan tarde. Él había llegado el primero junto a Salma y a Álvaro, pero después de un rato y numerosas bienvenidas, ya no lo soportaba más, estaba deseando ver al maño. Habían hablado bastante los dos días, pero nada era como él. Sus caricias, sus abrazos, sus besos,... Dormir solo, sin sus brazos apretándole contra él y su olor inundando cada situación en la que se encontraba, había resultado casi tortuoso.

Miró por decimoquinta vez ya a la puerta. El tiempo nunca había pasado tan lento. Según lo que le había contado Juanjo de la hora de llegada, ya deberían estar allí. Su impaciencia incrementaba por momentos. De repente, como si hubiese sido invocado, un inconfundible grito de "Julait" llenó la estancia, y Martin corrió como nunca para llegar a sus brazos. Se fundió en ellos, dándose cuenta que su imaginación mientras él no estaba no era comparable ni en un ápice a sus verdaderos sentimientos al estar en los brazos de Juanjo. De su novio.

Se separaron por la cantidad de personas que llegaron a abrazarlo, y Martin fue a saludar a Bea que había llegado con el maño, pero sin prestarle demasiada atención, muy concentrado en cada uno de los gestos que hacía Juanjo para ver cuando era el momento de volver a abrazarle. El momento llegó poco después, y cuando se separaron Martin susurró lo que llevaba esperando desde que había llegado "¿Nos vamos a la ducha?". Juanjo se rió separándose y negando con la cabeza, y Martin simplemente le miró, cuánto le había echado de menos.


Juanjo veía su canción bastante nominable. "La vida moderna". Una canción chula, movidita, que a él le gustaría escuchar en concierto, pero que no daba para lucir demasiado su voz, y menos, con la cantidad de temazos que había en la gala. No quería sentirse desconfiado. Al final, todavía contaba con la baza de los profes, y quizás incluso con los compis podría salvarse. Con el público, menos... Y menos con los descubrimientos que había hecho en Navidad. Por lo que había intuido por miradas y comentarios, no era el más querido de la academia. Básicamente, no iba a ser favorito nunca. El pensamiento le pesaba más de lo que debería. Quería pensar en positivo, Miriam jamás llegó a ser favorita, terminó tercera y sigue dedicándose a la música. Eso debe significar algo. Suspiró. No queriendo comerse la cabeza con aquellos pensamientos nocivos. Ya se lo había dicho su madre. "Juanjo, suéltate, no te preocupes tanto por todo". Si fuera tan fácil, Juanjo lo haría. Aún así, era consciente de que irse a casa había sido positivo para él. Había liberado una enorme roca que cargaba sobre sus hombros. Se sentía tan aliviado como feliz por ello. Al fin, iba a poder estar con Martin sin ninguna voz en su interior diciendo lo contrario. Tenía ganas de que llegara la noche y hablar con él en condiciones, besarlo y abrazarlo. Dormir acurrucados, lo había echado tanto de menos,...

Nada más, se apagaron las luces, ambos se echaron miradas para correr a la habitación. Tirándose en la cama de Juanjo, Martin encima del aragonés, dándole besos por toda la cara.

-Te he echado tanto de menos-dijo Martin entre beso y beso. Juanjo le cogió la cara entre sus manos, mirándole con adoración. La única forma en la que Martin debía ser mirado siempre.

-Yo creo que he creado una dependencia a ti-dijo Juanjo-Han sido dos días y se me han hecho eternos.

-Totalmente-dijo Martin, acariciándole la cara con suavidad mientras le miraba profundamente a los ojos-Te quiero tanto.

-Y yo a ti-dijo Juanjo con suavidad. Bajando sus brazos para abrazarle desde sus caderas y acercarle más a él-Tanto, tanto que ni te lo imaginas.

Martin sonrió con toda la cara. Su barbilla apoyada en el pecho del contrario, haciendo movimientos para colocarse entre las piernas de éste.

-Mi novio.

-Mi novio.

-Es fuerte-dijo Martin-¿Quién le hubiera dicho esto al Martin y Juanjo de los castings?

Juanjo soltó una carcajada, sacudiendo su pelo.

-¿Tú no lo hubieras creído?

-Yo me hubiera emocionado demasiado.

-¿Y eso?

-No sé, desde que te vi me llamó mucha atención tu personalidad, pero me parecía evidente que guardabas muchas cosas dentro.

-Es increíble como me leíste tan bien.

-Porque estaba muy atento-dijo Martin sonriendo. Juanjo juntó sus labios con lentitud, no pudiendo resisitirse más.

-Te quiero, te quiero, te quiero-dijo Juanjo, dándole picos y besos por el cuello. Martin sonreía con placer.

-Ay, es que así estoy tan agusto-dijo Martin.-De verdad, dormir solo ha sido horrible.

-Tal cual-dijo Juanjo, dejando suaves besos por su piel-No te voy a soltar nunca más.

-¿Ni si me echan?

-No nos van a echar-dijo Juanjo. Y paró. Su cerebro una vez más había ido demasiado deprisa. Miró a Martin, que le miraba con extrañeza.

-¿Todo bien?

-Sí, nada, solo...-comenzó a hablar con nerviosismo, hasta que Martin empezó a acariciarle la cara con suavidad para que se tranquilizara.-¿Qué vamos a hacer cuando acabe OT?

Martin bufó.

-Hay pocos temas que me generen tanta ansiedad como ese.

-Lo sé, perdona, lo siento...

-¿Tú quieres ir a Madrid?

Juanjo asintió con la cabeza.

-La verdad que sí.

Martin le miró con duda.

-Mira, yo no sé que quiero. Si ir o no a Madrid. Pero sea lo que sea, vamos a estar juntos, y punto.

-Y punto.

-Para siempre.

-Para siempre.

-Yo creo que también quiero irme a Madrid, pero es una reflexión que todavía tengo que hacer y hablar.

-Vale, amor-dijo Juanjo-Tú tranquilo.

Le dio unos cuantos besos y ambos se durmieron escuchando los latidos del corazón del otro. Aquellos que habían echado tanto de menos durante su corta separación.

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Holaaa, perdonad por este capítulo tan cortito. Estoy en la casa del pueblo sin wifi, y me está costando muchísimo encontrar la cobertura para poder subir esto.

Dicho esto, espero que os guste <3<3<3<3

Penúltimo capítulo, chicas. Tiktak. 

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