Lía y Agustín, dos mejores amigos desde que Lía se mudó a Argentina, hasta que un año, empiezan a pensar cada uno en cómo es su relación, ya que últimamente su amistad se está transformando en algo más profundo. A medida que se desarrolla la atracci...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lidia se despertó temprano por su alarma y se fue a correr.
Lía al igual se levantó pronto, pero no por la alarma, por una llamada.
Agus 💘
Lía decidió responder, aún que no tuviera ganas de hablar a esa hora, le diría alguna cosa para escapar de esa conversación y seguir durmiendo.
—¿Qué pasa, Agus?
—¿Querés venir a un asado hoy en la noche con Pipe, Matías, Enzo, Fran, Juani y Blas? Solicitan a tu hermana.
—¿Quien?—Lía hizo una sonrisa burlona que obviamente Agustín no notó, pero se imaginó.
—Secreto.
Lía suspiró.—Bue, le diré, yo seguro que voy, ella no se, es un misterio.
—Está bien, a las 20:00.
—Nos vemos.
Lía colgó rápido y volvió a meterse en su cama, era la primera vez que se durmió "rápido", solo trató de dormir 1 hora y media.
Despertó a las 12 por el sonido de la puerta, parecía que nadie le dejaba dormir.
—¡¿Lidia?!—gritó para verificar que era su hermana
—¿Qué pasa? ¿Estabas dormida?
—Sí, pero no pasa nada, ya es tarde.
—Está bien, ¿quieres algo de comer?
—Nah, solo un vaso de agua.
Lidia se lo sirvió una vez Lía estaba en la cocina.
—Nos invitaron a un asado.
—¿Nos?—dijo señalando a ambas.
—Sí, a las dos.
—¿Quienes van?
—Pipe, Matías, Enzo, Fran, Juani y Blas.
—Va Enzo... que pereza.—suspiró Lidia.—Pero van Juani y Blas, me caen muy bien, acepto.
Lidia no sabía cómo lo haría para no comer, pero de alguna manera lo arreglaría.
El motivo por el que no quería ver a Enzo era por el daño que le había hecho a su hermana, y a Agustín, aún que Agus no le importaba, no le daba buenas vibras, pero parecía que Lía le había perdonado, le tocaba soportar.
—Además no es que Blas esté mucho por aquí, ya sabes que vive en Madrid y no suele venir mucho.—Aportó Lía, para convencer a su hermana de todo.
—Ya te dije que iba a ir, no tienes que convencerme de nada.—rió Lidia.
—Por si acaso, no me fio.
Ambas rieron.
—Por cierto... te tengo que decir algo.—La sonrisa de Lidia fue desapareciendo.
—¿Qué?—Lía se preocupó al ver que la sonrisa de su hermana despareció en pocos segundos.
