Lía y Agustín, dos mejores amigos desde que Lía se mudó a Argentina, hasta que un año, empiezan a pensar cada uno en cómo es su relación, ya que últimamente su amistad se está transformando en algo más profundo. A medida que se desarrolla la atracci...
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Solo quedaba un mes para irse, y Lidia y Lía estaban en la feria de Argentina.
—¿Nos subimos a la noria?—propuso Lía.
—Me voy a marear.—dijo Lidia tocándose la barriga.
—¿Tienes hambre? Llevamos aquí más de una hora y no has comido nada.
—No, estoy bien.—Lidia empezó a ver todo borroso.
—¿Lidia?
Segundos más tarde, Lidia cayó inconsciente al suelo.
Por suerte había un servicio médico cerca, por si a alguien le pasaba algo grave, y esta era una de esas cosas.
—Venga acá.—una enfermera llamó a Lía cuando otros médicos ya se habían llevado a Lidia.
—¿Sabéis algo ya?
—Están mirando, ¿usted sabe algo?
—No, solo que no ha comido en una hora y 45 minutos.
—Está bien, les voy a comentar, quédese acá.
Lía asintió y se sentó en el suelo, encima de su jersey.
Minutos después, la misma chica que le había atendido hace unos segundos, salió.
—Su hermana no come bien hace mucho, come pequeñas porciones, le faltan proteínas y nutrientes necesarios. Procure que coma, y no le deje ir al baño después de comer.
—Está bien...—suspiró Lía.
No era la primera vez que su hermana dejaba de comer, en estos casos, siempre hacía lo mismo para no incomodar a su hermana, si ella no hablaba del tema, ella tampoco lo haría.
Lidia salió de la ambulancia y fue con Lía.
—¿Vamos a la noria?—dijo Lidia, tratando de esquivar el tema.
—Vamos.—sonrió Lía, y se agarraron de la mano para correr hacia la noria.
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