Capítulo 11

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-Mmm no sabría que decirte, vos lo tenes que pensar –me respondió-, porque seguramente si yo te digo que hagas esto y después te arrepentís, me vas a venir a reclamar.
En eso ella tenía bastante razón, siempre piensa en planes pelotudos que siempre me terminan perjudicando.
-Obviamente también teniendo en cuenta que ambos gustan de vos, que levante Santino –Ella seguía insistiendo.
-Ya te dije que Nico no, es imaginación tuya que te hace flashear cualquier cosa.
-Pero si es muy obvio, no puedo creer que en estas 3 semanas que lo conoces no te dieras cuenta –Y cuando dijo esto se me sentó en la silla que estaba al lado mío-, es más, te lo puedo demostrar.
-Ahh seguro, quiero ver que lo intentes.
-¿Apostamos?
-Bueno, 100 a que son boludeces tuyas.
-Dale, 100 a que si es verdad –y estrechamos las manos en signo de que ambos estábamos de acuerdo con lo apostado-, todavía no entiendo porque no me haces caso, si te estoy diciendo la verdad –Agregó.
Después de que iniciáramos la apuesta, arreglamos para ir juntos a la casa de mis viejos el viernes, ya que era el único día que teníamos libre ambos después de la facultad. Ella no me contó totalmente su plan a pesar de que le insistí para que me dijera, lo único que me conto es que ese día trataría de buscar a Nico, pero no tengo mucha confianza sobre lo que tenga en mente.

Cuando por fin llego el día, después de tener clases nos encontramos y fuimos hasta la parada del colectivo, ya una vez que subimos, trate de preguntarle cuál era su idea.
-No te voy a decir, quiero que lo veas vos mismo -dijo intentando sacarme de quicio-, ¿además para qué queres saber? ¿Ahora a vos también te gusta el chabón? Son tal para cual.
-No pelotuda, pero es para evitar que te mandes alguna cagada.
-Vos solo confía en mí.
-Eso es lo que menos hago.
Después de que dijera eso, me puse a revisar mi celular para mandarle un mensaje a mi vieja sobre que venía acompañado, pero también me di cuenta de que me había llegado un mensaje por whatsapp.
Era de Nico, hablando del rey de roma...
El mensaje era solamente para saludar y para saber cómo estaba...
-Ay ¿el novio mando un mensaje?
-¡Me tenes harto con tu yaoi!
-Shh no lo grites boludo.
-Te lo mereces por seguir hinchándome las bolas toda esta semana.
Una vez que bajamos del colectivo, el cual literalmente nos dejaba frente de la casa, nos dirigimos hacia la puerta para tocar el timbre. Y cuando nos abrieron, mi viejo se sorprendió al ver a Nati después de tanto tiempo, obviamente dijo la típica frase de "¿cuánto tiempo sin vernos?".
-¿Qué no te avisaron de que veníamos?
-No, sabes bien que todos en esta casa "están ocupados" para hacerme acordar, vengan, pasen.
Se me había olvidado mencionar que, como Natalia es una amiga muy cercana desde secundaria, toda mi familia la conoce y le agrada, por lo que a pesar de que se me hubiera olvidado avisar, la iban a recibir bien de todos modos. No es que traten mal a las demás gente que no conozcan, pero indudablemente no van a tener el mismo trato que con una persona que ya se ganó su confianza.

Cuando empezamos a almorzar, empezaron las típicas conversaciones, las obvias preguntas hacia Nati sobre cómo estaba su familia y bla bla bla. No paso muchas cosas importantes mientras comíamos, excepto por las cosas que me iba enterando sobre ella, aunque no hubiera más noticias sobre las que yo ya sabía.
Justo una vez terminada el almuerzo, tocan la puerta, entonces el ultimo que se sentó(es decir, yo) en la mesa tiene que ir a abrir.
Entonces al abrir la puerta, me encuentro con Ale, que parece ser que venía a visitar a mi familia, entonces hago que vaya a sentarse en el sofá del living.
-¿Al final qué paso cuando yo me tuve que irme de la plaza?
-Eh, nada importante...
-Ahh ¿Al final te gusto el peluche de Pikachu que te regalé?
-¿Ehh? Ah sí, es muy copado, está en...–Mierda, me lo olvidé en la casa de Nico, cuando salí de allí con toda la velocidad que podía-, lo deje en mi departamento...
Le tuve que mentir obviamente para no dañarlo, de las cosas que recordé es que él es bastante sensible. Para mi suerte, justo viene Nati para ver quién era, por lo que se empiezan a conocer. Que pelotudo que soy ¿Cómo podía ser que se me olvidara contarle sobre él?
-Nati, él es Alejandro...Ale, ella es Natalia.
-Hola ¿qué tal? –Dijo ella acercándose a él para saludarlo con un beso.
-Bien ¿y vos? –Contestó.
-Igual, che Santino, dijo tu madre que vayas a comprar unas cosas –Me dijo a la vez que me entregaba una lista-, y de paso vayamos a ver a Nico así te demuestro lo que tengo planeado –Dijo esto último susurrando.
-Okay, Ale, ya regresamos, tenemos que hacer estos pedidos.
-Eh si quieren los puedo acompañar, para llevar las bolsas digo.-Nos preguntó.
-Dale –Saltó Nati.
-Bueno ya regreso entonces, tengo que dejar unas cosas -Dijo Ale mientras se levantaba y se dirigía al comedor.
-¿Por qué lo aceptaste?
-¿No es tu amigo? Además, así nos puede ayudar, con lo de llevar las compras, y con mi plan.
-Hay cosas que se me olvidaron mencionarte.
-Bueno, después me las contas porque tenemos que hacer lo que nos pidieron.
-Bue -Y una vez que dije eso, suspire por el cansancio que me producía esta chica.

Volviendo a esos tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora