Capítulo 5

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Bueno, la misma boluda que me ayudó en el cap. anterior me obligo a escribir 1500 palabras DD: así que prepárense que van a estar para rato, bueno, nos vemos al final del capitulo(?

-¿Eh? ¿Quién sos vos y qué haces acá? -Agregó el chico contra quien me choque.

-Perdón -Volví a disculparme. No sabía que pasaba que me sentía intimidado por su presencia, si tan solo era un chico de mi misma altura (tal vez un poco más alto), hasta parecía más joven que yo. ¿Cómo era posible que un pendejo diera más autoridad que yo? A lo mejor era su apariencia bastante, em, rebelde, por así decirlo.

-Yo soy Santiago Rojas, o mejor Santi, y andaba por acá porque...

-Ah, ya no me importa. -Me interrumpió.

-¿Vos me estas cargando? Podría ser un ladrón o un secuestrador o...

-Es que ya sé que haces acá, venís a pelotudiarme -Me respondió groseramente a la vez que me interrumpió de nuevo. ¿Quién se cree que este chico?

-¿Y? ¿No me vas a decir ahora quien sos? -Le pregunté, al menos esperanzado por saber el nombre de este mocoso.

-No tengo por qué decirte, vos interrumpiste mi siesta -Me contestó arrogante.

-¿Qué? ¿Y yo como carancho iba a saber que estabas durmiendo tu siesta si me dijeron que fuiste a tu pieza a buscar algo? -Dije exaltado, se me estaba acabando la paciencia, aunque para cualquier persona esta situación parecería cómica.

-Ah ¿Es decir que te mandaron a buscarme? ¿Y si estaba cambiándome de ropa? ¿O desnudo? ¿O si estaba con mi novia? ¿Y si estaba?...

-Para un toque, paranoico, yo solo vine a buscarte por idea de mi vieja así no me aburría, a pelotudear, pero ya veo que vas a insistir en joderme. –Le conteste, pero fue más para intervenirlo antes de que dijera algo... estúpido.

-Bue ¿No te bancas una joda? Uff, está bien, me llamo Nico, y al apellido seguramente ya lo debes saber por mi hermano, pero vos todavía no me dijiste que haces en esta casa. –Me respondió por fin.

-Vine para acompañar a mi vieja, que parece ser que es amiga de la tuya, no sé de dónde pero bueno. –Dije ante lo que preguntó

-See ella me dijo que venía gente, por eso me oculte en mi pieza. –Dijo con bastante sinceridad.

-Ah por eso estabas acá.- Agregué.

-Sí, y planeaba asustarte o joderte pero no me salió, aunque a pesar de eso, parece ser que alguien se asustó ante la presencia del macho. –Comentó, poniendo énfasis en lo que dijo al final, pareciera que este chico está decidido a joderme por todo el tiempo que estuviera en aquella casa. -Vení, pasa a mi pieza si queres así boludeamos, porque parece ser que ambos estamos al pedo.- Volvió a hablar haciendo señas con sus mano hacia la puerta de su alcoba.

Y en cuanto dijo eso, se acercó hacia esa misma puerta para ir entrando, por lo que fue ahí cuando pude verlo mejor. Era unos cuantos centímetros más bajo que yo, a lo mejor 1,71 o 1,72. Sus ojos eran un marrón oscuro, tan oscuros que fácilmente se pueden confundir con negros, a diferencia del color que tienen mis ojos, de color miel. Tenía el pelo de color castaño, más oscuro que el color del mío, era corto, pero aun así tenía un pequeño mechón azul, parecía ser que era un chico que sí que ponía mucho esfuerzo en las clases de educación física en el colegio, porque su cuerpo era demostración de ello, aunque no hubiera tanta diferencia conmigo, porque no yo era ningún vago en ese entonces, ni tampoco ahora.

El problema fue cuando se dio cuenta que lo estuve observando durante todo el trayecto en que se dirigió hacia su pieza, creo que ni siquiera me moví mucho del lugar donde nos habíamos puesto a "conversar" si es que se podía llamar a toda esa situación tan desesperante que sucedió hacer unos minutos, por lo que me puse en marcha hacia donde estaba él.

Volviendo a esos tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora