Capitulo 10

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Greta

Desperté con el suave y dulce aroma a cerezas proveniente de Alessia que inundó mis pulmones. Ella se encontraba a mi lado con sus cabellos cobrisos esparcidos en la almohada. Sus ojos estaban cerrados, su respiración tranquila, y en su rostro se dibujaba una expresión de paz absoluta que no pude dejar de admirar.

Me quedé unos minutos más, simplemente observándola dormir antes de levantarme de la cama con cuidado para no despertarla. La habitación todavía estaba oscura, la luz del amanecer apenas empezaba a filtrarse por las rendijas de las cortinas.

Caminé silenciosamente hacia la ventana y observe los primeros rayos del sol que iluminaban la habitación con una luz dorada. Aquellos rayos se reflejaban en el cabello de Alessia, dándole un brillo especial. Me tomé un momento para admirar la escena, capturada en el silencio de la madrugada.

Después de un rato, decidí prepararle el desayuno. Con cuidado, dejé la habitación, asegurándome de no hacer ruido y bajé las escaleras hacia la cocina. Perla dormia en una de las macetas. La casa estaba tranquila, el único sonido era el del café goteando en la cafetera.

Mientras esperaba, me apoyé en la encimera, recordando en todo lo que hablamos por la noche. A pesar de la tranquilidad del momento no podía dejar de pensar que tal vez me sentía casi igual de perdida que años anteriores. Pero a pesar de ello, algo había cambiado. Sentía una especie de paz, una tranquilidad interna que antes no conocía. Tal vez era la presencia de Alessia. Desde el día anterior no podía dejar de cuestionar ciertos aspectos de mi vida. De sentir las cosas de una manera diferente. Más verdaderas, quizá.

Con Magda era distinto me sentía cómoda pero jamás me atrevería a contarle lo que había vivido. El olor a café se expandió por la pequeña cocina en señal de que ya estaba listo. Me predispuse a preparar unas tostadas y llenar las tazas con café. Arriba de la heladera descansaba una bandeja de desayuno así que en puntitas la tomé junto con una mermelada de frutos rojos de dentro de ella.

Volví a la habitación intentando hacer el menor ruido posible y apoyé la bandeja sobre la mesita de luz de al lado de la cama. Alessia parecía aún dormida pero en su rostro ahora se dibujaba una suave sonrisa. Por la ventana los rayos de Luz entraban con mayor intensidad reflejándose en la perfecta cerámica tallada a mano.

Con cuidado me senté en la cama disfrutando del momento imaginando que hubiera pasado si nunca me hubiera decidido a terminar con Stefano y viajar a Verona.

Al cabo de un rato Alessia abrió los ojos lentamente y su mirada se llenó de brillo y alegría al ver el desayuno que yo misma había preparado.

-Buongiorno, Principessa.

-Buenos días, bella addormentata.

Ambas reimos al unísono por lo bajo. Desayunamos en un cómodo silencio mientras veiamos el amanecer.

-¿Sabes?- apoyé mi taza casi vacía sobre la bandeja que reposaba en la mesita de luz. Alessia llevo una tostada con mermelada a su boca y le dio un mordisco.-Desde la publicación de mi último libro no he podido escribir nada nuevo.

-¿Y eso?

-No lo se, creo que me faltaba inspiración.

-¿Y la encontraste?

Suspiré. Aquella era una pregunta un tanto compleja siquiera de pensarla.

-Creo que... ahora mismo tengo la motivación y la energía como para hacerlo pero aún no se sobre que escribir.

-¿Por qué no escribes sobre tí?

La observé un momento en silenció.

-Porque.. yo, no se... es decir... -Alessia termino su tostada y se sacudio las migas de encima para luego mirarme, yo gire mi vista hacia la ventana.

-Contame.

-¿Qué exactamente?

-Todo. Todo lo que tu mente está procesando segundo a segundo, eso que no sabes como poner en palabras de tantas que son. Quiero saberlo...- el silencio se apodero de la habitación ya completamente iluminada.- ¿O acaso la confianza ya se esfumo?

-Nos conocemos hace apenas dos días.

-Cierto, pero me he enterado más de tu vid en estos días que lo ue yo misma se de la mia- reí y me escondí en mis hombros- ¡Por favor, hasta me preparaste el desayuno!

Que risa, si.

-a riesgo de quedar como una persona intensa-retomó- te diré que siento que te conozco de toda una vida.

Alessia tenia razón, eso era exactamente lo que pensaba, como si nos conocieramos de siempre. Le conté más cosas sobre mi en estos dos días que todo lo que le pude contar a mis familiares en toda mi vida.

-Yo igual.-Le respondí y me devolvió una calida sonrisa.

-¿Por qué no escribes sobre tí?- volvió a preguntar.

-Porque... a veces ni siquiera se quien soy o que quiero ¿Sabes? O por qué hago lo que hago y siento lo que siento. O por qué a veces siento tanto que es demasiado y a veces tan poco que parece ser insuficiente. Por qué todo a veces es tan complicado que siento la necesidad de huir o tan fácil que lo tengo que complicar.

Alessia me observaba expectante como si le estuviera recitando una nueva poesía. Tomé aire para continuar hablando.

- Quiero decir ¿por qué siento que a veces no merezco ser simplemente feliz? Terminar con la angustia profunda de sentirme tan ahogada en mi, siendo algo que ni siquiera se que soy. O que si se pero fingiendo ser algo más solo para no ser lo que no quiero ser.

-¿Ser qué?

-Un caos. Una persona que rompe lo que toca y no es capaz de hacer que las cosas funcionen de vuelta.

La mano de Alessia se poso sobre mi mejilla derecha hasta llegar a mi pomulo, limpiando una de las lagrimas que no habia notado hasta entonces.

-En este punto ya vas a creer que soy una llorona.- reí.

-En absoluto.-tome una bocanada de aire para calmarme- No se quien diablos te haya hecho sentir así pero en estos días de conocerte te puedo decir que sé a ciencia cierta que sos una persona increible que no merece nada de ese vacío en el pecho del que hablas...

Alessia sostuvo mi mirada con una mezcla de empatía y determinación. Su mano cálida sobre mi mejilla era reconfortante, como un gesto que despejaba las nubes tormentosas en mi mente. Alessia continuó:

-Este fin de semana conocí a una chica fuerte, decidida pero tambien vulnerable, autentica y encantadora. Es normal sentirse perdida a veces y sentir que todo sale al revés pero eso no te define. Definirte a ti misma es un proceso constante y a veces un tanto complicado pero eso no quita que no debas ser feliz y si me lo permites estaré a tu lado para apoyarte en ese camino.

Me quedé en silencio por un momento,
sus palabras resonaron en lo más profundo de mí, como un recordatorio necesario. Disipando la niebla y oscuridad en mi interior. Alessia se sentía como aire fresco de un amanecer en el norte Italia.

Alessia continuó hablando, compartiendo sus propias experiencias y perspectivas, y mientras escuchaba, me di cuenta de que, de alguna manera, ella también había enfrentado sus propias batallas internas.

Todo lo que no sabía de mí 👀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora