Capítulo 19

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Greta

Luego de unos minutos volvimos a la fiesta tomadas de las manos. Los invitados seguían hablando mirando las piezas de arcillas secándose.

—Caro mio, encontré a Francesca en la puerta, dijo que te esperaba pero cuando volví a ver si seguía allí no estaba. Te dejo esto y se fue.

—Gracias nonno.–Alessia tomo la carta que le tendió entre sus manos y antes de abrirla me miró. Asentí con la cabeza en señal de aceptación.

Una invitación se desplegó en sus manos y Alessia río. La boda de Francesca y Jérémie se celebraba en la toscana en la siguiente primavera y podía llevar a un acompañante.

La fiesta continuó sin más. Conocí mejor a Bruno y Christopher e interactué con los demás invitados. El momento de cortar la torta se hizo junto con un brindis en el que Alessia agradeció a todos por estar allí. A sus nonnos por el amor y cito en palabras textuales su "novia por la hermosa celebración"

Sin olvidar las bonitas palabras a su madre.

La fiesta continuó hasta el atardecer, cuando uno a uno los invitados se fueron retirando con una porción del pastel extra y su artesanía de arcilla en mano.

Nosotras nos despedimos de los nonnos y pasamos por el departamento para recoger mi mochila antes de marcharnos hacia la casa de Alessia.

Una vez allí comimos algo rápido y mientras Alessia terminaba de arreglar los ramilletes de flores y agregaba comida en el tarro de Perla yo subí a la habitación con la excusa de alistarme para dormir.

De mi mochila saque una velas rojas que encendí con cuidado de no incendiar la casa. Unas medias bucaneras con terminación de encaje y un babydoll negro que puse sobre mi conjunto de encaje del mismo color, al quitar mi vestido.

El plan poner nerviosa a Alessia estaba en marcha.

Me apoyé sobre el borde de la ventana y a los pocos minutos las pisadas en la escalera se escucharon. Estaba nerviosa, jamás había hecho algo así y tenía miedo.

Antes de que Alessia abra la puerta le hablé en tono suave.

—¿Mi amor?

—¿Si?– La puerta se abrió despacio y Alessia se hizo paso para luego observarme.—Creo que estoy en el puto cielo.

—¿En serio y cómo se ve?– murmure intentando ser lo más coqueta posible.

—Rojo. y muy sexy.–Alessia dio suaves pasos hasta llegar a mi.— Con un perfecto encaje negro que podría darme un infarto de solo verlo.

Sus manos se deslizaron por mis muslos tomándome por sorpresa al sentarme en la ventana.

—¿Te gusta?

—Me encanta.

Sus manos se deslizaron por debajo del babydoll, sobre mi cintura, dibujando en mi piel una suave caricia que me estremeció en el acto. Sus labios se posaron sobre los míos y nuestros cuerpos se rozaron.

La luna brillaba con intensidad en la oscuridad de la noche y la habitación teñida de rojo por las velas generaban un ambiente cálido. Las manos de Alessia viajaban por mi cuerpo delicadamente mientras yo deslizaba el cierre de su enterito para quitárselo. Su ropa cayó al piso dejando ver el encaje bordó sobre su cuerpo y su piel pálida ante mi. 

Sus manos alcanzaron el babydoll y lo desabrocharon con destreza para luego tomarme entre sus brazos y posarme suavemente en su cama. Desde allí Alessia me observó, sus ojos se centraron sobre los míos y sentí como su mirada leía mi alma.

Todo lo que no sabía de mí 👀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora