Greta
Desperté en mi habitación como era costumbre con la diferencia de que hoy Alessia se encontraba al lado mío abrazándome por la cintura.
Tras la noche movida de ayer, mi padrastro se encargó de hablar con Carina y arreglar todo para que Alessia y yo nos quedáramos el tiempo que quisiéramos. Yo agradecí toda su ayuda pero prometí estar para el cumpleaños de Chiara y salir por la noche hacia la capital.
El haberme quedado en la quinta fue una decisión en apoyo a mi hermana. Prometí que no me perdería su fiesta por nada y pensaba cumplirlo. Aunque la situación me dejaba un gusto amargo en la boca de tan solo pensar en que mi madre podía apoyar cualquier locura con tal de que mi vida fuera la esperada por ella.
Quizás jamás terminaré de comprender porque la gente hace lo que hace. Quiero decir ¿por qué tienen esa necesidad de hacer sufrir a quienes más los quieren? ¿Qué daño hice yo para merecer su desprecio? ¿Acaso jamás le importe realmente?
Alessia me abrazó con más fuerza al notar mis lagrimas caer hasta llegar a su brazo y yo me acurruque en ella.
—Estoy bien.–murmuré un poco sintiéndolo y otro poco intentado convencerme de ello.— Hoy es el cumpleaños de Chiara y me quiero enfocar en ella.
—Te quiero Greta.– Los labios de Alessia se movieron pegados a mi cabello.
Me giré hacia ella para mirarla.
—Gracias...
—No lo hagas. No agradezcas.– la miré confundida.— Yo me enteré que él vendría la noche anterior, y-y yo no hice nada para impedirlo me quede despierta media noche pensando en que hacer, incluso tenía esa sensación horrible en el pecho que...
Puse un dedo sobre sus labios en un intento de callarla.
—Esta bien, no es la culpa de nadie. Excepto la de mi madre. Ella sabía de lo que Stefano era capaz e igual lo invitó.– Hice una pausa y miré a los ojos a Alessia— Cuando sucedió... lo de mi tío. Al intentar contárselo a mi madre. Ella simplemente le resto importancia y al intentar seguir hablando del tema ella...
Hice una pausa para poder tragar y Alessia limpió una de las lagrimas que brotaron de mis ojos.
—Ella me dijo que eso me animaría a hacerlo con mi novio, incluso me felicitó por dejar de ser virgen, lo cual es una completa estupidez. Mi única figura materna me pidió que no trascendiera para no exponer a la familia.
—Greta...
—No. Estoy bien. En serio. Mi abuelo se encargó de alejar a mí tío de mi pero nunca se dio cuenta que la mayor amenaza era Carina.
Los brazos de Alessia me rodearon y nos quedamos así por varios minutos.
Todo aquello sucedido me daba cuenta de que si bien, era una gran marca en mi historia que costaría sanar, al largo plazo serían solo eso. Cicatrices de un lejano pasado al que no tenía porque aferrarme ni con el cual definirme.
Pase las primeras horas del día aferrada a Alessia mientras preparábamos las valijas con la ayuda de Magda.
Cuando llegó la tarde Alessia fue a su habitación para ponerse el vestido y yo encontré las botas altas que compré para su outfit en mi habitación por lo que se las llevé y esperé a que terminara de arreglarse.
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Todo lo que no sabía de mí 👀
Teen FictionGreta, una joven italiana, decide huir de la Capital para refugiarse en Verona tras denunciar a su prometido por violencia. Allí, en la nueva ciudad, ella intentará encontrarse a si misma nuevamente y tratar de procesar los últimos veintisiete años...