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El despertador volvió a sonar y Hao lo apagó girando su vista al pelinegro, este aún permanecía profundamente dormido.

El castaño se acercó y empezó a darle besitos en su mejilla, mentón, nariz y ojos sintiendo un cosquilleo en su vientre.

—Qué lindo te ves así —susurró

No pudo evitar acariciar su cabello y despeinarlo más de lo que ya estaba, lo abrazó respirando su aroma, estaba tan feliz de amanecer entre sus sábanas, pero ya tenían que alistarse para la escuela.

—Hanbin... —susurraba —Hanbin... —lo sacudió un poco pero este no despertaba —¿Bin? —rió —me gusta llamarte Bin, ¿te puedo decir así? —preguntó esperando respuesta pero este seguía dormido

Hao quiso molestarlo un poco para lograr que despertara así que se acercó más y frotó su rostro con el suyo, así también, frotó su cabello en su cuello para hacerle cosquillas, pero nada hacía que se despierte.

—Mhm... —pensó un poco —ya no sé que hacer —puso un dedo debajo de su nariz verificando que todavía respiraba, por suerte sí —me vuelves loco, Sung Hanbin, me asustaste —hizo un puchero como si este lo fuera a ver —¿sabes qué quiero?, quedarme así contigo, tener sexo contigo todas las noches, incluso en el día si es que quieres, en todas las posiciones que se puedan, y también darte muchos besitos después de terminar, ¿no crees que es romántico?

El pelinegro seguía con los ojos cerrados, como si no sintiera nada a pesar que Hao trató de hacerle cosquillas.

—Me rindo —suspiró pesadamente, tenía ganas de ir al baño y quería preparar el desayuno así que se levantó

Justo en ese instante, sintió unas fuertes manos que lo tomaron por la cintura impidiendo que se levante.

—¿A dónde vas? —preguntó Hanbin aún con los ojos cerrados

—Ah... voy... al baño...

—¿Vas a volver?

—S-sí, sólo iré al baño, está a tres pasos, no pasa nada —mencionó y el contrario lo dejó ir

Literalmente estaba a tres pasos, ya que se encontraba en la misma habitación, y era muy grande, como si tres cuartos juntos estuvieran colocados ahí.

Después de salir, fue directo a la cama de Hanbin, quien lo estaba esperando, el castaño sin dudar se volvió a acurrucar en sus brazos y este simplemente le dejó.

—Ya es tarde, Bin... tenemos que ir a la escuela

—¿Qué hora es?

—Ya son las 7:16, tenemos que estar ahí antes de las 8:30

—No hay que ir

—Pero tenemos exposición...

—Taerae y Matthew se deben encargar de eso

—Pero...

—¿Te vas a quedar conmigo?, ¿o prefieres la escuela aburrida? —preguntó mirándolo fijamente, Hao quería negarse ya que las asistencias contaban como nota y faltar eran puntos menos, pero al mismo tiempo quería quedarse con Hanbin

—E-está bien... me quedo contigo —dijo finalmente

—No te preocupes por la escuela, tus padres lo pueden solucionar fácilmente, es sólo hacer una llamada y ya

—S-sí...

Ojalá fuera cierto.

—¿Deberíamos pedir desayuno?

—N-no, no es necesario, yo sé cocinar, podría...

—¿Sabes cocinar?

—S-sí... mi abuela me enseñó

—Nunca había escuchado que alguien que estudia en esa escuela cocine, eso es interesante, podría comprarte para que me cocines

—¿Comprarme? —pensó hacer escuchado mal pero al ver asentir al pelinegro ante su pregunta supo que no —ah... bueno, yo costaría demasiado

—No lo creo —se levantó de la cama yendo hacia el baño y cerrando la puerta

¿No lo creo?

Hao igualmente fue hacia la cocina para preparar algo, puso a freír algunos huevos acompañado de tocino, y también algunos panqueques y les colocó algunas fresas acompañadas con miel. Finalmente preparó café y lo sirvió.

Hanbin se sentó a probarlo dándose cuenta que estaba delicioso, miró a Hao con cierto interés y luego siguió comiendo.

—Si te compro, ¿cuánto costarías? —Hao comenzó a reír

—Depende, ¿para que me quieres comprar?

—Para que me cocines y duermas conmigo

—¿Nada más?

—¿Quieres sexo?

—¿No es lo que quieres?

—Eso sería diferente —tomó un sorbo de café —si quieres tener sexo conmigo tendrías que cocinarme y dormir conmigo

—Acepto —aplaudió emocionado —¿viviremos juntos?

—Yo no te dije eso, te dije que me cocines y duermas conmigo, pero no serán todos los días, solo cuando me de hambre y necesite compañía

—¿Y si yo quiero tener sexo contigo?

—Entonces tendrás que esperar a estar aquí y a que yo tenga ganas —el pelinegro giró a ver al castaño quien lo estaba viendo con una cara larga —¿por qué me miras así?, te estoy dando el beneficio de tener sexo conmigo

—Sólo cuando tu quieres...

—Es así como funciona, o si quieres justo ahora puedo botarte a la calle

—E-está bien, está bien, acepto

...

Hanbin aveces era amable pero otras veces lo trataba de mala manera. Cuando se quedaba trabajando hasta tarde en una tienda nueva en la que consiguió trabajo, Hanbin lo llamaba para decirle que viniera, este a pesar que explicarle que aún no terminaba su turno, el pelinegro le insistía.

Hao le hacía caso siempre a tal punto que su jefe lo terminó despidiendo por no cumplir su tiempo completo en el trabajo. A pesar de todo, no se lo podía contar y seguir fingiendo que es millonario.

—¿Tanto te demoras en venir?

—Lo siento, estaba...

—¡Shh!, no quiero oír tus excusas hoy, quiero llevarte a un lugar

—¿Lugar? —miró por el gran ventanal la plena noche —pero... hace frío

—Ponte esto —le dio un saco polar grande de color marrón

El castaño se lo colocó observando que Hanbin se ponía uno igual pero de color negro, estaban combinados, como si fuera una pareja, cosa que lo hizo sonreír.

—Bien —el contrario abrió la puerta —camina

Tough Love | HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora