XIV

247 36 9
                                    

Se frotaba los pezones mientras esperaba que Hanbin abriera, se estaba tardando demasiado, tanto que empezó a creer que no estaba en casa. De repente, se abrió la puerta y observó salir a un chico con el cabello y ropa desarreglados.

—Te llamo, lindo —mencionó Hanbin a aquel muchacho lanzándole un beso volado. Bajó la mirada notando que ahí estaba Hao tirado en el suelo —¿qué haces aquí?, pensé que estabas disfrutando de tu orgía

—Hanbin... —se levantó de inmediato y quiso abalanzarse contra él sin lograrlo

—Déjame en paz, Zhang Hao —lo empujó logrando que pierda el equilibrio y se cayera al suelo —, ¿a qué mierda vienes?

—Tengo muchas ganas... no puedo soportarlo más, si sigo así un segundo más voy a morir —rogaba

Hanbin lo miró confundido, dándose cuenta que tenía las pupilas más dilatadas de lo normal, estaba drogado.

—¿En serio te drogaron para follarte?, ni siquiera podían coger con alguien en sus 5 sentidos, qué imbéciles

—Tócame, por favor...

—Lo siento, tendrás que hacer fila, justo ahora estoy esperando a alguien

—Hanbin...

—¿Te recuerdo que estoy molesto contigo, ¿no?, ¿qué quieres?, ¿robarte algo?

—Yo no soy así... Hanbin... lo sabes...

—Perdón, ¿qué dijiste?, no te escuché

—Di-dije qué...

—Ya llegué, guapo, disculpa la tardanza

El castaño alzó la mirada observando a aquel chico tan bien vestido. Hanbin lo saludó y lo dejó pasar muy sonriente.

—¿Te vas?, ¿o quieres entrar a ver? —mencionó desafiante

Hao no respondió, sólo observó como estos dos se metían a la habitación, con las pocas fuerzas que le quedaban se levantó, cerró la puerta y les siguió el paso.

Ya habían comenzado. El contrario se dejó caer en el suelo observando como el pelinegro penetraba a aquel chico de cabellos rubios.

—Ah... ah... Hanbin, más, más despacio... por favor...

—¿Quién te dijo que tu me das órdenes a mí? —comenzó a embestirlo a toda velocidad escuchando sus gemidos desesperados

Hao se empezó a tocar el cuerpo y a quitarse la ropa incómoda que tenía puesta, se introdujo el dedo en su entrada observando la escena, la expresión de aquel chico suplicándole que parara, su cuerpo temblando, su boca entreabierta... supuso que de esa manera se veía cada vez que Hanbin lo follaba.

—¿Te quieres unir? —preguntó el pelinegro observando como Hao disfrutaba de la vista. Este asintió sin cuestionar nada y se acercó a ellos

Hao se colocó encima de aquel chico y lo comenzó a besar con deseo a pesar de nunca haberlo visto en su vida. Frotaba sus pezones con los suyos y sostuvo su miembro entre sus manos llevándolo hacia su entrada para ser penetrado.

—Ah... —gimió al sentirlo dentro y empezó a mover sus caderas al ritmo de las rápidas embestidas —mgh... mgh

Hanbin observaba a Hao saltar con mucha emoción, al sólo verlo así se excitó mucho más que antes, tanto que cuando estuvo al borde de venirse, salió de aquel chico para darle de su líquido al castaño en la boca.

—Buen chico —susurró

—¿Y yo? —preguntó el contrario al haberse sentido ignorado, sin embargo, al esperar respuesta, lo único que recibió fue la vista de su único posible romance follando a otro chico en su cara —Hanbin...

—¿Te gusta así? —gruñó

—Sí... sí... más... más... rápido... mgh...

—¿Es en serio? —seguía quejándose pero ellos dos estaban muy ocupados —yo me largo de aquí —tomó su ropa con molestia y se vistió para después salir del departamento

Hanbin tenía un mezcla de emociones, se sentía enojado, molesto, frustrado, pero a la vez se sentía decepcionado y traicionado por culpa de Hao, así que al embestirlo de cierta forma sentía que se estaba desquitando.

El castaño llegó al orgasmo pegando un grito y soltando todo de su interior, mientras que el contrario se corrió fuera sin forzarlo a probar nada. Después de haberse venido la tristeza lo invadió.

Se sentó en la esquina de la cama dándole la espalda a Hao. Tomó un cigarro y lo empezó a fumar para tranquilizarse.

—Ya te puedes largar —dijo de forma brusca —ya no te necesito

Apagó el cigarrillo en el cenicero sin escuchar ningún tipo de respuesta, no se había dado la vuelta aún pero estaba preparado para decirle todo tipo de cosas para que se vaya.

—¿Eres sordo o qué?, te dije que... —se quedó en silencio al verlo, el castaño estaba totalmente dormido

Hanbin suspiró con pesadez, no quería seguir viéndole la cara pero tampoco podía hacer nada para que se despierte, además, después de haber tomado aquella droga iba a terminar olvidando todo.

Se levantó y se colocó su pantalón de dormir, recostó a Hao en un lado de su cama y agarrando paños húmedos lo comenzó a limpiar. Se detuvo un rato al percatarse una gran marca de dedos en su mejilla, y un poco más abajo, por su abdomen visualizó algunos moretones.

—¿Qué mierda?, ¿esos idiotas se atrevieron a golpearte? —bufó y siguió limpiándolo

Hanbin era muy desinteresado con las personas, pero odiaba que alguien que considera suyo sea golpeado por alguien más cuando ellos sabían muy bien que ese tipo de cosas no le gustaban.

Después de limpiarlo, le colocó ropa limpia y lo arropó con unos edredones nuevos que consiguió. Apagó todas las luces y se acostó a su lado observándolo por un largo rato.

—Debería simplemente ignorarte... —miró el techo por un rato —me mentiste, me juraste que jamás me mentirías e incluso tu promesa fue una mentira... debería odiarte pero no puedo y me siento tan estúpido por eso... me tenías toda la tarde pensando en ti, incluso tuve que llamar a otras personas para olvidarte, pero justo tu apareciste y me sentí peor...

Se detuvo unos segundos cerrando los ojos al tratar de calmarse, creía que en cualquier momento iba a llorar.

—¿Y sabes que es lo que más me enoja? —giró su mirada hacia el castaño como si este pudiera escucharlo —que a pesar de todo me gustas... y me duele pensar que a ti sólo te importó mi dinero... pero incluso si sólo por eso tu estás conmigo, tampoco me importaría... no me importaría porque me gustas mucho... —se acercó a él y lo abrazó fuertemente —me gustas tanto que dejaría que gastes todo mi dinero hasta dejarme en la miseria... y si no me quieres como yo a ti, al menos finge que sí... —sollozó —lo único que te pido es que no te alejes de mí... no soportaría perderte a ti también, Hao...

Tough Love | HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora